La vida de Julio José Iglesias (49 años) es de sobra conocida. Ser hijo de uno de los cantantes españoles más famosos del mundo, Julio Iglesias (79), le ha hecho protagonizar portadas desde niño hasta convertirse, años después, en personaje público por méritos propios.
Sus relaciones, su divorcio, sus proyectos profesionales... Casi todos los grandes pasos de su vida se han convertido en titulares, pero aún así hay cosas del cantante que todavía no se conocen. Así ha quedado demostrado en el programa True Story España, de Prime Video, en el que Iglesias ha desvelado un episodio de su juventud que sigue marcando su día a día.
Según ha confesado en el espacio televisivo, tiene antecedentes penales desde hace más de tres décadas cuyas consecuencias sigue arrastrando. Cada vez que entra en Estados Unidos le meten "en un cuartito" para hacerle un interrogatorio. "Me dejan salir a los cinco minutos, pero siempre tengo que pasar ese rato por haber estado detenido", confiesa.
Su arresto tuvo lugar en el año 1991, cuando viajó a Hawái para disfrutar de unas vacaciones pagadas por su padre junto a su hermano y dos amigos. Tres semanas de asueto que deberían haber pasado a la posteridad como unas de las más felices de su vida, marcadas por el sol y las largas jornadas de surf, pero que terminaron convirtiéndose en un episodio turbulento.
Todo sucedió cuando el cantante, que tenía unos 18 años en aquel momento, se dirigía a comprar el almuerzo junto a un amigo en un Jeep de alquiler cuando, tras realizar unos derrapes con el coche, fue parado por una patrulla de la policía hawaiana. Un "alto" que se tornó en pesadilla cuando uno de los agentes le preguntó si se estaba riendo de él. Pese a sus explicaciones, el hijo de Isabel Preysler (71) acabó detenido.
"Me pusieron las esposas y me metieron en la parte de atrás del coche. Iba muerto de frío porque estaba el aire acondicionado a tope. Siempre recordaré que iban cantando una canción de mi padre", narra Julio José en el programa.
"Estuve de cinco o seis horas en la cárcel. La celda era muy pequeña, de una persona, y estaba congelado porque tenía el bañador medio mojado todavía. Me moría de frío, pero lo único en lo que podía pensar era cómo se lo iba a explicar a mi padre. Solo pensaba en eso, en cómo decírselo a mi padre".
Al final, llegaron hasta la cárcel su hermano Enrique y 'la Seño', la mujer que cuidó desde pequeños a los hijos de Julio Iglesias, y quien también estaba con ellos en Hawái. Para sacarle, tuvieron que hacer un gran desembolso, según narra Julio José: "Se pagaron como 500 o 600 dólares de entonces, ¡una pasta!".
Una semana después aterrizó en Miami y tuvo que confesar a su padre lo que había pasado. "Llegué a casa de mi padre y le pillé en un día alegre, estábamos dando una vuelta en un carrito de golf que tenía, se lo dije y dio un frenazo... Y me dijo 'hijo, sé que te estabas riendo del policía. ¿Cómo te pueden meter en la cárcel si no te estabas riendo de él?'. Hasta el día de hoy seguro que cree que me reí de él. Estuvo cabreado conmigo durante un año... No me miraba igual", añade.
Y aunque la confesión parecía lo más difícil, lo cierto es que estaba por llegar. Unos meses después Julio José Iglesias tuvo que regresar a Hawái, acompañado de un abogado, para acudir a juicio. Por fortuna, todo salió bien y tan solo tuvo que pagar una multa, además de que le retiraron varios puntos del carné de conducir.