En marzo de 2022, un medio de comunicación desveló uno de los grandes secretos del mundo del corazón: Dionisio Martín Lobato (53 años), más conocido como Dioni, componente del grupo Camela, tuvo un hijo en su juventud del que nada se sabía hasta esa fecha. Hasta entonces, la existencia de ese vástago pertenecía a su esfera más íntima.
No obstante, Gema Moreno, la madre del joven, de 32 años y llamado Daniel, estalló un buen día y, harta de injusticias, desveló todos los detalles de aquel idilio que vivió en su juventud con Dioni Martín. Ella tenía 16 años; él, 20. Su historia duró sólo unos meses, pero el tiempo suficiente para que naciera Daniel.
Ese embarazo supuso todo un tsunami en ambas familias, como sostuvo Gema, hace dos años, en conversación con EL ESPAÑOL. Dioni, siempre según la versión de ella, se desentendió del niño. Ella dio a luz, el tiempo pasó y Gema presentó una demanda de paternidad tras agotar todas las vías posibles de comunicación con el padre de su hijo, aquejado de autismo.
Esa prueba de ADN adjudicó la paternidad a Dioni, quien tuvo que pasar una manutención. 32 años después del nacimiento de Daniel, la relación paternofilial es inexistente. Ya lo era en 2022 y así sigue siendo a día de hoy, en 2024: Dioni, defiende Gema Moreno, no se ha puesto en contacto con su hijo, ni qué decir con ella.
Sigue, pues, sin ocuparse ni preocuparse de su hijo. El dolor habla por Gema. "No tenemos noticias de él. No se ha puesto en contacto con su hijo, y menos conmigo. (...) En este tiempo no he querido participar en nada, porque sólo se busca el morbo, y no es lo que realmente queremos mi hijo y yo", asegura, dolida y agotada, la madre de Daniel.
Continúa detallando Gema: "Un juez no piensa en el cuidador, en la persona que está 24 horas, 365 días, sin poder permitirse el lujo de ponerse enferma o necesitar descansar o de poder salir a tomar un café. (...) Me siento impotente, porque él tiene medios y tiempo".
Sostiene Gema que todos los días "me pregunto lo mismo, ¿cómo puede vivir y dormir sin remordimiento?". Daniel echa en falta la figura afectiva de su padre. "Para mí es duro que sus otros hijos vivan de maravilla y el mío, que necesita un montón de cosas, no puede permitírselas cuando son necesarias", subraya.
Sobre el día a día de Daniel, su madre informa: "Dani es dependiente y va a un centro de día. Yo dejé de trabajar hace años para dedicarme única y exclusivamente a él". Este centro, informa Gema, pertenece a la Comunidad de Madrid. Termina la madre de Dani -como lo llama su entorno- su conversación con EL ESPAÑOL con esta reflexión: "Llevo 32 días cargando con esta mochila y me arrepiento de no haber tenido el valor de haberlo hecho mucho antes -hablar públicamente-".
La versión de Dioni
En 2022, Dioni emitió un comunicado, donde sostuvo, entre otras cosas, lo que sigue: "Recibí la demanda de paternidad en 1999, sometiéndome a las pruebas voluntariamente. Después tuvimos una única conversación telefónica poco agradable, lo reconozco. (...)".
Y añadió: "Nunca hubo el menor intento de acercamiento personal por su parte. Durante muchos años nada supe del día a día de Dani. (...) Es cierto que en la peor época de la crisis no pude hacer frente a la totalidad del pago acordado cada mensualidad". La versión de Gema Moreno, en cambio, dista mucho de la del cantante.
"Él se presenta a las pruebas porque era famoso, pero sabía que era el padre desde el minuto cero. Él se presenta voluntariamente, esa es la verdad. Dio el máximo: 99,997 por ciento. El juicio con sentencia sale en 2004, nos presentamos a juicio. Cuando llegué me dijo 'bueno, estarás contenta, ¿no?'. Jamás se ha preocupado de él. Ya en esa demanda ponía los problemas de discapacidad que tenía mi hijo", explicó Gema a EL ESPAÑOL hace dos años.
Defendió Gema, además, que Dioni no siempre respondió de forma satisfactoria con la manutención: "No, hubo un tiempo, en el 2014, que deja de pagarme y yo le mando una carta a su casa. Me llama y me dice que no puede, que hay mucha crisis. Mi hijo come todos los días, al igual que los otros dos. Le demandé y nos volvimos a presentar a juicio".
El único y gran damnificado de esta historia es Daniel, quien se ha criado sin su progenitor, guía y referente: "Mi hijo ha tenido en muchos momentos de su vida necesidad de conocerle. Hace 15 años yo necesitaba volver a ser madre. Me puse en tratamiento psicológico porque estaba tomando medicación y quería dejarla para poder tener otro hijo. Entonces, mi hijo pasó una mala racha de adolescencia e insistió mucho en conocer a su padre. Me puse en contacto con él y me dijo que no estaba preparado para conocer a Dani".
Nunca olvidará Gema Moreno el día que le confesó a su hijo quién era su padre: "Un día saliendo del colegio me pregunta por qué tenía sólo mis apellidos. Para mi hijo quien ha hecho de padre ha sido mi padre. Se lo dije, que él tenía su papá de verdad. Cuando se lo dije, me dijo '¿de verdad?'. Mi hijo no se impresionó porque fuera famoso, sino por el hecho de que 'leche, tengo padre'. En muchas ocasiones me ha pedido verlo".
Daniel siempre apoyó -y sigue haciéndolo- a su madre para que hable y cuente su verdad: "Hablé con mi hijo antes de dar el paso y me dijo 'mamá, ya era hora'. Le pregunté que qué pensaba, y me dijo: 'Yo sé que es mi padre, pero nunca le voy a llamar padre. Le voy a llamar Dioni. Sí me gustaría que me pidiera perdón'. Eso lo dice un niño con autismo. Yo sé que mi hijo es feliz, y con eso me basta".
Terminó entonces dejando claro Gema Moreno que la existencia de su hijo Daniel la conocía todo el entorno de Dioni: "¡Todo el mundo lo sabía! En mi barrio, se está poniendo en contacto conmigo gente que me dice que para lo que necesite, que si los necesito como testigo, ahí estarán. En el barrio todos sabían que tenía un niño conmigo. Fue mi primer novio, mi primer amor. En ese momento sentí miedo. Mis padres sufrieron mucho".