El pasado jueves, 25 de enero de 2024, en un punto determinado de la calle de Almagro de Madrid se celebró un enriquecedor taller de coaching motivacional impartido por los responsables del método de adelgazamiento PronoKal.
Hasta ese enclave, para hablar de las herramientas clave con las que alcanzar el bienestar físico y emocional, acudieron tres personalidades del mundo de la televisión, el periodismo y el espectáculo: Anne Igartiburu (54 años), Charo Reina (63) y la periodista Cristina Villanueva (47).
EL ESPAÑOL estuvo presente y pudo charlar con Villanueva sobre la esclavitud del físico en las mujeres, la salud mental, el trabajo, la familia, y también acerca de su faceta como madre. Sostiene Cristina, presentadora del informativo de fin de semana de La Sexta, que se encuentra en su mejor momento físico y emocional.
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Que ella ha perdido peso porque así lo ha decidido y querido ella, y no porque nadie se lo haya impuesto. Eso sí, no esconde Villanueva que ha sido víctima de feroces críticas en las redes sociales por su físico. "Yo no soy modelo y no pierdo peso porque quiera ser un estándar de belleza. Lo hago por mí", matiza.
En esa línea, reivindica, en su conversación con este periódico, que cada cual esté en el peso que le dé la gana, y que en el caso de querer adelgazar se haga por el propio bienestar y no por el qué dirán. También se confiesa la comunicadora sobre su papel como madre, y desvela los ilusionantes proyectos que 2024 le puede deparar.
¿Cuándo llegó PronoKal a su vida?
Hace muchos años. Empecé de casualidad, conociendo a uno de los coaches de PronoKal. Fui a un taller de coaching y me di cuenta de que no era una dieta, que era un cambio de hábitos real, desde lo más profundo de cada persona. Te permiten ser muy libre en lo que tú quieres, te acompañan a conseguir los objetivos. Siempre de la mano de profesionales. Empecé a hacer la dieta, con nutricionistas... Es un 360.
Se comprometió de forma seria...
Me comprometí, sí, con todo el proceso. Empecé a notar cambios enseguida en mi vida. Tengo una lesión y la pérdida de peso a mí me ayudó muchísimo a eliminar dolores. No sólo es perder peso; a través de los nutricionistas me cambiaron muchísimas cosas que comía y que eran inflamatorias. Me quitaron los dolores simplemente adaptando lo que comía cada día. Es un cambio, un hábito de vida. Es reeducar tu vida y tu cerebro.
¿La mujer siente mayor esclavitud que el hombre?
Vivimos en una sociedad en la que a la mujer se la esclaviza con la imagen. Creo que intentamos romper con eso. De hecho, yo no soy modelo y no pierdo peso porque quiera ser un estándar de belleza, sino todo lo contrario. Lo hago por mí y por mi salud. Por sentir que mi vida es saludable y que la controlo. No tiene nada que ver con un estándar de belleza.
Pero, ¿a la mujer se la condiciona más?
Creo que cada vez más hombres están en ese sentirse bien, pero es verdad que con la mujer se es más cruel. Eso es cierto. La sociedad impone ahí unos estándares muy inalcanzables. PronoKal es una herramienta y tú la puedes utilizar como quieras. También pervertir, si quieres. El objetivo es perder peso de forma saludable y no perder peso porque sí.
¿Se le ha impuesto a usted que pierda peso por trabajar en televisión?
Nunca nadie me ha dicho que perdiera peso en mi trabajo. Ha sido una decisión propia. Sí que es verdad que alguna vez por parte de la audiencia sí lo he notado. Me dijeron que era rellenita, que si estoy embarazada... Pues no, no estoy embarazada. Las redes tienen esa parte de odio y de malicia. Intentan hacerte daño.
Estoy bien, me siento bien. No tengo por qué ser hiperdelgada para hacer televisión. Soy periodista, no soy modelo y no me dedico a la imagen corporal. Yo comunico noticias, es mi profesión. Entonces, puedo estar en el pedo que me dé la gana. Pero sí sientes esa presión.
¿Qué proyectos tiene para este año 2024?
Yo siempre tengo cositas. Siempre hay proyectos personales. Aparte de dar clases en algún máster en la universidad, pues algún proyecto en radio. Alguna pildorita, un pódcast. Algo de escribir también por ahí tengo, pero no hay nada cerrado aún. Están sobre el papel y avanzados un poquito.
¿Entendería que mañana, de repente, su vida personal ocupara las portadas de las revistas?
Es que no creo que yo sea un personaje público, fíjate. No creo que a las revistas les interese. ¿El qué, estar en la playa con mis hijas? Como los muchos millones de españoles. ¿Que alguna vez quieren saber algo de mi vida, dentro de lo normal? Pues no me parece más. Pero poca cosa... no me lo planteo como un escenario plausible.
¿Le gustaría que sus hijas se quisieran dedicar al periodismo?
Todavía son pequeñas. De momento, no lo sé. A lo mejor soy yo la que no quiero que se dediquen a esto. No es una profesión fácil, pero que se dediquen a lo que quieran.
¿Hace un balance positivo de su vida profesional?
Sí. A nivel profesional vamos a empezar a hacer una cosa con Atresmedia, que nos hemos asociado con Malas Madres y vamos a organizar una cosa. Tiene que ver con el 'yo elijo'. Es cierto que cuando llega la maternidad no estamos preparadas, porque nadie nos ha preparado para ello.
No encontramos ese 'yo elijo'. El trasladar 'yo soy importante', 'yo quiero cuidarme'. Vamos a ir por ciudades por toda España. Me apetece compartir mi experiencia como madre y ver cómo creamos una red de apoyo para esas mujeres que, al final, necesitamos decir 'necesito ayuda'.
¿Se considera mala madre?
Totalmente. Mis hijas me preguntan, cuando voy a la playa con mi bolsa de mala madre, 'mamá, no lleves eso. Tú no eres mala madre'. Y entonces tengo que explicarle. Lo han entendido desde el primer momento. Mi dicen: 'tú no eres mala madre, porque eres la mejor mamá del mundo'.
¿Cómo es su día a día?
Mi día a día es como el de todas las personas. Lo que se aprende aquí es saber parar, parar entre tareas. Tus cinco y quince minutos para ti. Mi día a día es igual de ajetreado que el de cualquier otra persona. Se nos ve más por nuestro trabajo, y eso lleva otro ritmo, que te quita tiempo para estar con la familia.
Pero tienes que saber encontrar el momento. No hay una visión de lo que es correcto. Tienes que tener esa flexibilidad de saber adaptarte a los regalos de la vida porque también puede ser un regalo y no ver como una condena trabajar los fines de semana.