Está siendo una semana llena de emociones para María Pombo (29 años) y su familia tras el estreno de su docuserie Pombo. Por primera vez después de una década detrás de las redes sociales, el público ha podido conocer la parte más desconocida y personal de la familia.
Un proyecto que invita a acompañar a las hermanas Pombo en algunos de los momentos más felices de estos últimos meses y también en los episodios más complicados.
No es ningún secreto la enfermedad que padece María Pombo y que le fue diagnosticada apenas unos días después de enterarse que estaba esperando a su primer hijo, Martín (2). Ella misma fue la que se encargó de relatarlo a sus seguidores a través de su cuenta de Instagram.
Ahora, en la docuserie, y con lágrimas en los ojos por "las hormonas" del embarazo vuelve a hablar sobre la realidad a la que se tiene que enfrentar desde hace tres años: "A los dos días de enterarme que estaba embarazada empiezo con muchísimos hormigueos. Me hicieron la punción lumbar y una resonancia. Los resultados dieron que tenía una alteración en la médula y unas manchas en el cerebro. Me dijeron que claramente esto era esclerosis", explica junto a su marido, Pablo Castellano (37 años)
Un diagnóstico que no le pilló por sorpresa a la creadora de contenido. Su madre, Teresa Ribó, padece desde hace más de 20 años la misma enfermedad. Es por ello por lo que conoce de cerca la esclerosis y los efectos que acarrea en las personas que la sufren.
"Lo pasamos muy mal. Sufrí mucho pensando en que María lo aceptara bien. Lo aceptó con una entereza, una fuerza...", explica su padre, Víctor Pombo, a lo que añade su madre: "Vivió la esclerosis mía muy de cerca. Entonces ella pensó que esto no era para tanto si iba a estar como su madre".
Precisamente fue ese conocimiento sobre el tema lo que le relajó: "Mi madre ha estado en todos los momentos importantes de mi vida: en mi comunión, en mi boda, en las rupturas con mis novios... ha estado en todo. Pensar que yo iba a poder estar con mi bebé toda la vida, estuviera mejor o peor, me calmó. Al menos sabía que no era algo que me fuese a fulminar".
Aunque su madre se encuentra bien, las imágenes que se muestran en la docuserie sobre su estado de salud explican de cerca los efectos de esta enfermedad. Teresa necesita ayuda y apoyo para algunos de los movimientos más habituales del día a día: subirse a una silla, caminar...
"Tengo que aceptar que ya no puedo ser la de antes. Ni voy a pintar igual, ni voy a ir en bici... Es lo que hay. Hay que intentar disfrutar, que es lo difícil", expone Teresa Ribó. Sin embargo, intenta llevar su situación con normalidad, tal y como defiende María Pombo: "Mi madre era todoterreno absoluto. Aún con su enfermedad, no hay quien la pare".
Otro de los momentos de la docuserie en la que se habla del tema es cuando van a un local de artesanía junto a su madre y su abuela. "A mi madre le cuesta hacer planes porque le da miedo verse débil, ver que no puede controlar sus manos, que no tiene fuerza, que ya no tiene esa habilidad. Ella era restauradora", explica Marta Pombo (31).
Tanto en redes sociales como en la docuserie, la familia Pombo aprovecha para dar altavoz a la enfermedad y que el público pueda conocer de primera mano cómo es lidiar con la esclerosis y cómo puede llegar a cambiar la vida.