Las raíces gaditanas de Luis Miguel: vivió en San Fernando siendo un niño y despertaba a sus vecinos imitando a Tarzán
Los cuerpos de Matilde Sánchez Repiso y Rafael Gallego Rey, abuelos del cantante, reposan en el cementerio del municipio andaluz.
2 julio, 2024 01:42El pasado viernes, 28 de junio, el cantante Luis Miguel (53 años) arrancó su partida de conciertos en España con su exitoso Luis Miguel Tour 2024. La primera parada fue Córdoba, dos días después hizo vibrar a toda Sevilla en su emblemático Estadio Olímpico de la Cartuja y el próximo sábado, día 6 de julio, traerá su show a Madrid.
Muchos pensarán que el primer gran vínculo de Luis Miguel con nuestro país proviene de su relación sentimental con la empresaria Paloma Cuevas (51), exesposa del torero Enrique Ponce (52) y madre de sus dos hijas, Paloma (16) y Bianca (12). La realidad, en cambio, es otra muy diferente.
Luis Miguel Gallego Basteri nació en San Juan de Puerto Rico en 1970, pero con tan sólo nueve años, abandonó la Isla del Encanto pasar instalarse en otra: la Isla de León, nombre con el que se le conoce comúnmente al municipio gaditano de San Fernando.
Allí, Luis Miguel, al que sus amigos llamaban Luismi o Mickey, fue matriculado en 4º de la antigua EGB del Colegio Liceo del Sagrado Corazón. Permaneció en tierras isleñas desde 1976 hasta 1981. El abuelo paterno de Luis Miguel, Rafael Gallego Rey, trabajaba de farolero, pero siendo muy joven enfermó y falleció, dejando a su familia en una crítica situación económica.
Matilde Sánchez Repiso, la madre de Luis Rey, abuela de Luis Miguel, utilizó las habilidades musicales de su hijo para ganar algo de dinero en concursos locales de música, como el organizado por Radio Cádiz, donde se hizo con un premio en los años 50.
La pasión por la música, el buen oído y el ritmo pasarían por la sangre y los genes de Luis Rey a su hijo, Luis Miguel, que en el colegio de San Fernando ya demostró en ciertos momentos sus dotes para cantar. Quién iba a imaginar que años más tarde se convertiría en una de las voces más poderosas e influyentes de la música global.
En la actualidad, los cuerpos de Matilde y Rafael, abuelos de Luis Miguel, reposan en el cementerio de San Fernando, según informa Yo soy cañaílla. En las fotos publicadas por el citado medio se puede ver una imagen familiar con sus abuelos y otra del día de su comunión en San Fernando.
Además, también se desvelan las notas correspondientes a la primera evaluación del curso 1979-1980, del Colegio El Liceo. En ellas se observa cómo el tutor de Luis Miguel aconseja "que se esfuerce en sus estudios", ya que tiene bastantes suspensos. Según se observa, el que luego se hizo llamar El Sol de México -que incluso barajó la posibilidad de hacerse llamar El Sol de Cádiz al principio de su trayectoria musical-, suspendió cuatro de las siete asignaturas que estudió aquel curso.
Tuvo insuficientes en Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales y Religión Católica. Esta última, muy importante para el centro donde estudió, al tratarse el Liceo de un colegio concertado -actualmente sólo el Bachillerato es privado- y muy conservador.
Tal y como cuentan sus vecinos, Luismi y su abuela vivían en el bloque número dos de la Barriada de las Palmeras, jugaba al fútbol con sus amigos y despertaba a todos los vecinos a la hora de la siesta haciendo el clásico grito de Tarzán. "A los dos años lo vimos en la tele ganando, con 17 años, el festival de San Remo. Fue un niño prodigio desde siempre y su voz, espectacular...", recuerda un isleño. Como apunte, cabe destacar que no ganó, quedó en segundo lugar al entonar el clásico italiano Raggazzi di Oggi.
"Mi padre siempre dice que se despertaba de la siesta porque imitaba a Tarzán y por eso le pusimos el Tarzán. Qué tiempos aquellos... A ver si viene y hace un concierto", anhela otra vecina de San Fernando. Si bien es cierto, hace mucho que el creador de La Bikina no se deja ver la que fue su casa durante algunos años. La última vez que se sabe que estuvo en San Fernando se le vio en el cementerio, visitando la tumba de sus abuelos.
Cuando falleció su padre Luis Rey, en el año 1992, sus cenizas fueron depositadas en el cementerio de Chiclana y el propio Luis Miguel puso dos condiciones: no debería figurar lápida identificativa y sólo él y la familia podían conocer el paradero de los restos. En los últimos años, algunos medios han intentando conocer información sobre los fallecidos y desde el camposanto se han limitado a salvaguardar la intimidad de la familia.