En un bonito local ubicado en el corazón del madrileño barrio de Chamberí, este jueves 5 de octubre, Elena Furiase (35 años) se ha presentado como embajadora de los productos cosméticos de una conocida cadena de supermercados de origen alemán.
Efectivamente, Lidl, en su fiel compromiso por la democratización de tendencias, calidad e innovación cosméticas bajo su marca propia Cien, ha presentado sus novedades, entre las que destacan Cell Intense Hyaluron y Q10 Vitamina C Energy. Ésta última una revisión de su exitosa y premiada crema antiarrugas-. Cien ya cuenta con 310 productos capilares, corporales y faciales para la "rutina perfecta" de 24 horas, soluciones eficaces y esenciales para el cuidado personal completo.
Para poner un rostro fresco y popular a estos productos, la marca internacional ha contado con la actriz Elena Furiase, hija de Lolita Flores (65) y Guillermo Furiase. EL ESPAÑOL se ha citado con la intérprete del personaje de Lucía Serrano en la serie Mia es la venganza y con ella ha hablado sobre sus rutinas de belleza, la maternidad, sus nuevos proyectos y su familia.
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¿Contenta, Elena, con la inauguración de estas perfumerías Cien de Lidl y sus nuevos productos?
Muy contenta. Además, es una marca que conocemos todos desde hace mucho tiempo. Contenta de ser embajadora este año, de estos productos, que acompañan al bienestar y al cuidado de la piel y el cabello de mujeres y hombres.
Y a un precio bastante democrático, ¿no?
Por supuesto. No siempre lo más caro es lo más bueno. La calidad-precio es importante porque es asequible a prácticamente a todo el mundo. Es una manera de acercarte más a la gente que no puede permitirse ciertos lujos y que no siempre es necesario.
¿Hay tiempo para cuidarse cuando una tiene dos niños pequeños y tantos planes profesionales?
Una saca tiempo si quiere. Desde siempre he intentado cuidarme muchísimo la piel. Por la noche, tarde, cuando todos están dormidos, intento mantener una rutina de belleza. Y por la mañana a lo mejor no me da tiempo hacerme la rutina entera, pero, mínimo sérum e hidratante. Y siempre desmaquillarte y limpiarte la cara: es vital y fundamental porque la piel tiene memoria. Hay que cuidarse por dentro y por fuera.
¿Qué proyectos tiene a la vista, Elena?
Es verdad que tengo alguna cosa, más adelante, pero todavía no se puede decir. Ya se dirá.
¿Qué tal con Mía es la venganza?
¡Estamos batiendo récord de audiencia en Divinity! Me alegro muchísimo, porque tenemos unos espectadores muy fieles.
Sufrieron la cancelación de Telecinco, ¿cómo lo vivieron?
Nos dolió mucho, pero las cadenas son así. ¿Qué te voy a decir a eso? Mucha pena porque habríamos llegado a más gente, pero agradecidos con lo que tenemos. Nuestros espectadores nos apoyan y eso es más que suficiente. ¿Hubiera sido bonito llegar a más gente? Seguro que sí, además estoy convencida de que hubiéramos llegado.
¿Qué le dicen de ese personaje tan trasgresor?
Hay una cosa que me sorprende mucho y a la vez me agrada y es que mucha señora mayor se acerca por la calle y me dice "¡ay, Lucía, por Dios, hay que ver la otra que no se entera!". Es una maravilla que haya mujeres que no han vivido toda esta revolución social que estamos teniendo y que tienen menos conocimiento del poder amarse de otra manera y no la convencional. Es muy bonito que esa gente me diga que Lucía es su personaje favorito. Me encanta que esa gente no cambie la televisión porque se espante, al revés, les gusta. Me da mucha alegría y me hace tener más esperanza en esta sociedad que a veces esta tan tóxica. Y darle visibilidad a la gente ciega. Eso es un plus porque es gente que no es para nada inválida. Al revés, tienen un mundo increíble y mucho mérito. Estoy encantada con Lucía, ojalá haya calado en el corazón de la gente como caló en el mío.
Ha provocado mucha ternura, ¿no?
Sí, y es un personaje muy real, muy de verdad y que es bueno. Tiene sus cosas. Con su pareja, Blanca, tampoco ha sido muy paciente. No hay personajes buenos o malos en Mía es la venganza. Se ve perfectamente que todos tenemos momentos de bajón. A veces actuamos de una mala manera por algo. No digo que las cosas haya que hacerlas así, todo tiene sus matices. Todo tiene un porqué.
Hace poco vimos el programa que le dedicaron a su madre. Muy emotivo, ¿no? Reconoció que usted hizo mucho por ella en uno de sus peores momentos.
Es cierto, pero, a ver, muchas veces libramos batallas internas, sabemos quiénes nos salvan, pero nunca nos lo dicen. Nunca fui consciente de que la salvaba de nada. Cada uno tiene su propia batalla. A veces una canción, una frase, te salva. Y no lo dices, no lo vas gritando.
¿Ella no tuvo con usted esa conversación?
No fue una conversación. Cuando tú estás mal, no es una conversación lo que te salva. Como madre, te dice "eres la luz de mi vida, te quiero" y todo eso... pero nunca nos sentamos a hablar. A veces, madre e hijas, y amigas y hermanas, te acompañan en un camino difícil y te das cuenta de que la has salvado.
Este año habría cumplido 100 años su abuela, Lola Flores, ¿qué recuerdo tiene de ella? Y hablando de democracia y lujo, ¿atesora algo tangible de ella? ¿Una buena joya?
Uy, eso no lo diré nunca. Esas cosas no se dicen. Es verdad que ella se fue cuando yo era muy pequeñita. Tengo recuerdos a flashes. La recuerdo en el baño, cuidándose la piel. Nuestra generación ha estado educada en eso. Yo recuerdo con 13 o 14 años, cuando mi madre me decía "desmaquíllate, a mí me lo decía mi madre". Sí, tengo recuerdos de ella, pero son recuerdos de abuela, no de la Lola Flores que es para el mundo. Yo la recuerdo con una bata, con el camisón o con el bañador o comiendo en casa. Muy de abuela. Yo, en ese momento, no era consciente de quién era ella. Tengo la suerte de que el recuerdo que se me quedó es un recuerdo muy natural. Luego me di cuenta de que era Lola Flores, pero era mi abuela. Yo viví a mi abuela y así es como la siento.
¿Y sus hijos viven a su abuela? ¿Le sorprende su madre en esa faceta?
No me sorprende porque es muy parecida como madre y como abuela. En eso estoy tranquila. Como sé cómo ha sido como mamá, sé perfectamente cómo es como abuela.
¿Los consiente mucho?
Los consiente, pero también pone límites. Mi madre siempre ha sido muy regañona, pero los educa en positivo, como se dice ahora, que además es una tendencia que recomiendo absolutamente. Es una buena madre y una buena abuela y se los dejo con confianza ciega.
¿Qué tal están los niños? Nala acaba de cumplir su primer añito.
Ahora mismo lo que hago con ella es criarla, estar con ella, jugar con ella, quererla mucho y poco más. Con un añito eso es lo que hay que hacer con los niños, dedicarles tiempo de calidad y mucho amor.
¿Intentará que Lola Flores esté presente en la vida de ellos?
Bueno, Lola Flores está ya está muy presente en la vida de ellos. De hecho, yo tengo un cuadro de ella enorme del documental que hizo. Cuando pasan por la escalera la señalan. Mi hijo se pone sus canciones. Su bisa está muy presente y quiero que así sea.
¿Hay una mucha responsabilidad a sus espaldas por el peso de cargar con la saga Flores?
Uf, llevo muchos años haciéndome esa pregunta. No es peso, quizá es responsabilidad. Ese peso del que tú hablas, que te entiendo, hay que transformarlo y que sea como una fuerza, como en Star Wars: que la fuerza te acompañe. Ese peso debe dar fuerza, empujón, seguridad en ti misma y saber que, al final, es mi familia y que están ahí para apoyarme y ayudarme. No hay que pensar que el peso de mi familia me vaya a hacer mal. Al revés, que me va a dar toda la fuerza para afrontar las cosas.
Ya se lo plantearon su madre y sus tíos, Rosario y Antonio, cuando nacieron fruto de ese matrimonio tan poderoso, ¿no?
Sí, y nos dedicamos más o menos a lo mismo, y hay muchos prejuicios porque es así. Pero hay que quitarse todo eso e ir con la cabeza pa arriba y con humildad. Y hay que llevar el apellido
¿Se planta con dos hijos o va a por la familia numerosa?
Yo qué sé. Ahora mismo estoy bien así, pero como siempre lo desveláis antes que yo, que no sé con quién habláis. Si me vuelvo a quedar embarazada, lo sabréis antes que yo, incluso.