Ya ha pasado lo peor, pero Kiko Rivera (38 años) sigue combatiendo el susto. La última hora del estado de salud del cantante, tras sufrir el pasado jueves, 20 de octubre de 2022, un ictus isquémico, la ha dado él mismo desde sus redes sociales para tranquilizar a amigos y fans que siguen muy de cerca su evolución. Continúa ingresado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla y espera poder recibir el alta pronto para regresar a casa y estar con sus hijas. Este duro revés le ha hecho reflexionar mucho y ver las cosas desde otra perspectiva. Hay un antes y un después desde que sufrió el ictus.
El Dj ha sacado fuerzas de flaqueza para compartir un mensaje que es muy revelador y que muestra lo mal que lo ha pasado y que lo sigue pasando, pese a estar fuera de peligro. "Buenos días, mi gente. Hoy estoy más triste. Empiezo a asimilar lo que me ha ocurrido y, aunque voy mejorando, no puedo dejar de estar triste. Es cierto que he sentido el cariño de muchos, incluso de gente que no me esperaba. Para ellos un fuerte abrazo", empieza diciendo en un post compartido sobre las 10:30 horas del lunes 24 de octubre.
Kiko se muestra reflexivo y muy tocado emocionalmente. "He tenido y tengo mucho tiempo para pensar y mi vida ya no volverá a ser la misma. Para darle un poco de humor (aunque sin muchas ganas) he vuelto a nacer y va y me toca la misma cara de siempre. Lamento no poder estar más activo en redes. Cojo el móvil por la mañana y os intento dejar un mensaje, pero nada más", añade, junto a una foto en la que se le ve apretando el puño en señal de fuerza.
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El emotivo mensaje termina dando las gracias por todo el apoyo recibido, y manifestando su máximo deseo: "Espero pronto estar en mi casa y poder abrazar a mis hijos es lo que más deseo en este mundo". Irene Rosales (31) no se ha separado de su lado ni un momento, cuidándole y arropándole en este difícil trance. Ella también ha querido enviar un mensaje público en su nombre y en el de su marido.
"Gracias de todo corazón por la cantidad de mensajes que me estáis mandando con mucho cariño, amor y energía de la buena para Kiko. Tanto él como yo os lo agradecemos muchísimo. Es imposible poder responder a tantos mensajes, pero los voy leyendo poco a poco. Ha sido un gran susto, pero tengo un marido que es fuerte", confiesa.
No sólo el primogénito de Isabel Pantoja (66) parece dispuesto a cambiar de vida, su mujer también reafirma esa idea: "Esto nos va a servido para ver la vida de otra manera, para saber que la vida es ya y hay que saber saborearla de una bonita manera. Ahora queda tener paciencia para una recuperación total y descansar mucho que estos días están siendo agotadores".
Kiko Rivera ha tenido mucha suerte, pues el ictus ha sido leve y parece que no le dejará secuelas importantes. Aunque se esperaba que su madre fuera a visitarle, finalmente, no ha acudido al hospital y se ha mantenido informada de todo a través del teléfono. Tanto el enfermo como Irene han preferido que ese reencuentro no se produzca en el hospital. Quien sí fue a visitarle fue su prima Anabel Pantoja (36).