Corría el año 2000 cuando llegaba a la televisión uno de los formatos más rompedores del siglo y que escribió la historia de la cadena privada Mediaset hasta el día de hoy: Gran Hermano. Ese día en que se estrenó el programa cabe la posibilidad de que pocos españoles disfrutaran de la cena, tan concentrados estaban en lo que sucedía ante sus ojos.
Un grupo de personas, cada uno de su padre y madre, se hacinaban en una casa de la sierra de Guadalix para convivir y, por tanto, despellejarse vivos. El experimento sociológico no defraudó.
Así, comenzaba el show de Truman telecinquero más longevo. Allí había almacenadas muchas ilusiones; entre ellas, las de la polémica sevillana María José Galera. Ella, sin pretenderlo, hizo historia tras ser la primera expulsada de la edición, presentada por Mercedes Milá (71). Pese a su breve paso por el reality, también hizo bastante ruido su tórrida relación sentimental con Jorge Berrocal (47).
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Con él, Galera vivió un auténtico flechazo dentro de la casa; fue verse y entender que sus vidas caducarían juntas. Para muchos, eran el Romeo y Julieta del recién estrenado siglo. Tanto amor existió entre ellos que, debido al mismo, tuvo lugar la emblemática frase de Berrocal, Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza.
Lo que pocos, tan solo los más friquis, conocen es el motivo que originó la leyenda. Todo ocurrió porque en la primera gala del reality no hubo nominaciones, los teléfonos se saturaron a SMS y Mercedes Milá anunció la peor de las noticias para Jorge: María José Galera, expulsada. En esas, el zaragozano se hundió, declamó la frase mítica y les dijo a sus compañeros que no llorasen, que el amor triunfaría y que se casaría con María José nada más salir.
Una vez libres de las redes de la casa, en la vida real, Jorge y María José no duraron ni un año y su ruptura estuvo marcada por las exclusivas y los reproches. Que si ahora voy yo a un plató y luego tú me rebates, y nos lo llevamos a medias. Hay que decir que, poco después de regresar a la vida real, María José explicó cómo la salida había sido pactada con la organización del programa después de ser consciente de que la revista Interviú tenía información personal sensible sobre ella que estaba dispuesta a lanzar a medida que su fama creciera.
No se equivocaba. Su compañera de piso, según se publicó en su momento, fue la encargada de filtrar que María José había ejercido la prostitución mediante anuncios clasificados. Una decisión tomada por la propia protagonista con el fin de hacer frente a los elevados gastos que necesitaba una de sus hijas, la cual acabó falleciendo unos años después.
Fue, sin duda, la gran desgracia de su vida. Ocurrió en 2008. La joven, de nombre Estefanía, contaba con tan sólo 17 años y sufría desde su nacimiento una parálisis cerebral, a lo que se le unía graves problemas de salud. Estefanía perdía la vida en Sevilla, en casa de sus abuelos maternos. Fue el padre de María José quien se la encontró sin vida.
En lo que respecta a la prostitución, Galera sufrió lo indecible. "Sigo sin entender por qué salieron cosas de mi pasado sólo por participar en un concurso. No tiene nada que ver lo que yo hice con el escándalo que se montó, me sentí acorralada. Si pudiera ir atrás y supiese que iba a pasar lo que pasó, no volvería a entrar en GH porque me etiquetaron para toda la vida. Todavía me emocionó… esto no se puede superar", confesó en una entrevista después de haberse refugiado en México, huyendo del revuelo mediático.
Allí, en el país azteca, tampoco tuvo excesiva suerte, como contó en el Deluxe en 2019. Entre otras cosas, detalló cómo había sido su experiencia allende los mares, donde montó su propio negocio de pádel. La aventura fue bastante negativa, ya que Galera presenció "tiroteos, muertes, dolor y violencia en estado puro". Además, los socios con los que había montado el mencionado negocio la traicionaron. La suerte nunca ha estado de su lado.
Esa noche en Telecinco, también confesó que llegó a arruinarse. También desveló que no se hablaba con sus padres desde hacía un año. "Como limpiadora te pagan a 5 euros la hora, pero te agarras a un clavo ardiendo", explicó sobre su situación.
"La televisión es pan para hoy y hambre para mañana", añadió la sevillana, al tiempo que desmintió haber sido la gran hermana que más dinero ha ganado. Aunque admitió que sí cobraba bien, el dinero lo invirtió "en restaurantes, discotecas, pero no he tenido suerte", y que si gastó mucho "no me arrepiento de nada, porque me lo he gastado siempre en mi familia".
En un punto de su relato, Belén Rodríguez quiso saber cuánto cobraba por un bolo en su época de mayor fama y esplendor, y María José indicó que hasta 6.000 euros. Sostuvo entonces que aunque hizo muchos bolos, y muchas intervenciones de televisión, "hablamos de hace 19 años", y que en la actualidad en el banco no tenía "nada, hasta mañana día 10, que cobramos (los desempleados)".
Señaló en 2019 que vivía con su hija mayor, y que ella se hacía cargo de pagar "la luz, el agua y la comida". Además de afrontar una serie de deudas, tuvo que sacar adelante a su hija de 15 años, por la que su marido le pasaba una pensión de 150 euros al mes. En una entrevista para Ecoteuve, la protagonista contó en 2021 lo siguiente: "Estoy estudiando unas oposiciones para la administración de la Junta de Andalucía".
En la actualidad, tal y como contó ella misma ante las cámaras de Sálvame, está feliz y lleva una vida alejada de los medios, junto a su hija y su nuevo marido. "Me he casado con un hombre maravilloso", aseguró. En ese vídeo, de hace tan sólo unos meses, Galera desveló que había estado a punto de enrolarse en la aventura de Supervivientes 2022: "Me he quedado a las puertas, pero no ha podido ser. Esperemos que para el año que viene. Estoy dispuesta a volver cuando queráis".