En octubre de 2021, EL ESPAÑOL se hizo eco de una información que afectaba de lleno -y de nuevo- a una de las familias más poderosas de España, las Koplowitz. Las hermanas Alicia María Koplowitz y Romero de Juseu (72 años) y Esther María (74) veían cómo su parcela más íntima y familiar se zarandeaba con la aparición de un supuesto nuevo hermano.
Un hombre, llamado Ramón, de cerca de 76 años, natural de Madrid, sostenía ser hijo biológico de Esther Romero de Juseu y Armenteros, madre de Esther y Alicia. Ramón quiso ser reconocido judicialmente y puso su situación en manos de la justicia. Presentó una demanda solicitando la declaración biológica de filiación por la que Alicia y Esther debían someterse a una prueba.
Lo hicieron y esa prueba fue contundente: Ramón no era su hermano de madre. Caso cerrado. No obstante, aquella no fue la primera vez que las Koplowitz se enfrentan a una situación similar. Hijas de Ernesto Koplowitz Sternberg y de Esther Romero, las hermanas han convivido con el hecho de que su apellido se viera envuelto en un polémico caso de paternidad.
En junio de 2023, el abogado Fernando Osuna actualizó otro caso de filiación -en esta ocasión, reconocida- que hace años llevó al solemne apellido a la primera línea mediática: el de Carlos Koplowitz.
Unas pruebas de ADN demostraron, a finales de 2012, que este hombre -residente en Suiza- es el quinto hijo del magnate de la construcción, Ernesto Koplowitz Sternberg, padre de las Koplowitz, fallecido en 1962. Así se le declaró legalmente.
Carlos nació fruto de una relación entre el padre de las Koplowitz y una mujer a la que conoció en Venezuela, con la que mantuvo un romance del que hay pruebas a través de las cartas que se enviaron. El 9 de junio de 2023, Osuna trasladó a los medios de comunicación un escrito en el que se hizo constar que este hombre iba a acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
¿El objetivo? Reclamar su millonaria herencia. Tal y como rezó el comunicado emitido entonces, Carlos "se basa en la vida familiar que hubo entre su padre y su madre cuando era un bebé. (...) Con posterioridad a su nacimiento, las Koplowitz durante muchos años lo han tratado como un hermano. Sin embargo, le niegan la parte que le corresponde por herencia".
Y se agregó en la misiva: "Un juzgado de Madrid lo declaró hijo hace años. Tras esta sentencia de filiación, empezó su lucha judicial por la herencia". En efecto, el caso de Carlos Koplowitz llegó a Estrasburgo, pero, según cuenta ahora Fernando Osuna a EL ESPAÑOL, allí "no se tramitó". Por esta razón, Carlos, de la mano de su abogado, continúa hoy litigando en la ONU.
Al mismo tiempo, una nueva información se ha trasladado a este periódico: Carlos va a manifestarse en los próximos días. Va a salir a la calle para hacerse oír. Según desliza su letrado, Carlos necesita "sensibilizar a la opinión pública". A este medio ha llegado una suerte de comunicado, en el que el propio Carlos expone: "Manifestación de Carlos Koplowitz por los derechos de los hijos ilegítimos y madres solteras".
"Voy a manifestarme de manera solitaria y con toda sencillez del 9 al 13 septiembre 2024, de 10:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00 en Madrid", agrega Carlos, y expone los lugares en los que protestará.
También detalla, con absoluta precisión, las razones que lo abocan, según él, a salir a la calle. "Los derechos económicos de los hijos nacidos fuera del matrimonio", "El deseo de mi padre de que todos sus hijos sean reconocidos y apoyados a lo largo de sus vidas".
Sigue añadiendo motivos: "Reconozco que en el pasado Alicia, Esther y Ernesto Koplowitz me han brindado ayuda. Además, es importante destacar hoy la ausencia de una obligación legal por parte de mis hermanas/hermano de apoyarme financieramente, subrayando que lo reclamo es una cuestión de ética y humanidad".
En ese punto, deja claro: "Reconocer que la fortuna y el imperio industrial y financiero pertenecen a mis hermanas. Pero lo que yo busco es algo que venga de mi padre". Remacha Carlos: "Realizo también todas estas acciones para dar espacio al niño que vive en mí, aquel niño que, a los 9 meses, no tenía derecho a nada mientras mis hermanas/hermano recibían lo que les correspondía".
Vida familiar y arraigo
Sostiene Fernando Osuna en conversación con EL ESPAÑOL que siempre hubo vida familiar entre Carlos y sus hermanas. Que se trataban y que, incluso, ellas le pagaron los estudios en Suiza y su estancia en un internado. Todo cambió cuando Carlos quiso ser reconocido legalmente.
Sobre la historia de amor entre la madre de Carlos y Ernesto Koplowitz Sternberg, Osuna siempre defendió que hubo un proyecto de familia en común: "Las relaciones habidas entre los progenitores no se limitaron a meros contactos sexuales esporádicos o frecuentes sino que se basaban en un mutuo afecto, muy arraigado en ambos, y en un proyecto de vida en común, sólo truncado por el inesperado y trágico fallecimiento del SR. Koplowitz Stenberg en accidente en la primavera de 1962".
Y añadió: "Pese a la profundidad de los sentimientos recíprocos de la citada pareja y de la frecuencia de sus encuentros, que se prolongaron durante casi tres años y hasta el fallecimiento del Sr. Koplowitz Stemberg en mayo de 1962. (...) La relación entre Ernesto y la madre de mi cliente se mantiene en encuentros entre ambos en Caracas, Nueva York y en Miami. En Suiza también convivieron y en muchos países".
Con sentencias en contra de tribunales españoles, Carlos Koplowitz ha decidido ahora acudir a la ONU, con el fin de poder acceder finalmente "a una herencia incalculable", tal y como ha explicado su abogado.
El nacimiento de Carlos fue fruto de la relación extramatrimonial que el empresario mantuvo a finales de los años cincuenta con la venezolana Albertina Rangel Rivero. Tras haber exhumado el cadáver del empresario polaco y haberle practicado varias pruebas de ADN, el informe forense había determinado que Carlos era hijo de Koplowitz a un 99,9 por ciento. No había lugar a dudas.
"Soy feliz, no guardo ningún resentimiento. Al final, han triunfado la tenacidad y la fe en la justicia", reconoció, pletórico, entonces. Pero la lucha de Carlos no terminó ahí. Hace un tiempo, Carlos concedió una entrevista a Vanity Fair donde aseguró: "Mi deseo profundo y sincero es encontrar una solución amigable, de familia a familia, respetar y ser respetado. Amar y ser querido por mi familia".
Ernesto Koplowitz falleció en 1962. Entonces se repartió su herencia en cuatro partes iguales para sus cuatro hijos reconocidos. Aunque la cantidad no fue desvelada, algunas fuentes apuntan a que podría haber alcanzado los 400 millones de pesetas de entonces -dos millones y medio de euros- para cada uno.