No hay día que los programas de televisión y diversos medios de comunicación no aborden una de las tramas más controvertidas e interesantes de la crónica social española y europea: las fotografías de Genoveva Casanova (47 años) paseando por las calles de Madrid con Federico de Dinamarca (55).
Mientras que sobre el heredero al trono danés se establece un vasto silencio público -tan sólo algunas voces tímidas hablan de posible divorcio con su esposa, Mary Donaldson (51), planteado, supuestamente, por ella-, se habla y especula sobremanera en lo referente a los sentimientos de Genoveva, su situación anímica y dónde está recluida tras abandonar su domicilio de Madrid.
A la vida, costumbres y rutinas de la empresaria mexicana se le ha hecho un exhaustivo análisis desde que estalló el escándalo de las instantáneas. Tal como informó EL ESPAÑOL hace unos días, la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo (60) abandonó la capital de España días antes de la publicación del material gráfico. Visitó a sus hijos, Luis (22) y Amina (22), en Londres, pero antes hizo parada en San Sebastián.
Así lo recoge ¡HOLA! Genoveva abandona Madrid con sus dos perros, en coche. Llega al Palacio de Arbaizenea, propiedad de su exmarido, y allí pasa escasas horas. De acuerdo a la versión que ha facilitado la propia Genoveva a la periodista Beatriz Cortázar, la mexicana deja a los perros y abandona San Sebastián al poco tiempo. Eso sí, su cumpleaños, el pasado día 8, lo celebra sola en la gran casa donostiarra.
Tras su aniversario, pone rumbo a Reino Unido. Allí, junto a sus vástagos, pasa unos días, en familia. Los tres solos. Más tarde, Casanova regresa a España, pero no a Madrid: vuelve a Arbaizenea. EL ESPAÑOL puede confirmar, en conversación con el entorno más próximo de la que fue nuera de Cayetana de Alba, que la también concursante de MasterChef Celebrity no tiene intención, de momento, de volver a su casa de Madrid.
No está preparada anímicamente para ese momento y ha cancelado sus planes navideños en la capital de España. Así lo ha confirmado a sus familiares y amigos. Organizará toda la intendencia de Navidad en San Sebastián, en el que siempre fue su refugio más especial.
Así las cosas, hasta allí -una de las propiedades más desconocida de la familia Alba y construida en 500 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas en las que hay una bodega y un establo- se desplazarán algunos familiares de Casanova, como sus hijos y, presumiblemente, su exmarido, Cayetano. Pese a que este palacio no es suyo en propiedad, Genoveva lo entiende como su hogar, y allí ha pasado los momentos más felices de su vida.
En el palacio, confía a este periódico una buena amiga de Genoveva, trabaja y vive a lo largo del año una suerte de ama de llaves -entre el plantel de servicio-, que cuenta con la total confianza de la empresaria. En otro orden de cosas, Arbaizenea se utiliza como residencia privada y como espacio para organizar magnos eventos o grandes producciones. Como se desliza a EL ESPAÑOL, Genoveva tiene un papel destacado a este respecto.
La mexicana, afincada en Madrid, se encarga de gestionar la rentabilidad del palacio de Arbaisenea. Ella supervida los alquileres de la residencia. Se apunta que solamente está en ese régimen la zona exterior del caserío. Es decir, se explotan únicamente las inmediaciones, pues gran parte del interior del palacio está reservado a uso privado, y Casanova cuenta con sus estancias privadas.
La historia del palacio merece ser contada. Arbaisenea fue edificada en 1881 por orden del duque de Sotomayor, Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, abuelo del primer marido de Cayetana Fitz-James Stuart y padre de sus seis hijos. A finales del XIX, San Sebastián fue elegida por la aristocracia patria para gozar de sus veranos allí.
"Muy tocada"
A EL ESPAÑOL llegó hace unos días que Genoveva está "anímicamente tocada". Además, paralizó todos los compromisos laborales que tenía agendados para estas semanas.
Aún no quiere exponerse a una situación tan estresante y guarda la esperanza de que esta marejada informativa escampe con el paso de los días. Ella ya ha defendido que únicamente le une a una amistad con Federico de Dinamarca.
La situación la ha superado por momentos y ésa es la razón por la que se le "aconsejó" abandonar su residencia durante un tiempo, y controlar -y restringir- las llamadas y los estímulos.
Contrariamente a esas voces que han sostenido con pasmosa vehemencia que Casanova ha buscado, con estas fotografías, repercusión pública, la fuente con la que se contactó el pasado 14 de noviembre hizo constar que se trata de todo lo contrario: ella vive feliz alejada de los focos.
"Sabe que puntualmente puede tener fotógrafos por hache o por be, pero, en general, hace una vida muy normal y anónima y está encantada", se compartió. Genoveva, amén del comunicado que envió a la prensa, tan sólo ha roto su silencio con la periodista Paloma Barrientos, a la que le confesó, vía WhatsApp, lo que sigue: "Perdóname, pero de verdad que no puedo hablar. Estoy destrozada".