La historia de lucha y superación de Gerardo Berodia, la nueva ilusión de Almudena Cid
El exfutbolista vio truncada su carrera a causa de un cáncer que estuvo a punto de costarle la amputación de un pie. Este ha sido su duro camino.
28 julio, 2022 03:02Es una de las noticias del verano, Almudena Cid (42 años) podría haber pasado página tras su amarga ruptura con Christian Gálvez (42) y haber rehecho su vida. La nueva ilusión de la exgimnasta se llama Gerardo García Berodia, se ha dedicado profesionalmente al fútbol y tiene una vida repleta de curiosidades además de ser un verdadero ejemplo de lucha y superación.
Siete meses después de divorciarse y mientras su exmarido grita a los cuatro vientos su amor por su nueva pareja, Patricia Pardo (38), la exgimnasta también vuelve a sonreír. Por el momento ninguno de los dos protagonistas se ha manifestado al respecto de las fotos aparecidas en la revista Semana, que evidenciarían la especial relación que hay entre ambos.
Almudena se encontraba en Andalucía, disfrutando de unos días de descanso en un precioso hotel de cinco estrellas cuando saltó la bomba. Ni rastro de likes de Berodia en las fotos que ha compartido desde allí, aunque se siguen en Instagram. Él tiene una cuenta personal privada, pero también un perfil abierto donde publica fotos de su pasado como futbolista y algunas imágenes personales.
Gerardo no es un personaje del todo desconocido, sobre todo para los entendidos en el deporte rey y la suya es una vida marcada por las dificultades. Este atractivo moreno, de ojos marrones y complexión atlética, salió de la cantera del Real Madrid, donde entró cuando sólo tenía 10 años, compartiendo equipo con otros futbolistas de su quinta como Iker Casillas (41). Siguen siendo amigos.
Tenía un futuro muy prometedor como centrocampista. De hecho, con 14 años fue nombrado el mejor jugador infantil de Europa y firmó un contrato de un año con Nike, algo impensable en aquella época para un chaval de su edad. Sin embargo, su carrera se truncó a consecuencia de un cáncer de tobillo, que estuvo a punto de costarle la amputación de un pie. "Era amputar el pie o quitar el hueso directamente porque el doctor les dijo a mis padres que si yo fuera su hijo, él no se arriesgaría. Vi a mi padre llorar, pero buscó otras opciones", confesaba él mismo en un documental sobre su vida realizado por el programa Punto Pelota.
Así fue, finalmente, lograron curarle sin llegar a técnicas tan extremas, algo con lo que Berodia en un principio no contaba."Por lo menos quiero poder correr a coger al autobús, le dije al médico, porque por supuesto en aquel entonces el fútbol estaba olvidado", recordaba. Después de tres años de recuperación, a los 18 volvió al campo, pero el rendimiento ya no era el mismo. Estuvo a punto de tirar la toalla, mientras trataba de compaginar el deporte con su trabajo en la construcción. Fichó por varios equipos de Segunda División B hasta que con 30 años volvió a la primera plana al incorporarse al equipo del Club Deportivo Lugo, donde recuperó parte de la gloria perdida.
Terminada su etapa gallega pasó un año jugando en Latinoamérica, en el club Jorge Wilstermann de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano. Se trasladó allí con su familia: su entonces mujer y su hijo. Una nueva tragedia torció las líneas de su futuro: el niño sufrió un grave accidente y tuvieron que regresar a España.
Aquí buscó un nuevo trabajo para poder salir adelante, aunque sin dejar de jugar al fútbol: compró una licencia de taxi y estuvo conduciéndolo una temporada. En la actualidad, la nueva ilusión de Almudena Cid trabaja como agente de futbolistas formando parte del equipo de la empresa Promo Esport y también ha colaborado con algunos espacios deportivos como El Chiringuito.
[Gerardo, de estrella del Madrid infantil y amigo de Casillas a activista del taxi]
Las personas más importantes de su vida son sus padres, a los que según sus propias palabras debe todo lo que es, y su hijo. Aunque ahora ya está en la adolescencia, según Gerardo contaba en el documental de 2011 habría heredado su pasión por el fútbol. "Empiezo a disfrutar de ver a mi hijo jugando al fútbol, la verdad es que me pone la piel de gallina verle que le da igual que yo. Me emociona mucho y tiene muy buena pinta. Esperemos que tenga suerte y que por lo menos sea sano y feliz", decía.
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