En el corazón del estado de Colorado, en la mágica ciudad de Boulder, vive una familia por cuyas venas corre sangre española, cubana, nicaragüense y americana. De esa poderosa mezcla sólo pueden emanar cosas buenas: alegría, alborozo y amor eterno.
Y eso es lo que Antonio Gómez (35 años) y su pareja, Andrea Isabella Gomez (34), se juraron ante los ojos de Dios el pasado 13 de agosto. EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva a la romántica boda americana del hijo del bailaor y coreógrafo Antonio Gómez de los Reyes (60), conocido artísticamente como Antonio Canales, con la mujer de su vida, su esposa y madre de sus dos hijas.
Antonio Gómez es el primogénito de Antonio Canales y Magdalena Rodríguez (58), a la que cariñosamente siempre han llamado Malena. Fruto de aquel amor que fue también nacieron José y Sara (27), la gran debilidad de su hermano mayor.
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El júnior de los dos Antonios estuvo durante casi una década pegado a su padre como su personal manager. Con él dio la vuelta al mundo, lo vio y vivió todo; siempre desde la barrera, alerta, cuidadoso. Tenía claro Antonio que la de su padre, una vida de excesos y desorden, no era la que quería para él. Por ello se apartó.
Antonio Gómez ha creado su núcleo duro familiar en América, pero se niega a desprenderse de sus orígenes. Al contrario, los abraza y los protege. Considera que su apellido no se encuentra en su momento más álgido de popularidad tras las polémicas intervenciones públicas de su padre en los últimos años. Su única intención con estas palabras, las primeras que concede a un medio de comunicación, es dar a los Gómez Rodríguez -para el mundo, los Canales-, y a su madre y a su hermana, a las que adora, el lugar que merecen.
Desde Madrid hasta Boulder viajaron Malena y Sara para acompañar a Antonio en su gran día junto a Andrea. La ceremonia se celebró en la Iglesia de Santa Rita, en Nederland, Colorado. El convite tuvo lugar en la finca familiar de los padres de la novia, en el barrio histórico de Chautauqua.
Andrea Isabella Gomez es natural de Miami. Hija del cubano Jorge Sánchez y la nicaragüense Aida Argüello, Andrea es graduada en Danza por la Universidad de Nuevo México y Herbalista Nutricionista Vitalista certificada por el North American Institute of Medical Herbalism.
En la actualidad, enseña bailes latinos y de salón y trabaja en el ámbito de la medicina holística -aquella que se basa en los poderes de sanación naturales del organismo, las formas en que los tejidos interaccionan y la influencia del medioambiente-.
La gran ilusión de Andrea era caminar hacia el altar en el día más feliz de su vida arropada por los suyos y vestida por la firma española Pronovias. Lo consiguió. En el interior de las alianzas que se intercambiaron durante la misa, una inscripción: "Te amaré toda la vida", frase extraída de Gitana, te quiero, uno de los temás más puros y jondos de Camarón de la Isla, el artista favorito del flamante matrimonio.
Antonio, ¿cómo conoció a Andrea?
La conocí bailando en el festival flamenco de Albuquerque 2015 y, tres años después, fue cuando empezamos nuestra relación. En 2018, Andrea vivía en Miami y yo en Sevilla. Al mes de reconectar -lo hicimos por las redes sociales- cogí un vuelo destino Miami y nunca nos volvimos a separar. Comprometerme con ella y crear una familia juntos me ha cambiado la vida por completo. A Andrea le debo ser un mejor hombre. Siempre me exige estar presente y dar lo mejor de mí como marido y padre para nuestras hijas, Lola María, que tiene tres años y Sofía Aída, que tiene 15 meses. Andrea es la mujer de mi vida, nuestra unión es para siempre.
¿Cómo vivió el día de su boda?
Fue un día mágico, precioso. Estuvieron más de 100 personas, amigos, familiares que quisieron acompañarnos y estar con nosotros. La pasamos buenísimo. Tuvimos tres bandas de música. Estuvimos bailando hasta las tres de la madrugada, que eso es un poco inusual aquí en los Estados Unidos. Tuvimos un grupo de salsa, luego uno de jazz y luego un DJ magnífico. Fue muy especial estar con mi madre y con mi hermana. El día más especial de nuestra vida. Sin entrar en dichos tópicos, pero fue una celebración muy bonita del amor.
¿Su padre fue invitado?
Recibió su invitación. Por supuesto, yo lo invité.
¿Qué respuesta obtuvo de su parte?
Según él, no puede venir a Estados Unidos porque tiene problemas con la ley. Yo, trabajando con él, he tramitado su visa hasta en tres ocasiones. Él puede entrar en Estados Unidos. Tendrá sus razones por las que no quiso venir...
¿Qué pasó entre ustedes?
Hubo un momento que, como hombre, me tocó definirme y decidí no acompañarlo más en su legado de desorden y vicios. Elegí a mi mujer y a mis hijas.
Su madre y su hermana sí que estuvieron, ¿verdad?
Soy muy afortunado de tener a mi madre y mi hermana. Me alegró muchísimo que pudieran venir. Estamos muy unidos, son dos piedras enormes, fuertes. A mi madre hay que darle mucho cariño, mucha fuerza. Mi madre estaba guapísima, me llevó al altar, hicimos el ritual de la mantilla... fue muy bonito. Mi hermana fue una de las damas de honor de mi mujer. Mi madre trajo la magia con su presencia, siempre creyó en nosotros y nos dio su apoyo desde el primer momento. Ahora verla feliz con sus nietas es algo increíble. Mi hermana fue una explosión de luz, un éxito total en Boulder. Mi suegra es otra madre para mí, mi fuerza, mi despertar, un gran apoyo desde que vinimos para acá en febrero de 2019. Somos una roca de familia.
Antonio en América
Antonio Gómez lleva el poderío en los genes. Además de haber sido road manager de su padre, también lo fue de Cecilia Gómez (48) y otros grandes genios del flamenco como Pastora Galván (42) o Farruquito (40). Estudió periodismo y producción audiovisual, y tras pasar por algunos medios de comunicación, es ahora cuando ha encontrado su verdadera pasión: la hostelería. Conoció a Andrea en 2015, comenzaron su romance en 2018, y en febrero de 2019, tras unos meses en Estados Unidos y seis en España, decidieron instalar su hogar en Colorado.
Gómez es hoy el director de uno de los restaurantes más exclusivos de Colorado, Corrida, un espacio que ofrece comida inspirada en España -el nombre alude directamente al mundo del toro- y con una ubicación envidiable donde sus clientes disfrutan de la fine dining con las montañas como escenario. Rodeado por la naturaleza que reina en Boulder y alejado de toda controversia y toxicidad respira feliz Antonio, con las miras puestas en el horizonte de su presente, su futuro y sus tres grandes: su esposa y sus dos hijas.