Así fueron los últimos días de Enrique, el padre de Bertín Osborne: petición familiar y la dura llamada de madrugada
- Según cuentan a EL ESPAÑOL, el progenitor del cantante llevaba "pachucho" cerca de 15 días. Murió rodeado de sus hijos.
- Más información: Muere Enrique Ortiz, padre de Bertín Osborne, a los 96 años: su papel como aristócrata y una complicada relación.
La madrugada del pasado viernes, 18 de octubre, fue especialmente dura y aciaga para la familia Ortiz Osborne. Bertín Osborne (69 años) y sus tres hermanas, María Teresa -a la que todos llaman Chata-, Marta y María de la Luz, tuvieron que despedirse de su padre, guía y referente, Enrique Ortiz López-Valdemoro.
Nunca es fácil decir adiós a un puntal emocional tan clave como es un padre. No hay buen momento para ello, por más esperado que sea. Enrique pereció en la más estricta intimidad de su hogar, en Madrid. Se le despidió e incineró en la Tanatorio de Tres Cantos, únicamente acompañado por sus hijos.
Ni siquiera estuvieron, cuentan a EL ESPAÑOL, las hijas del comunicador. Fue todo muy reducido e íntimo. Así lo pidió el propio Enrique, tan alérgico como era a los focos y la atención mediática. Quien lo conoció en vida, y trató, sostiene a este medio que Ortiz López-Valdemoro no quería una despedida multitudinaria.
"No le gustaba la prensa rosa ni ser centro de las informaciones". Y añaden: "Fue un dandi hasta el final de sus días". Sobre su estado de salud, este medio tan sólo ha conocido que "los últimos 15 días fueron complicados". Estaba "pachucho", aunque él siempre trató de restarle importancia.
Enrique "fue consciente" hasta el final. Su fallecimiento fue "sereno" y se fue de la mejor de las maneras: junto a sus hijos. Explican que la llamada que recibió Bertín, aquella madrugada, fue durísima, pero él ha encajado este deceso con gran entereza.
Enrique Ortiz, conde de Donadío de Casasola, provenía de una familia de gran prestigio y abolengo. Tras su partida, Bertín se convertirá en el VIII conde de Donadío de Casasola y VII conde de las Navas, los títulos aristocráticos que hasta su muerte ha ostentado Enrique Ortiz y que ahora heredará su hijo.
No sólo hay que subrayar la transmisión de este título nobiliario, sino también el reparto de un considerable patrimonio familiar. Si bien se desconoce con exactitud en qué consiste esa masa hereditaria, El Debate ha avanzado que "incluye propiedades y activos de gran relevancia". También se pone en valor "la preservación de un legado simbólico que tiene tanto de historia como de futuro".
En otro orden de cosas, la salud de Enrique Ortiz López-Valdemoro atravesó un complicado trance en noviembre de 2023. El padre del cantante de rancheras tuvo que ingresar entonces de urgencia a causa de un malestar tras la ingesta de unos medicamentos.
López-Valdemoro, tras sentir cierto malestar, fue trasladado al centro e ingresado en el momento. Se le reajustó la dosis de medicación y se le practicaron algunas pruebas. Horas después, recibió el alta. EL ESPAÑOL pudo conocer entonces que para Enrique, acostumbrado a estar en su casa y ser dueño de su vida, esas horas de ingreso se le hicieron eternas.
Enrique vivía en pleno corazón de Madrid, cerca del estadio Santiago Bernabéu. Detalló entonces una fuente de sobrada credibilidad que en aquel bache de salud Bertín y sus hermanas no se separaron de él. Se turnaban los hermanos para no dejar solo a su padre, quien siempre se negó a abandonar su casa para ser atendido en un centro con cuidados más profesionales.
Este periódico descubrió el pasado mes de noviembre que Ortiz López-Valdemoro fue un hombre enérgico, con una mala salud de hierro, buenos amigos y rutinas muy marcadas.
Le encantaba dar paseos y salir a comer a buenos restaurantes. El padre del artista acudía con mucha frecuencia a su establecimiento de confianza, situado cerca del Paseo de la Habana, y siempre pedía la misma mesa. Quienes lo conocían, destacan de él su afeite personal y su tremenda coquetería.
"Mi padre tiene más años que un bosque, pero sigue igual de cachondo, tiene una novia… El otro día lo llamo y le digo si nos vamos a comer, y me responde: 'Es que hoy no puedo… Es que he conocido a alguien'", explicaba el propio Bertín, hace un tiempo, en una entrevista.
Narró Osborne que movió ciertos hilos para indagar sobre esa mujer que su padre había conocido. De entrada, Bertín se encontró con la negatividad de su progenitor a facilitarle detalles. Tras una larga investigación, el artista pudo conocer que se trataba de la profesora de francés que el propio Enrique había contratado para aprender este idioma.
La rebeldía de Bertín
La vida de Enrique Ortiz López-Valdemoro merece ser contada. Nació en el año 1928 y proviene de una familia con una situación económica bastante desahogada. Con el transcurso del tiempo, asumió los títulos de VIII conde de Donadío de Casasola y VII conde de las Navas, que le habían sido heredados.
Contrajo matrimonio con María Teresa Osborne y Marenco, quien era la nieta paterna del II conde de Osborne. María Teresa falleció en 1991. Muchas son las crónicas que destacan que la relación de Bertín y su padre ha pasado por estadios complicados y por etapas menos fluidas. La juventud del cantante se escribió en términos de rebeldía.
"Bertín Osborne y su padre tuvieron una relación complicada porque él fue muy rebelde en su adolescencia. Al final tomo la decisión de echarlo de casa y tuvo que irse a vivir a Madrid con una de sus tías", relató Cristina Cifuentes (60) en el programa Hormigas Blancas que se realizó en honor al artista.
A lo largo de su vida, Bertín ha sufrido pérdidas que no tenían que haber ocurrido, como confesó en Planeta Calleja en 2018: "Sufrí más la muerte de mi madre que la de mi primer hijo".
Bertín y su padre estaban muy unidos, pero no siempre fue así. "Él era superestricto y yo era muy disperso y un loco peligroso, entonces era un choque constante", dijo el cantante en el programa Mi casa es la tuya al recordar su juventud. De hecho, el aristócrata no fue a la boda de su hijo y Sandra Domecq, celebrada el 9 de julio de 1977 en Jerez de la Frontera.
"Él no vino a mi boda. Mi padre no estuvo en mi boda. La explicación que dio es que no le había invitado, pero... ¿uno tiene que invitar a un padre? Yo sé que esto le va a molestar, pero es la verdad. En aquel momento no teníamos casi relación entonces yo me casé con una mujer estupenda y maravillosa y él decidió no venir".