El 27 de junio de 2023 falleció la eterna y querida Carmen Sevilla y, poco más de un año después, ha dicho adiós una de las personas que mejor la conoció y que bien la quiso en vida, su íntimo amigo Moncho Ferrer. Ha sido este mes de agosto cuando el que fue confidente y guardián de los secretos de la emblemática presentadora ha perdido la vida. 

Lo ha hecho en Valencia, donde se trasladó a vivir hace un tiempo, para estar más próximo a su familia más directa. EL ESPAÑOL ha confirmado que Moncho no ha podido superar una neumonía que se complicó. Siempre de acuerdo a la versión que se facilita a este medio, Ferrer murió en paz y "no sufrió". Ha sido enterrado en la Comunidad Valenciana, como era su deseo. 

Se ha ido rodeado de sus seres queridos y envuelto en amor. Cuenta quien conoció a Moncho que su deceso ha acontecido de la misma forma en que vivió: con total discreciónMoncho fue un hombre "muy entrañable y querido por todos. Se portó muy bien con muchas personas y nunca tuvo ninguna guerra con nadie", relata la persona con la que se contacta. 

[Moncho Ferrer, íntimo amigo de Carmen Sevilla, tampoco se ha despedido de ella: el motivo y un tenso desacuerdo]

Moncho Ferrer en una fotografía de archivo. Europa Press

Hasta que la enfermedad ya se lo impidió, aseguran a EL ESPAÑOL que Moncho siempre atendía las llamadas de los amigos. Nunca dejaba a nadie sin responder. En otro orden de cosas, se desliza que su relación con Augusto (59 años), el hijo de Carmen Sevilla, siempre fue afectuosa y cercana

Conviene puntualizar que Ferrer fue, aparte de gran amigo de Sevilla, la única persona que pudo visitar en la residencia donde ingresó sus últimos años, víctima del alzhéimer que padecía. Él, Moncho, era el encargado de dar el parte médico sobre cómo se encontraba y evolucionaba Carmen. Hizo las veces de portavoz de la familia, además, cuando surgían informaciones alarmantes sobre la artista. 

Detallan que, por entonces, la relación entre Moncho y Augusto era más estrecha; estaban en constante comunicación, en aras del bienestar de Sevilla. No obstante, una vez que murió la presentadora del Telecupón todo cambió. No pasó entre ellos, se especifica, nada en concreto, sólo el paso del tiempo: "Con Moncho era muy complicado discutir, era un amor. Los unía Carmen y una vez que murió ella... nada fue igual". 

Ferrer quedó "muy afectado" con la muerte de Carmen, como desveló su hermana en conversación con EL ESPAÑOL. Augusto manifestó en esos días que de su madre sólo se iban a despedir las personas de "lazos de sangre" familiares y sus dos cuidadoras. Ese hondo dolor que sintió Moncho fue la razón por la que no acudió a darle el último adiós a Sevilla: porque no reunió las fuerzas suficientes.

Carmen Sevilla posando ante la cámara. Europa Press

Sí que se aclaró a este medio entonces que Augusto Algueró, como no podía ser de otro modo, invitó a Moncho a despedirse. Inicialmente, se contaba con él, pero no pudo ser. Por otro lado, se confirmó a este medio que existió una suerte de "desacuerdo" -un tanto tenso- entre Moncho y el vástago de Carmen, durante una de muchas conversaciones que mantuvieron, sobre todo, en la última década y desde que falleció la artista.

Ambos, vía telefónica, expusieron sus puntos de vista sobre cómo despedir a Sevilla, y fue precisamente en ese cómo donde está el quid de su discrepancia. 

Ferrer expuso que a Carmen le habría gustado una magna despedida, en la que toda persona que quisiera decirle adiós pudiera hacerlo. A puertas abiertas, sean conocidos o anónimo. En el parecer de Moncho -sustentado en los muchísimos años que conoció a Carmen- estaba que la presentadora sería feliz viendo un adiós multitudinario.

En cambio, Augusto no opinó de este modo, como dejó claro a nivel público: "Todos los que vamos a entrar, que somos muy poquitos, son única y exclusivamente familia directa, de lazos de sangre con mi madre, exceptuando dos personas que son las que han cuidado a mi madre durante los últimos años, que son Angelines y Alejandra. (...)". Sobre las críticas, deslizó: "Si hubiera montado un circo, también las hubiera habido". 

Cabe recordar que la amistad entre Carmen Sevilla y su buen amigo Moncho se remonta a los años ochenta. Se conocieron trabajando en 1985 y desde entonces no se habían separado. Para él, Carmen era una figura imprescindible en su vida y, aunque ella no lo recordaba en su último tramo, se lo hacía saber con cada visita. 

Desde 2015, cuando Carmen ingresó en el centro de mayores Orpea, en Aravaca, Carmen Sevilla recibió la visita de su amigo, constantemente. Moncho, quien también trabajaba como actor, llegó a desvelar que veía a la intérprete "casi todas las semanas". Era el único, además del hijo de la presentadora, que tenía permiso para hacerlo. Moncho Ferrer siempre estuvo a la vera de Carmen Sevilla. 

Augusto y su gran discreción

Augusto Algueró, recogiendo un premio en homenaje a su madre, en mayo, en Sevilla. Gtres

Tras la muerte de Carmen Sevilla, la vida de su hijo se puso patas arriba y fue muy cuestionado. Se puso en tela de juicio hasta su papel como hijo y se dibujó un perfil de él que poco o nada se correspondía con la realidad. No obstante, Algueró nunca quiso enzarzarse en conflictos con los medios de comunicación.

Él siempre ha tenido la conciencia muy tranquila, y nunca daría el paso de salir públicamente y hablar de esta cuestión. Sabe cuál es su realidad. Se detalla a este medio que lleva una vida muy tranquila en su casa de Pozuelo de Alarcón, en Madrid.

Se diría que, incluso, protagoniza una existencia búnker desde el punto de vista mediático. Vive en el domicilio que fue familiar -antes de su divorcio de su exmujer, Marta Díaz- junto a sus dos hijos, ya mayores de edad.