Ana Obregón (68 años) está feliz. Este pasado domingo, día 17 de diciembre, la presentadora reunía a parte de su familia y algunos de sus íntimos amigos a las 17 horas en la parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja para celebrar el sacramento del bautismo a su nieta, Ana Sandra Lequio Obregón, hija de su malogrado hijo, el empresario Álex Lequio, fallecido en mayo de 2020. Desde ahora, Anita, como la llaman en la familia, ya es cristiana.
Para tan feliz ocasión, la actriz eligió un estilismo acorde no sólo a su importante momento personal, sino con un significado mucho más profundo del que parece. Ana Obregón lució un dos piezas diseñado y confeccionado por Rubén Hernández, el diseñador alicantino responsable de algunos de los vestidos más aplaudidos de la artista.
Compuesto por una blazer en tweed, solapa de esmoquin y un cinturón, la prenda superior llevaba dos flores realizadas en la misma tela de la chaqueta. Ambas flores hacían referencia a las dos personas más importantes de su vida: su hijo, Álex, y su nieta, Ana Sandra.
El resto del look estaba compuesto por una falda plisada, zapatos de tacón grueso en mismo tono rosado, una felpa también en rosa y pendientes de brillantes a juego con la gargantilla. EL ESPAÑOL ha podido conversar con el creador de este aplaudido estilismo.
Enhorabuena, Rubén. Otro momento para el recuerdo en la vida personal de Ana Obregón con este estilismo. ¿Cómo se siente?
Muy bien, muchas gracias. Contento. La verdad es que con Ana ya tengo un más personal que profesional. Desde el momento cero en que empecé a trabajar con ella fue supercercana conmigo. Y, tal y como la ves, como es ella. Es muy natural. Tenemos muchísima conexión. Lo analizaba días atrás, es que he estado con ella, vistiéndola, en momentos muy importantes: la presentación de la Fundación Aless Lequio, la presentación del libro...
¡Las Campanadas!
Claro, las Campanadas... Ella ha contado conmigo y yo se lo agradezco un montón. Ella tiene, como tú sabes, a miles de diseñadores deseando vestirla. Además, es una persona que viste de grandes firmas internacionales y de altura costura y es una persona que aprecia la moda.
¿Le dio alguna referencia de lo que quería llevar?
Bueno, entre los dos lo hicimos. Pero es que pensamos varios. Por ejemplo, para las Campanadas le hice cinco o seis vestidos. Para la presentación del libro le hice tres. Nunca me la juego a una. Ella me aporta, yo pienso y no me rijo a un solo modelo.
¿Hay dos modelos más del bautizo?
Le hice tres para el bautizo. Con la misma idea, le diseñé tres. Ella siempre me dice "¡no hagas tantos!", pero yo le digo que más vale ir sobrados por si pasa cualquier cosa.
¿Los tres en rosa?
Sí, los tres en rosa, en la misma gama.
¿Por qué en rosa?
En los últimos tres años y pico ella ha ido vestida de blanco y negro por el luto de su hijo Álex. Cuando volvió de Miami con Anita, quería cosas veraniegas y floreadas, porque era la época, pero desde esta nueva etapa, por decirlo de alguna manera, se ha inclinado por el rosa. A lo mejor es que el rosa es el tono más asociado a las chicas o porque es tendencia. Antes sí que tenía más condiciones con el tema del color -era blanco o negro-, ahora tengo más libertad.
¿Da vértigo haber convertido en el diseñador de referencia de Ana Obregón?
Es una responsabilidad. Con todas mis clientas la tengo, pero cuando se trata de una persona tan conocida como es Ana pues sí, sí que es una responsabilidad.
¿En qué próximos eventos la va a vestir?
Ahora mismo estamos los dos con la resaca del bautizo y yo estoy con el tema de las Navidades. Hoy hemos hablado y demás, me ha dado la enhorabuena y las gracias, pero a corto plazo no tenemos más. Este año no hay Campanadas. Aunque surgirá, pero ella está ahora centrada en el tema de la nena. Surgirán cosas y ojalá cuente conmigo.
En el plano personal, ¿cómo la ve?
Feliz, pletórica. La Ana Obregón de hace un año no tiene nada que ver con la de ahora. Yo no la conozco de toda la vida, pero me imagino que la Ana de ahora tiene bastante más que ver con la Ana de antes del fallecimiento de su hijo que con la de hace un año, a la que yo vestí. Está feliz, con su niña 24 horas y, ya te digo, le ha cambiado la vida. El bebé es un motivo de alegría. Se lo merecía. Ella, que ha sufrido tanto, se merecía esta alegría. Y yo feliz de verla.
Otro significado del rosa
Este pasado domingo, día 17 de diciembre, no sólo se celebraba el bautizo de Anita Lequio Obregón, también era un día muy importante para los cristianos católicos, apostólicos y romanos, como Ana y el resto de su familia: el tercer domingo de Adviento. Este domingo también es conocido como el de Gaudete o de Alegría debido a que se acerca el nacimiento del hijo de Dios. Un motivo de júbilo para la religión Católica y sus feligreses.
Este domingo fue especial y el color que lo abandera es el rosa, símbolo de gozo y alegría. De hecho, el sacerdote en la liturgia, se reviste con una casulla de ese color e incluso la vela que se enciende en la corona de Adviento es rosa. En estos días, desde la Iglesia Católica se llama a "profundizar en el deseo de conversión ante la llegada del Señor". Tanto en templos como en hogares como en los propios atuendos, véase el de Ana Obregón, el único color debería ser el rosa.