Desde el momento en el que la revista ¡HOLA! decidió pagar a los personajes por las exclusivas, el sector de la prensa rosa en España cambió para siempre. Hablamos de las presentaciones en sociedad de los hijos de Massiel (75 años), Manuel Benítez 'El Cordobés' (87) y Jimmy Giménez-Arnau (78) en la década de los setenta, que añadieron bastantes ceros a la derecha a sus respectivas cuentas corrientes. A partir de ese momento, la relación entre las celebridades y la prensa del corazón nunca volvió a ser la misma. Los mejores reportajes, a no ser que fuera por una estrecha amistad o porque la publicación hubiera apoyado a la estrella desde el inicio de su carrera, se destinaban al mejor postor.
Así lo decidió George Clooney (65) cuando se casó con Amal Alamuddin (42) en septiembre de 2014 al idear una especie de subasta para que se publicaran las fotos de unos festejos que duraron tres días en Venecia. Se dijo que se pagaron entre 4,6 y 13 millones de dólares, que se repartieron en el mercado norteamericano la revista People y en el europeo, HELLO! (versión inglesa de ¡HOLA!). Lo percibido se destinó a diferentes proyectos humanitarios.
Lo mismo hicieron Brad Pitt (59) y Angelina Jolie (48) en septiembre de 2014 cuando las mismas revistas desembolsaron 2,5 millones de dólares en caso de People para el mercado americano y 9 millones de euros para el resto del mundo "que Eduardo Sánchez Junco pagó de su fortuna personal para no descapitalizar a la revista", asegura un extrabajador del medio. Lo percibido por las estrellas se destinó a causas filantrópicas. Una cifra que queda en calderilla si tenemos en cuenta que para la presentación de sus mellizos Vivienne (14) y Knox (14) recibieron 14 millones de dólares en 2008. Nuevamente, People y HELLO! se llevaron el gato al agua.
¿Ocurrirá lo mismo con el enlace entre Tamara Falcó (41) e Íñigo Onieva (34)? es decir, ¿la solidaridad ha pasado por su mente? En nuestro país, el altruismo en este tipo de eventos no es muy frecuente. Hay que revisar la hemeroteca para darse cuenta de la anécdota protagonizada por Jaime de Mora y Aragón cuando participó en un festival taurino en 1972 en el coso de Nueva Andalucía a beneficio de los más indefensos. Pero tal y como queda reflejado en el diccionario de la Real Academia de la Historia, Jaime afirmó que "de lo que a mí me pertenece voy a entregar un regalo a los pobres de Marbella y el resto, para otro pobre que se llama Jaime de Mora".
Dicho lo cual, y a pesar de las inquietudes místico-religiosas de la novia, en el aire planean ciertas dudas sobre el destino de su millonaria exclusiva. En los mentideros televisivos se habla de que ¡HOLA! podría desembolsar un millón de euros por acceder a todos los actos celebrados durante tres días cuyas imágenes serán seleccionadas con lupa por la Preysler y su hija. Con sus respectivos retoques con lápices digitales, por supuesto.
Una cifra que multiplicaría por diez a la recibida por su hermana Ana Boyer (34) cuando dio el 'sí, quiero' a Fernando Verdasco (39) en 2017 en Mustique, la isla caribeña donde la princesa Margarita de Inglaterra (71) solía emborracharse para olvidarse de su tediosa tarea por ser miembro de los Windsor. Éste sería un vivo ejemplo de cómo se cotiza un nombre en la bolsa rosa y del peso específico que tiene a nivel social porque la influencia de Tamara es superior a la de su hermana. Por ello, las marcas se rifan a la primera.
Sin embargo, la realidad es bien diferente. Desde la dirección del semanario que desde hace más de cinco décadas es el álbum familiar de las Preysler -con tres directores diferentes, incluido el fundador, Antonio Sánchez- son conscientes de que en tiempos de crisis un millón de euros es un dineral, aun sabiendo con certeza que la personalidad de Tamara es arrolladora. Sí, es la boda del 2023 y hacía mucho tiempo que la revista no se encontraba ante semejante fenómeno parasocial, pero las cifras son bastante inferiores.
Según varios expertos consultados, si Antonio Sánchez Pérez -actual director- les da un cheque de 500.000 euros sería un auténtico milagro. Si son 500.000 euros sería por un pack: boda, luna de miel, posado en casa tras casarse, anuncio de embarazo…
Una fuente cercana a El Rincón asegura que ningún acto de la boda se va a celebrar en el interior, a excepción de la habitación donde Tamara se va a arreglar a la que llaman 'el cuarto de tía Paloma', que han arreglado especialmente para la ocasión. El resto de la edificación se encuentra en muy mal estado: humedades, paredes desconchadas, suelos rotos, una cocina que no funciona…
Por eso, han invertido dinero de su propio bolsillo para tener bien acondicionado los jardines donde están las carpas, las cocinas, baños de ensueño, escenarios para la música, etc. "Ése es el único gran gasto que han tenido ya que hablamos de una boda patrocinada" -asegura a EL ESPAÑOL una veterana periodista del corazón-, "donde el banquete sí que lo han de pagar porque el chef, con cinco estrellas Michelin, tiene un prestigio y no regala nada, pero lo harán con el dinero recibido por la revista, de ahí que los novios hayan hablado tanto sobre ello".
El menú de la boda se lleva una gran parte del porcentaje de los gastos ya que el chef Eneko Atxa desde su restaurante cinco estrellas Michelin Azurmendi asesoró el día de la degustación de los platos un menú de unos 300 euros por comensal y, si se acompaña de caldos, los precios son de 150 y 300 euros por botella. Pues calculen. Si hay más de 400 invitados ahí ya se van más de 120.000 euros, a lo que habría que sumar el salario de los 45 cocineros que servirán durante el evento.
Cierto es que, en cuestión de vinos, la familia de la novia está muy puesta porque se ha asegurado que habrá etiquetas de la Bodega Pagos de Familia Marqués de Griñón, que saldrá por un precio muy razonable.
El vestido de Carolina Herrera "es una farsa", asegura la anterior fuente. Realmente es un vestido de Wes Gordon, diseñador de la casa Puig, que es la empresa española que compró la marca americana. ¿El precio del diseño? Oscila entre los 100.000 y los 150.000 euros que, por supuesto, es un regalo de la casa. Pero no hay esponsorización. Es decir, la marca no paga a la novia como ocurre con varias estrellas de Hollywood. Además, Isabel Preysler (72) y sus hijas van a lucir joyas cedidas por Rabat, que es la marca que la matriarca representa.
En televisión, los periodistas tertulianos del corazón dicen cifras al tuntún porque realmente nadie ha visto los contratos y han de calentar el ambiente. La época dorada de las exclusivas ya han pasado a mejor vida teniendo en cuenta lo que han percibido los famosos españoles por sus enlaces en los últimos años. Para muestra, varios botones: Belén Esteban (49) y Miguel Marcos (36) cobraron 90.000 euros en 2019; un año antes, Elena Tablada (42) y Javier Ungría negociaron 30.000 euros; Jesulín (49) y María José Campanario (44) percibieron 60.000 euros por su segunda boda en 2017 frente al millón de euros del primer enlace en 2002; también en 2017, Fonsi Nieto (44) y Marta Castro obtuvieron 150.000 euros por un pack de reportajes tras haberse gastado otros 65.000 y por desamor, cuando David Bustamante (41) habló de su separación de Paula Echevarría (45), y como excepción, ¡HOLA! desembolsó 120.000 euros en 2018. Con estos ejemplos se puede ver la diferencia ya que en momentos de bonanza, Norma Duval (67) y José Frade (85) negociaron 180.000 euros en 2004 y los 120.000 euros que Sara Montiel percibió por su enlace civil en 2002 con Toni Hernández.