A finales del siglo pasado, en los últimos suspiros de la década de los 90, el periodismo del corazón en España cogió un rumbo rebelde por la necesidad de cambio que había en nuestro país. De la nada, nació Tómbola, un formato que, con un pequeño lavado de cara, después replicarían otras productoras, otras cadenas, hasta desembocar en el recién fallecido Sálvame.
De los miembros fundadores del mítico Tómbola recordamos, cómo no, a Karmele Marchante (76 años), Lydia Lozano (62) o Jesús Mariñas, pero entre sus primeras espadas también se hallaba Josep Sandoval. Durante años, el colaborador era un clásico en este tipo de programas. En su currículum constan desde Crónicas marcianas hasta Día a día, pasando por La Noria, entre otros.
De apariencia bastante más seria, en general, que el resto de sus compañeros tertulianos, Sandoval entraba rápido a la diversión y si había que bailar, él bailaba. También se encontró con surrealistas situaciones de striptease -masculinos y femeninos- en la época de Crónicas marcianas con las que lidió de la manera más natural y espontánea. Siempre remó a favor de obra y eso se valoró mucho.
"Yo duré un año [en Tómbola] porque siempre he sido muy discreto, no me gusta chillar, pelearme no, yo no me voy a pelear con nadie, podemos discutir. Me fui por lo que pasa, sales en un programa que funciona bien y gustas a otras cadenas. Me salió la oportunidad de venirme a Madrid a Qué me dices. Yo no tenía ninguna exclusiva con Tómbola, y cuando fui a la semana siguiente me dijeron que qué me creía, que me habían inventado ellos, así que les dije que acababan de perder un invento", expresó Sandoval en su libro Dime con quién vas (Ed. Planeta).
Pero ¿qué fue de Josep Sandoval, el ácido periodista del corazón de Tómbola y Crónicas Marcianas?
Efectivamente, después de su espectacular tournée televisiva durante tantos años, Josep Sandoval prefirió continuar con la vida que llevaba antes, siempre atento a su profesión, pendiente de la actualidad, haciendo llamadas, viajes, entrevistas a todo tipo de superestrellas -de actores de Hollywood como Farrah Fawcet Majors a supermodelos como Cindy Crawford-, pero volcándolas en el medio al que estuvo vinculado contractualmente 37 años, desde 1980 hasta 2017: La Vanguardia.
En 2012 publicó el libro citado anteriormente, Dime con quién vas (Ed. Planeta), un recopilatorio de las anécdotas más divertidas vividas en primera persona con un gran número de personajes conocidos. No todas las anécdotas con esos famosos fueron siempre agradables. De hecho, en sus páginas desvela una situación laboral muy difícil que tuvo que lidiar con Boris Izaguirre (57), quien fuera compañero suyo también a las órdenes de Xavier Sardà (65).
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"Yo acabé muy bien con Sardá y no sé que pasó con Boris. Cuando montaron Channel 4 era un tándem de Boris Izaguirre y Ana García-Siñériz y mi manager me había propuesto para el programa pero el señor Boris Izaguirre no quiso. No sé que pasó, con Sardá no tengo ningún problema y si lo tuviera lo estaría poniendo a parir. Al cabo de unos meses le veía (a Boris), un día lo paré, vino a darme dos besos y le dije 'aquí menos historias', se quedó parado y se fue. Pensé que al menos no vendría más a tocarme las narices, pero al cabo de unas semanas pasó lo mismo", reveló Sandoval.
En los últimos tiempos, Sandoval ha colaborado activamente con The Luxonomist, una revista online de lujo y lifestyle vinculada a Divinity y, por tanto, al grupo Mediaset España. En sus redes sociales, el periodista solía compartir sus artículos acompañándolos de una imagen de los famosos determinados sobre quienes escribía. Hace 39 semanas que su Instagram está inactivo. En su cuenta de Twitter, en cambio, hay algún post que data del pasado mes de abril con artículos sobre Silvia Marsó o una fotografía suya con el increíble actor Josep Ferrer, que en una entrevista con EL ESPAÑOL admitió que estuvo "muchos años sin que sonase su teléfono".