Este miércoles, 24 de enero, ha fallecido Manuel Gibernau Corachán, padre del expiloto Sete Gibernau (51 años), a los 78 años de edad. Aunque se desconocen las causas exactas de su fallecimiento, se ha debido a una breve y fulminante enfermedad, tal y como ha informado Vanitatis.
El empresario estaba casado con María Cristina Bultó, segunda hija del clan Bultó, fundadores de dos de las grandes marcas de motocicletas, Montesa y Bultaco. Juntos tuvieron tres hijos: Borja, Sete y Cristina.
Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, el velatorio tendrá lugar en Barcelona, donde ha estado residiendo en los últimos años. Será este viernes, 26 de enero, en el Tanatorio de Les Corts. Una hora después, la ceremonia será en el mismo lugar.
Sete Gibernau es conocido por sus premios, tras conseguir el subcampeonato del mundo de MotoGP en 2003 y 2004. Sin embargo, por lo que copó todos los titulares fue por su relación con Esther Cañadas (46). La expareja se conoció en 2004 e incluso llegó a pasar por el altar en 2007. Su amor no duraría mucho, ya que solo un año después de la cita separarían para siempre sus caminos.
La expareja se casó en secreto en abril de 2007 en una ceremonia privada celebrada en un hotel rural situado en la comarca gerundense del Bajo Ampurdán, de donde es la familia del novio. Informaron de este enlace con una foto que publicarían semanas más tarde y un comunicado en el que informaban de la noticia. Para la ocasión, la modelo española optó por un traje de Rosa Clará, mientras que Sete escogió un traje de Armani.
Diez años más tarde de este primer enlace, el expiloto volvería a comprometerse con Cristina Camacho, en una de las fincas más grandes de la localidad de Vulpellac, en Girona. Su relación ha pasado completamente desapercibida, al contrario de lo que ocurrió con Esther Cañadas. Ocho años después de aquella ceremonia, ambos han creado una familia y tienen una hija en común, Claudia.
Por el momento, no se conocen más detalles del fallecimiento del progenitor del piloto, a quien les unía una increíble relación como padre e hijo. A ambos les unía su amor y la pasión por el motociclismo. Sete consiguió destacar en el panorama nacional e internacional y siempre contó con el apoyo de Manuel.