Poco o nada queda del romance que durante casi dos años ha ocupado portadas y hasta una serie de Netflix, pero la ruptura sigue coleando. Tras la aparición de Íñigo Onieva (33 años) para dar la cara públicamente, la pregunta que todos se hacen es qué hacía Tamara Falcó (40) mientras su exnovio hablaba para los medios y volvía a pedirle perdón públicamente. Es casi seguro que no estaba viendo la televisión, porque tenía algo más importante en qué emplear el tiempo.
Su plan era de absoluta celebración y también tenía un marcado sentido espiritual, aunque ninguna de las dos cosas estaban relacionadas ni de lejos con el empresario y su reparición tras dos semanas 'desaparecido'. Tamara estaba a otras cosas el domingo 9, ya que pasó el fin de semana con sus mejores amigas fuera de Madrid, quizá escapando de todo el revuelo.
¿El motivo? Celebrar el cumpleaños de las mellizas Casilda y Ana Finat (36), que han sido y siguen siendo su mayor apoyo en la traumática ruptura y con las que comparte, además, sus valores y creencias religiosas. "Este fin de semana ha sido el mejor regalo de cumpleaños que he tenido jamás", escribían ambas en sus redes sociales.
Las hermanas, que son diseñadoras de joyas, reunieron a su pandilla Vip para soplar las velas. Así, Tamara Falcó estuvo rodeada también de otros amigos incondicionales y se mostró feliz y muy relajada. Vestida con unos sencillos vaqueros y una camisa de estampado efecto caleidoscopio, sonreía sin parar. "Feliz cumpleaños. Os quiero y por miles de años más juntas", escribía luego en sus stories.
Nada en su rostro y su actitud hacía presagiar que estuviera al tanto del golpe de efecto que Íñigo tenía preparado para el domingo por la tarde cuando compareció ante los medios, en las puertas de uno de los restaurantes donde trabaja, rodeado de toda su familia. Allí, además de pedir respeto para él y para los suyos, volvía a mostrarse arrepentido por su deslealtad hacia su exnovia. Seguidamente, el empresario se dirigía a la casa que ambos compartieron para recoger su moto. Días atrás ya había mandado a una empresa de mudanza para llevarse todas sus cosas.
El círculo de la marquesa de Griñón ve del todo imposible que la pareja se reconcilie, pero este no es el único frente abierto que tiene. Sus polémicas declaraciones en el congreso de las familias de México le han valido muchas críticas, incluso por parte de uno de sus mejores amigos. Boris Izaguirre (57) ha dicho: "Hay que alejarla de esa ideología odiosa que la rodea". Sin embargo, Tamara no parece muy dispuesta a seguir ese consejo, pues el cumpleaños de sus amigas ha estado marcado también por una jornada de retiro espiritual con las Misioneras de la Providencia en Salamanca.