Fabiola Martínez (50 años) es, sin duda, una de las mujeres del momento después de que a mediados de este verano se conociera la nueva paternidad de su exmarido, Bertín Osborne (68), con Gabriela Guillén (32). EL ESPAÑOL hablaba con ella después de conocerse este bombazo y aseguraba: "Sólo puedo desearle que sea feliz... Y que disfrute muchísimo". 

Después de hacer frente a estos meses tan ajetreados, la venezolana ha decidido tomarse unos días de descanso, cruzar el Atlántico y aterrizar en un destino paradisíaco de Colombia. 

Días atrás hemos podido ver en sus redes sociales imágenes y vídeos en los que Fabiola se muestra feliz en un sitio "para conectar con la naturaleza y disfrutar de una experiencia muy especial". Así, compartía su ubicación: está en el hotel Ipuana Virgi Beach, establecimiento que cuenta con una playa privada en La Guajira.

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Además de compartir sus momentos tomando en sol en la playa, tomándose un cóctel o disfrutando de los placeres de la vida, ha decidido enseñar uno de sus 'tote bags' favoritos durante este viaje. 

Es de la marca SolAzul y es un bolso grande de color blanco y negro con una base ovalada y dos asas. "Cada bolso es único y cada uno de ellos lleva entrelazada en sus hilos la vida indígena", añadía ella en su perfil de Instagram.

Según cuentan en la página web, el bolso está hecho de un solo hilo, "una técnica que requiere doble trabajo, pero la hermosa estructura y el diseño hacen que valga la pena". Crear solamente uno de estos bolsos colombianos a mano requiere aproximadamente de 45 días hábiles al completo. "Es espacioso y muy ligero, lo que lo convierte en el bolso perfecto para la ciudad o la playa", destacan.

La técnica que emplean es la del ganchillo y tiene un precio aproximado de 275 euros, una altura de 40 centímetros, un diámetro de la base de 30 cm, una longitud de las correas de 60 cm, y un ancho de las mismas de 4,5 cm.

"SolAzul es una realidad que hace del trabajo manual su singularidad y espectacularidad. La infinita variedad de diseños con la misma cantidad de combinaciones de colores posibles son el resultado de la inagotable creatividad de artesanos pertenecientes a las tribus indígenas colombianas que nos permiten ofrecer bolsos únicos e imposibles de imitar. El arte de tejer en estas comunidades indígenas se transmite de generación en generación y los diseños de nuestra marca son casi en su totalidad producto del ingenio de nuestros artesanos influenciados por el estilo y la combinación de colores europeos sin perder nunca los valores y principios de la comunidad que ellos representan", cuentan.

Fabiola Martínez con el bolso de SolAzul. Instagram

Añaden también que el tejido es símbolo de "sabiduría, inteligencia y creatividad para los miembros de nuestras comunidades", pero que también es la base "que sustenta sus economías". Esta firma surge a raiz de dos comunidades indígenas colombianas: la Wayuu en La Guajira y Los Arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta.

"Cada madre Wayuu le enseña a su hija a tejer, manteniendo la tradición tan viva y vibrante como siempre. Cuando las mujeres jóvenes Wayuu alcanzan la mayoría de edad, aprenden a hacer bolsos Wayuu. Cada diseño incorporado en cada bolsa Wayuu es único para el tejedor y cuenta una historia a través de los colores, patrones y formas de la bolsa. Hoy en día, las bolsas Wayuu se han convertido en un medio de apoyo económico para el pueblo Wayuu, permitiéndoles preservar su forma de vida".

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Estas bolsas son tejidas únicamente por mujeres indígenas, ya que la confección de las mismas es considerada un oficio "enteramente femenino". El proceso es el siguiente: obtienen la lana de oveja, la seleccionan, la lavan y la secan para después "hilarla (hacer un hilo por medio de un huso), enchufarla (haciendo un doble hilo) y tejer la bolsa. Una vez terminada, se puede decorar con pedrería y bordar con diseños tradicionales, o dejarla en su estado natural".