Los hermanos Cadaval, Jorge Cadaval (62 años) y César Cadaval (58), también conocidos artísticamente como Los Morancos, van siempre acompañados del humor y la carcajada. Es su modo de vida y su forma de ser. No obstante, sus vidas personales, como las de todos, están plagadas de luces y sombras, de alegrías y dolor. La muerte y la enfermedad la conocen bien Jorge y César, desgraciadamente.
A la pérdida de sus padres se une la de dos de sus hermanos; Carlos, por un infarto, y Diego, víctima del cáncer. Con esta última enfermedad, los hermanos están muy sensibilizados. Hace unos días, la Asociación Española contra el Cáncer premió a Jorge y César, en Sevilla, por su gran apoyo y visibilidad. Los artistas recibieron un importante galardón, visiblemente emocionados y en compañía de sus familiares más directos.
Tras el acto, Jorge Cadaval fue entrevistado por Semana y aprovechó para incidir en la importancia de la investigación y, sobre todo, de seguir hablando de esta enfermedad: "Ahora nos llega a través de la Sanidad Pública una citación para hacernos las pruebas del cáncer de colon y, afortunadamente, cada vez los porcentajes de supervivientes son más. Es una enfermedad que se cura".
[Jorge Cadaval, operado de urgencia en Sevilla tras sufrir un cólico nefrítico]
Y añade en la citada publicación: "Yo he perdido a un hermano de cáncer; mi hermana Maite, que hoy nos acompaña, también lo ha tenido; mi cuñada Patricia… Dentro de mi familia lo hemos sufrido como todas las familias españolas".
En ese momento, Jorge habla de la figura de su malogrado hermano Diego y realiza su confesión más dura y difícil: "Mi hermano Diego no tuvo la suerte de curarse, pero su actitud siempre me sorprendió. Mira que en mi familia somos muy tremendos todos, pero Diego sabía que había llegado tarde a donde tenía que llegar y aún así mantenía una actitud tan positiva que te daba la vida a ti. Él nos dio una lección de vida completa".
Para terminar, Cadaval confiesa en Semana que no le tiene miedo al cáncer, pero sí subraya la importancia de la detección precoz: "En el cáncer en concreto me parece fundamental la detección precoz. Yo me sometí hace tres años a una colonoscopia y a una endoscopia y ahora me ha llegado un aviso y lo volveré a hacer. Mis padres no fallecieron de cáncer, mi madre murió de Alzheimer, a los 84 años, y la muerte de mi padre fue de corazón, y también de eso murió mi hermano Carlos, pero tenemos que vigilarnos, aunque no se puede vivir con miedo".
Su último bache de salud
En septiembre de 2021, el dúo Los Morancos tenía previsto realizar una actuación en la plaza de toros de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. No obstante, y contra todo pronóstico, el show se suspendió por la "enfermedad de uno de los artistas". Entonces, ningún detalle más trascendió, haciendo crecer la preocupación en torno a la familia Cadaval.
Horas después, fue el propio Jorge quien desveló el motivo de esta cancelación, así como la razón por la que tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital de Sevilla. "Todo el mundo me pregunta por el tema de salud de Sanlúcar de Barrameda. El responsable soy yo", aseguró.
"Me dio un cólico nefrítico, que no os podéis imaginar el dolor. Me dijeron que tenía una piedrecita, pero de piedrecita nada, yo tenía toda la casa de Los Picapiedra en el riñón", añadió, no sin imprimirle a la noticia su consabida nota de humor.
Tuvo que ser intervenido en el hospital Quirónsalud Infanta Luisa, de Sevilla. "Me ingresaron, me operaron y me quitaron la piedra. Quiero dar las gracias a todo el personal del hospital, que se ha portado conmigo maravillosamente", apostilló.
No era la primera vez que Jorge Cadaval sufría un bache de salud. En 2019, tuvo que ser ingresado por un cuadro de vértigo. "Quería deciros a todos que nos os preocupéis porque estoy bien, he tenido un cuadro de vértigo, que es malísimo, pero ya estoy bien. Daros las gracias por preocuparos por mí. Un beso", aseguró en aquel momento. Horas más tarde, ya en casa, y vía stories, Cadaval restaba importancia a su dolencia y comentaba nuevamente que todo estaba bien: "El vértigo es malísimo pero ya estoy bien. Nada, daros las gracias por preocuparos por mí".