José Luis Uribarri fue durante 19 ediciones la voz profunda y carismática que narró el Festival de Eurovisión cuando España aún vivía sus años dorados con sus candidaturas musicales. El comentarista se convirtió en uno más dentro de los hogares patrios, por lo que su leyenda -pese a que falleció en 2012- sigue muy presente. Su hija, la reputada empresaria y representante de famosos Susana Uribarri (56), ha heredado su obsesión y su pasión por el trabajo, y esta, a su vez, ha querido inculcar esta filosofía a su única descendiente, Carlota (22).
La joven conversó recientemente con EL ESPAÑOL, y confesó su sueño de convertirse en cantante, pues debido a la profesión de su madre siempre ha estado rodeada de artistas de la talla de Julio Iglesias (78) o Bertín Osborne (67). Pero Carlota no se ha dejado ensimismar por el destello del universo artístico y no ha descuidado nunca los estudios. "Acabo de terminar Derecho ahora mismo y me voy ahora a hacer un máster en Márketing Digital y Análisis de Empresa, porque he decidido que me quiero dedicar en unos años a darle una vuelta a la empresa de mi madre", desvelaba a este medio.
Pero su aprendizaje continúa: "Ahora estoy estudiando 40 cosas", decía en su entrevista con este periódico, y en efecto, así es, porque además de finalizar su carrera, la joven ha pasado gran parte del verano trabajando en un lugar muy especial. Carlota estado ejerciendo de monitora en el English Summer Tamarit, un campamento situado en Tarragona.
Tal y como desveló la joven a este diario, su próxima parada está en Reino Unido, y pese a que ella domina a la perfección el inglés parece que ha querido ponerlo en práctica: "Ahora me voy a ir a vivir a Londres, que es una ciudad muy artística. Me gustaría componer allí", deslizó. Cabe recordar que la joven Uribarri se acaba de graduar en Derecho en la IE University de Madrid, donde las clases se imparten totalmente en inglés, por lo que no hay duda de que ella es bilingüe.
La joven ha mostrado como nunca su pasión por los niños y por su educación y ha trabajado como monitora este verano, en el mismo campamento en el que estuvo también el año pasado. Este centro dispone de decenas de cursos y opciones diferentes, y entre ellas destaca la escuela de monitores, enseñanza por la que ha de pasar toda aquella persona que quiera trabajar en el campamento, tal y como ha hecho Carlota.
Para realizar esta formación se ha de ser exalumno del English Summer. La duración del curso es de un mínimo de seis semanas repartidas en dos veranos, motivo por el que Carlota ha vivido su segundo verano consecutivo en el lugar este 2022. Los monitores oficiales visten polos de color azul marino, para ser diferenciados del resto del staff -que lucen tops rojos, amarillos o verdes dependiendo de su labor-.
Se exige un alto nivel de inglés y ser muy responsable, pues de ellos depende la seguridad, bienestar e instrucción de los menores. Por cada 10-12 alumnos hay un monitor que está pendiente de su grupo durante todo el día, realiza tutorías e informa a los directores del centro sobre la evolución de los niños y niñas.
Se ha visto a Carlota muy implicada con los menores que están a su cargo, disfruta de su compañía y ha mostrado que sabe cómo tratarlos para que sigan sus directrices al tiempo que también lo pasan en grande mientras aprenden inglés. La joven sabe perfectamente lo que es ser alumna del lugar, porque ella misma ha veraneado en este campamento en años pasados, y participó en sus infinitas actividades, en las que se pone énfasis tanto en el aprendizaje de los idiomas como en la práctica de deportes al aire libre.
Carlota lleva años confiando en este centro porque tiene más de 40 años de experiencia. El campamento English Summer fue fundado por Mrs. Margaret Wright y su marido Jordi Fleix Pujol el año 1980 cuando decidieron acoger a un reducido grupo de alumnos en su propia casa de veraneo situada en el pueblo de Vallclara, Tarragona, para enseñarles inglés. El boca a boca hizo que al año siguiente el número de niños se multiplicara, y así ocurrió sucesivamente. Cambiaron de ubicaciones hasta en cuatro ocasiones cada vez que la cifra de inscritos ascendía, y finalmente han ampliado su oferta y diversificado sus centros, pues disponen de uno en Tamarit junto a la playa, otro en la montaña en Prades, otro en el Delta del Ebro, otro nuevo en Andorra y campamentos de verano en la idílica zona de La Cerdanya.
En Tamarit ha estado la hija de Susana Uribarri, donde no solo ha cuidado y educado a los más pequeños, sino que también ha disfrutado de su tiempo libre, compartiendo risas, fiestas y diversión con el resto de monitores de su edad. Carlota ha gozado de su ocio con quedadas en la playa a la luz de la luna, salidas a discotecas y almuerzos en grupo en plena naturaleza, pero también dentro del campamento con los alumnos, celebrando animadas fiestas de disfraces y meriendas con música. Todo ello quedará guardado en su memoria, pues estos días tiene la mente puesta ya en su nueva vida en Londres.