La marquesa de Griñón, Tamara Falcó (41 años), ha tomado una importante decisión en las últimas horas con respecto a su vestido de novia, después de que la firma bilbaína Sophie et Voilà, encargada de confeccionar su traje, rescindiera el acuerdo contractual entre las partes por el "incumplimiento" y las "exigencias" de Falcó, como rezó el comunicado.
Tras el disgusto y el considerable contratiempo, teniendo en cuenta que su enlace con el empresario Íñigo Onieva (33) tendrá lugar el próximo 8 de julio, Falcó se ha desplazado este domingo, 21 de mayo de 2023, al aeropuerto de Madrid para coger un vuelo rumbo a Nueva York.
En concreto, a las 16:20 horas de la tarde la empresaria partía de la capital de España con destino la Gran Manzana para reunirse con el equipo de Wes Gordon, director de la prestigiosa firma Carolina Herrera.
Tras el avance de Vanitatis, Europa Press ha sido testigo de cómo la hija de Isabel Preysler (71) abandonaba su casa para dirigirse al aeropuerto. A las 15:08 de la tarde, la Marquesa abandonaba su domicilio con gafas de sol y luciendo una gabardina -de lo más apropiada para las temperaturas reinantes en la capital-, y se montaba en el vehículo que le esperaba en la puerta.
Según han publicado algunos medios recientemente, Tamara ya tiene elegida la firma que diseñará su traje de novia. Y no es otra que Carolina Herrera, como se lleva días asegurando. Al parecer, y aunque no hay confirmación oficial por ninguna de las dos partes, Tamara y la prestigiosa firma de moda de Puig habrían llegado ya a un acuerdo.
No hay mayor confirmación que estas imágenes en las que se puede ver a la prometida de Íñigo Onieva llegar al aeropuerto para reunirse, este próximo lunes, con el director de la firma, y con todo su equipo para empezar a trabajar en su nuevo vestido de novia.
La explicación de Tamara
Tras el comunicado de Sophie et Voilà, la empresaria reapareció el pasado jueves en el plató de El Hormiguero y abordó el hecho de haberse quedado sin vestido de novia a dos meses de su boda.
La colaboradora detalló, desde el principio, cómo surgió este problema con las directoras creativas de Sophie et Voilà, la maison bilbaína que había elegido para que la vistiera en su gran día.
"Empezamos con estas diseñadoras y yo tenía en mente un vestido que ya había visto" explicaba, hablando de un diseño que vio para su hermana, Ana Boyer (34), cuando ésta se iba a dar el 'sí, quiero' con Fernando Verdasco. "Estas chicas vinieron a casa de mi madre y me dijeron que les encantaba esta inspiración", añadía.
Todo se complicó cuando ella misma pronunció la palabra "inspiración" en los medios de comunicación -para referirse al vestido que ya tenía en mente-, ya que la segunda vez que se reunió con las modistas, según la marquesa de Griñón, "el vestido había cambiado completamente". "No me veía con ese vestido porque tenía unos volúmenes que no eran", añadía, "Fue todo superincómodo y a partir de ahí, todo mal".
"Fue superduro", aseguró Tamara Falcó, ya que, además, en esa segunda reunión estaba su madre, Isabel Preysler, y su hermana, Ana Boyer, que fue la única que le aplaudió la elección. La colaboradora habló de silencios incómodos en dicha reunión porque el vestido había cambiado por completo, tanto es así que cuando se lo probó dijo: "No es el mío".
Tamara quiso aclarar que ella no tenía un contrato con la firma para los vestidos de novia, sino "por el contrato de imagen en global" que duraba un año prorrogable a dos años. También detalló que sus abogados añadieron al contrato "que si a mí no me gustaba el vestido, no me tenía por qué casar con él" y, entonces, cuando "se empezó a torcer la cosa, fue todo muy desagradable" porque "me desanimé". Cuando su abogado le preguntó si le gustaba el vestido, ella contestó un "no" rotundo.
"Lo siguiente que sé es el comunicado de prensa", añadió, dejando a entrever que se enteró de que rompían la relación laboral por la prensa.