Hace unas semanas, Marisa Martín-Blázquez (58 años) compartía unas idílicas fotografías tomadas en un destino ubicado en "el mar mediterráneo" sin querer ofrecer mayores pistas. La comunicadora se mostraba en bikini en altamar y luciendo estilismos muy veraniegos en un puerto rodeada de barcos. Sin embargo, estos días ya ha retomado su trabajo en El programa del verano, dejando atrás su descanso estival.
La propia periodista ha hablado en su últimos post de Instagram sobre lo fugaces que son las vacaciones: "Cuando era pequeña, adolescente y en mi primera juventud, el tiempo pasaba muy lento. Los cursos eran eternos, los veranos también y la vida era –o parecía– una aventura sin fin, ni final; una película en la que jamás aparecía el cartel de The end. Hoy, los días, las semanas, los meses y los años se me pasan demasiado rápido y me paso la vida suspirando y pensando que cada suspiro es, también, –y contradictoriamente– forma de coger aliento", redacta con su talento para la prosa.
Pero a pesar del fin de sus vacaciones, la colaboradora tiene una gran noticia que celebrar y que le hace tanta o más ilusión que un viaje de verano: la visita de su hijo mayor. Marisa y Antonio Montero (59) tienen dos vástagos en común, Nicolás y Marieta.
El mayor es arquitecto, una profesión que siempre tuvo clara y de la que su madre presume, además porque su talento está muy presente en su casa familiar: "Siempre fue su ilusión. Le recuerdo con siete años dibujando edificios y ciudades alucinantes, con la pasión de quien ve en eso su futuro. Ahora, como muchos jóvenes de su edad muy formados –académica y personalmente– ha tenido que salir a ejercer su profesión fuera de España, porque en nuestro país no encuentran empleo. Antes de irse, me lío una pardísima; quiso hacer 'una pequeña reforma' en su habitación".
Debido a que estudió en el extranjero y a que es un gran apasionado de los viajes alrededor del mundo, Nicolás Montero no para mucho por casa y cuando lo hace es motivo de felicidad para todos. Además, hace su vida con su novia, con la que comparte su afición por recorrer el globo.
Pero ahora el joven ha visitado a sus padres -y lo ha hecho junto a su novia, Daniela Mendoza. La prueba de ello es que Nicolás se encuentra en Madrid, ha hecho planes por la capital, mientras su mascota, un bull terrier, está disfrutando de cada rincón de la gran vivienda de sus padres. Tequila, que es como se llama el animal, se baña incluso en la piscina del hogar cuando Marisa y su 'nuera' toman el sol por la zona.
Nicolás aprovechó su estancia en la capital para acudir este pasado domingo, 21 de agosto, al estadio Wanda Metropolitano para ver el partido de su equipo, el Atlético de Madrid, contra el Villarreal. Desafortunadamente el club local perdió, 0 a 2, para tristeza del hijo de los periodistas.
El arquitecto ha vuelto a ver su habitación, esa que con tanto mimo diseñó hace unos años, y a la que le dio un aire renovado creando dos alturas y otorgándole una estética más vanguardista al hogar de estilo rústico que tienen sus padres. También disfruta del cuarto Tequila, su mascota, pese a que el joven no haya querido dejar constancia pública de que viaja con él. Y es que Nicolás nunca muestra a su animal en sus redes sociales, todo lo contrario que su novia, que posa con Tequila muy a menudo y no se despega de él.
De hecho, su bull terrier ha estado con ellos en sus viajes más lejanos, como en el último destino que han visitado, El Salvador. La joven pareja recorrió el país centroamericano junto a su fiel mascota. Antes de hacer su parada más familiar y personal en Madrid, también han descubierto los rincones más exóticos de la costa oeste de Estados Unidos, Jordania, México y el Caribe, todos ellos en lo que va de 2022.