Este lunes, 13 de noviembre, era un día marcado en rojo en el proceso al que se enfrenta Daniel Sancho (29 años) por el presunto asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. La vista oral a la que se enfrentó, en la que tenía que declararse culpable o inocente, era clave tras la investigación.
Tal y como preveía la defensa, el hijo de Rodolfo Sancho (48) ha negado ser culpable del asesinato premeditado del colombiano en la isla de Koh Phangan, así como de hacer desaparecer su pasaporte, dos de los tres cargos en su contra. Por el contrario, sí que ha reconocido ser culpable de ocultar partes de su cuerpo.
El chef mantiene que la muerte de Edwin Arrieta fue accidental, algo que va a afectar al futuro del proceso judicial: no solo supone un cambio en la declaración inicial ante la policía, sino que también alarga todo el procedimiento.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el abogado experto en Derecho Internacional José Montero, quien realiza un esbozo de este cambio de postura por parte de Daniel Sancho y su defensa: "Es complicado conseguir una defensa acorde en ese periodo y es una manera que tienen de ganar tiempo. Él sigue defendiendo que fue una muerte accidental, que le golpeó, se cayó y eso es lo que provocó la muerte. Sobre el asunto del descuartizamiento no hay vuelta de hoja".
Por su parte, este periódico también se ha puesto en contacto con Juan Gonzalo Espina, abogado de la familia de Edwin Arrieta y encargado de coordinar la defensa en tres países: "Nos enfrentábamos a un escenario previsible y así ha sido. Daniel Sancho está en su derecho de no aceptar los cargos de la Fiscalía, quienes desde finales de octubre mantienen en su informe que el crimen se cometió con premeditación, tanto el asesinato como el del posterior descuartizamiento".
Aún así, el hecho de que no hayan aparecido partes del cuerpo, que era clave para la investigación es beneficioso para el hijo del actor, según señala José Montero: "La Fiscalía no tiene manera de probar cómo fue la muerte. Eso es muy importante. Porque se puede reducir de una cadena perpetua a una pena de 15 o 20 años de prisión. Nadie va a poder probar, más allá de toda duda razonable, que Daniel Sancho mató con nocturnidad y alevosía. Si su versión inicial desaparece, no queda nada".
Otro de los factores que más ha complicado el trabajo de ambas partes es el de encontrar un abogado en Tailandia. "La defensa tiene que distribuirse y necesitan un abogado in situ en Tailandia, por mucho que desde España intentemos controlar lo que va a pasar. Es un país muy diferente y es importante ser conscientes de esas diferencias", defiende Montero, que además señala otra de las claves: "Está en juego la vida o la libertad de una persona".
En esta vista celebrada este lunes, estaba en juego también otra de las bases de una posible libertad: el perdón del rey tailandés. En casos similares, la culpabilidad del reo ha sido imprescindible para conmutar la pena de muerte. De momento, ni Daniel Sancho ni su defensa han querido acudir a esa vía. Aún así, el letrado Montero defiende que era poco probable que recibiese ese perdón: "No se iba a producir por la exposición mediática a la que está sometida este caso. Daniel Sancho nos pedía que no cesase, porque él cree que eso es lo que le puede salvar la vida".
De no aparecer el resto de las partes del cuerpo, la Fiscalía no tendrá manera de probar los hechos por los que le reclaman la pena capital: "Sólo ayudaría que la suma de los indicios quede probada y le impongan una pena de muerte conmutada a cadena perpetua".
El próximo 27 de noviembre se celebrará una nueva vista, en la que Daniel Sancho contará con otro abogado de oficio después de que su familia prescindiese de los servicios del último asignado. Se espera que el juicio oral se celebre entre febrero y abril de 2024.