Fue el pasado viernes, 10 de febrero de 2023, cuando el mundo del cine se fundió a negro, quedó tristemente enlutado con el fallecimiento del cineasta Carlos Saura a los 91 años de edad, a causa de una insuficiencia respiratoria. Una pérdida irreparable para el séptimo arte que aconteció justo un día antes de que Saura hiciera acto de presencia en la 37 edición de los Premios Goya para recibir el galardón de Honor.
Durante la celebración, su figura estuvo muy presente, así como la emoción de los compañeros de profesión y, muy en concreto, de su viuda, Eulalia Ramón (63) y dos de sus hijos, Antonio (62) y Anna (28), quienes recogieron en su nombre la emotiva distinción.
Una emoción, un dolor y unas lágrimas que se han repetido este lunes, 13 de febrero, en la Academia de Cine de Madrid, donde ha tenido lugar el último adiós al cineasta. La capilla ardiente del también director de cine ha quedado abierta en el mediodía de este lunes, presidida por una fotografía suya, el Goya de Honor que recibió y al son de los tambores de Calanda, que aparecieron en su película Pippermint Frappé.
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Al filo de las doce de la mañana, en el escenario que acoge la capilla ardiente, y con la viuda y los hijos del cineasta como testigos, han sonado los tambores de Calanda, municipio turolense del Bajo Aragón en el que nació Luis Buñuel y que Saura utilizó cuando rodó en esta localidad algunas escenas de la mencionada película con Geraldine Chaplin.
Diez tamborileros han asistido a la apertura del velatorio, al que antes ya habían llegado familiares de Carlos Saura, donde se han reunido numerosos medios de comunicación y un dispositivo de seguridad, debido a la asistencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (50).
Además de la fotografía de Saura, en la escenografía montada en la capilla ardiente se podía ver un montaje con imágenes de sus películas, una silla de director con una flor roja, un sombrero que utilizaba y unas gafas, así como una cámara de fotos que hizo él mismo.
También se han reunido una serie de obras artísticas que el cineasta bautizó como Fotosaurios, realizadas con una técnica de dibujo y pintura sobre ampliaciones fotográficas, con las que hizo varias exposiciones. Durante esta jornada, numerosos familiares, amigos y compañeros de profesión han rendido un último homenaje a uno de los más grandes cineastas españoles de la historia.
Muy emocionada, sin poder contener las lágrimas, Eulalia Ramón ha asegurado que Saura "se ha ido a lo grande, como se merecía", trabajando hasta el último momento, y le ha recordado como "un ser muy llano, muy cercano, cariñoso y respetuoso con todo".
La que fue la última mujer del celebérrimo fotógrafo ha recordado que Carlos Saura "quería mucho a la prensa", al tiempo que ha indicado que "se fue de una forma muy bonita, muy en paz, muy él y lúcido hasta el final".
"Aunque estemos muy tristes, queremos celebrar la vida que ha tenido, tantas cosas como nos ha dado, películas y vida, y una lección de fortaleza, dignidad y lucidez hasta el final", ha señalado la actriz junto a los hijos de Saura.
Ha explicado que recibieron "con mucha emoción y amor" el homenaje que se hizo a Saura en la ceremonia de los Premios Goya el pasado sábado: "Eran más que aplausos, tanta gente que le quiere y nos quiere y nos arropa".
Porque "todo el mundo tenía vivencias muy tiernas con él. No era ese señor serio que parecía" ha recordado Ramón, que ha dicho que le había parecido "brutal" la forma en la que se ha abierto la capilla ardiente al son de los tambores de Calanda, algo que "se merecía".
Pedro Almodóvar (73) ha sido uno de los primeros en acudir a la capilla ardiente de Carlos Saura. Del malogrado cineasta ha destacado que fue "un grandísimo maestro" que en su "carrera dilatadísima" supo "reinventarse" adentrándose en un género musical inexplorado hasta entonces.
También ha emocionado la interpretación que Jeanette ha hecho de la canción Porque te vas, la última que escuchó el director de cine habría escuchado tan solo unos minutos antes de morir.
El director de títulos tan emblemáticos del cine español como Cría cuervos, La caza o Flamenco falleció en vísperas de recibir el Goya de Honor de la Academia de Cine en la ceremonia que tuvo lugar el pasado sábado en el Auditorio Andalucía de Sevilla.
El galardón lo recogieron en su nombre su viuda, la actriz Eulalia Ramón, y dos de sus siete hijos, en la apertura de una gala que se volcó emocionalmente con el director aragonés y en la que la actual generación de cineastas reivindicó su influencia y su legado. También han arropado a la familia personalidades como Imanol Arias (66), Massiel (75), Andrés Pajares (82), Pedro Ruiz (75) o Javier Cámara (56), entre otros.
Fotógrafo, dibujante y escritor, además de cineasta, polifacético, inquieto e hiperactivo hasta los últimos momentos de su vida, Saura estrenó hace una semana en cines el documental Las paredes hablan, en el que propone un viaje desde el arte rupestre hasta el grafiti contemporáneo y rastrea el origen de la pulsión artística.
Además, el próximo miércoles, 15 de febrero, se estrena en el Teatro Infanta Isabel de Madrid el espectáculo Lorca por Saura, su última creación, en el que la cantante India Martínez debuta como actriz y se mete en la piel del poeta.
Durante su trayectoria consiguió reconocimientos internacionales como el Oso de Plata al mejor director en el Festival Internacional de Cine de Berlín por La caza y Pippermint Frappé o el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes por La prima Angélica.
También obtuvo el Goya a mejor dirección y mejor guion adaptado por ¡Ay, Carmela! y la Medalla de Oro de la Academia de Cine en 1992.
El Consejo de Ministros le concederá este martes, 14 de febrero, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio por "su indiscutible contribución a la cultura y el arte españoles", y por ser "uno de los grandes artistas esenciales de la historia de España"