El pasado 14 de octubre de 2022, Amaia Montero (46 años) se convirtió en noticia, de alcance hasta internacional, pero por una cuestión que nada tiene que ver con su exitosa y memorable carrera musical.
A punto de lanzar su último disco, la de Guipúzcoa publicaba unas preocupantes fotografías en sus redes sociales -algunas de ellas, a horas intempestivas y trasnochadas- y mostraba un comportamiento un tanto extraño que alarmó a sus casi 518.000 seguidores.
Así pues, la intérprete de Deseos de cosas imposibles preocupó a propios y extraños al publicar, en concreto, una fotografía donde se la veía con profundas ojeras y una expresión de absoluta desolación, acompañada por un texto más preocupante si cabe que su aspecto: "Si la esperanza es lo último que se muere y todavía no la he perdido, ¿de qué me sirve la vida?".
Desde entonces, la familia de la artista, que siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano, se ha limitado a reconocer que la artista no atraviesa por su mejor momento. Hace unos días, EL ESPAÑOL pudo conocer que Montero "va mejor y está bien". El informante con el que contactó no escondió que Amaia ha vivido un aciago momento en su vida, pero gracias a su familia y a un "ejército de amigas" la emblemática cantante se está recuperando.
Montero desea retomar su actividad profesional cuanto antes, así como su rutina en la red sin dar mayor repercusión pública o magnitud a lo acontecido hace unas semanas. Se reiteró a este periódico que la de Irún está volcada en su carrera profesional: "Es su mayor ilusión y está volcada en el curro y en que todo salga bien".
En medio de esta delicada coyuntura, Gonzalo Miró (41), que mantuvo una relación con Amaia desde finales de 2009 hasta mediados de 2011, ha roto su silencio, y ha confesado el cariño que siente por la que fue su novia durante año y medio: "Yo la quiero mucho, ya lo sabéis". En esa línea, el hijo de la mítica directora de cine Pilar Miró ha manifestado su deseo de que Montero se recupere pronto.
No ha dudado Gonzalo en romper una lanza a favor de la que fue voz titular del grupo La Oreja de Van Gogh: "Amaia es una gran persona, con un corazón que no le cabe en el pecho. Y creo que todos tenemos malas épocas".
Contó hace unas semanas a EL ESPAÑOL una persona que bien conoce a Amaia que ésta es "muy sensible, y no lo ha pasado nada bien en algunos momentos. No sólo por las críticas de las redes y el físico y demás, sino por la muerte de su padre".
La fuente con la que se contactó fijó este fallecimiento en un punto de inflexión clave en la vida de Amaia. Un dolor que, a día de hoy, no ha superado del todo, como ha reconocido en varias entrevistas. Tras este golpe vital, la artista descubrió un dolor "que no sabía que existía". Una sensación que ha mantenido hasta hoy y con la que lidia. Un dolor insondable y difícil de digerir.
Fue en febrero de 2009 cuando José Montero perdía la vida tras dos largos años batallando contra una enfermedad. Fue la etapa más dura para Amaia, pues coincidió en el tiempo con su separación profesional de La Oreja de Van Gogh. Amaia nunca creyó en aquel desenlace.
Desde ese día, sus canciones más importantes han llevado el sello familiar y le ha dedicado algunos temas tanto a su padre como a su madre, Pilar. Ella es la mayor preocupación en estos momentos para las hermanas Montero.
En lo tocante al amor, EL ESPAÑOL ha podido conocer lo que sigue: "Contrariamente a lo que se dice, ella ha tenido mucha suerte en el amor. Ha tenido grandes amores que no se han conocido, pero se empeñan en titular siempre por Gonzalo Miró". Eso sí, a día de hoy, Amaia está "soltera".