La actriz mexicana Silvia Pinal junto a Victoriano Valencia, el padre de Paloma Cuevas, en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

La actriz mexicana Silvia Pinal junto a Victoriano Valencia, el padre de Paloma Cuevas, en un fotomontaje de EL ESPAÑOL. Gtres

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La amistad de Silvia Pinal con Victoriano Valencia, el padre de Paloma Cuevas: un 'affaire' y la reacción de él a su muerte

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El pasado jueves, 28 de noviembre de 2024, fue un día negro, tristísimo, para el séptimo arte y, en concreto, para la familia de la última diva del cine mexicano: la inconmensurable Silvia Pinal. La actriz pereció en un hospital de Ciudad de México debido a una infección urinaria, a los 93 años. El telón de su vida se cerró para siempre. 

Quien la conoció mucho dice de ella que se tomaba con sentido del humor hasta su propia muerte: cuando los medios de comunicación sensacionalistas la daban por muerta una y otra vez. Y ella, como respuesta, siempre salía al frente y se colocaba bajo los objetivos de las cámaras con una gran sonrisa.

Parecía que, pese a su débil salud del último tiempo, nada podía con ella. Fue la Pinal, como la conocían los suyos, una mujer aguerrida, lo que hoy se llama resiliente. Es verdad que las crónicas coinciden en fijar el punto de inflexión en su salud cuando se cayó en casa y se rompió la cadera. Ahí empezó su declive físico

Silvia Pinal en una fotografía de archivo.

Silvia Pinal en una fotografía de archivo. Gtres

Comenzó a ser Silvia Pinal una mujer con "limitaciones", como admitió en una entrevista una de sus hijas, la también actriz Sylvia Pasquel (75). Pinal estuvo, en sus últimos días, en cama y recibía diariamente a un terapeuta.

Protagonizó Silvia Pinal Hidalgo una vida de leyenda, de película, de cine: de lo que fue ella, la encarnación del séptimo arte. Su fallecimiento, no por esperado, ha sido menos duro.

México sigue impactado. Y las imágenes de su último adiós han dado la vuelta al mundo. "Hasta siempre, Silvia, tu legado será eterno por tu inconmensurable talento, que deja una huella indeleble en el mundo de la cultura. Te recordaremos siempre", escribió Paloma Cuevas (52 años) en su Instagram. 

Que la pareja sentimental de Luis Miguel (54) -padre éste de Michelle Salas (35), bisnieta de Silvia Pinal- mande este mensaje no es de extrañar por el vínculo ahora mismo citado, pero no es el único. La familia Cuevas conocía bien a la Pinal. En concreto, el padre de la diseñadora, Victoriano Valencia (93).

La diva del cine mexicano en una fotografía de archivo.

La diva del cine mexicano en una fotografía de archivo. Gtres

El que fue uno de los toreros más destacados de su época protagonizó una suerte de romance con Silvia Pinal allá por el año 1959, según rezan las crónicas. La musa de Luis Buñuel, además de una brillante trayectoria en el cine, vivió interesantes historias amorosas y supo edificar un potentísimo historial amoroso. 

Ahí algunos destacados nombres, como Rafael Banquells, Emilio Azcárraga MilmoEnrique Guzmán, Gustavo Alatriste, Fernando Frade y Tulio Hernández. Mención aparte merece el affaire que vivieron Victoriano y la eterna Silvia Pinal. Ella misma habló de esta relación en una entrevista que se publicó en ¡HOLA!

Durante la interviú periodística con el medio, Silvia Pinal declaró que el exsuegro de Enrique Ponce (52) fue su pareja en el año 1959. En aquel entonces, la mexicana tenía 28 años.

Siempre según relató ella misma, la historia de amor tocó a su fin por la distancia, pues entonces Victoriano Valencia era un torero en su máxima plenitudPinal rememoró que a pesar de la distancia el torero le escribía cartas de amor en las que le juraba "amor eterno".

"Fue un romance corto pero muy intenso. Ambos vivíamos en Barcelona, nos quisimos mucho, estaba empeñado en casarse conmigo. Viajó por España y Latinoamérica para torear y la distancia enfrió nuestra relación, me escribía cartas preciosas", agregó ella. 

En otro orden de cosas, EL ESPAÑOL ha podido conocer que Victoriano Valencia se ha mostrado "muy apenado" por la partida de Silvia Pinal. 

La emoción de Michelle 

Silvia Pinal, considerada como la última diva del cine, radio, teatro y televisión mexicana y que trabajó con el director español Luis Buñuel en los años 60, recibió el pasado sábado, 30 de noviembre, un homenaje en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, tras su deceso.

El homenaje póstumo, que duró unas dos horas, fue abierto al público mexicano que tuvo la oportunidad de entrar al máximo recinto cultural del país y despedirse de la estelar actriz y en su paso dejó flores, regalos y fotografías. A la cita asistieron familiares de Pinal, amigos, autoridades culturales del Gobierno de México y la comunidad artística mexicana.

Las hijas, nietas y bisnietas de Silvia, unidas sobre su ataúd, el pasado sábado.

Las hijas, nietas y bisnietas de Silvia, unidas sobre su ataúd, el pasado sábado. Gtres

También estuvo presente, aunque no de manera física, Luis Miguel. El cantante envió una corona de 1.000 rosas blancas en señal de duelo por el fallecimiento de la gran diva del cine mexicano.

Especialmente emotivo fue el discurso de su bisnieta Michelle Salas. "Hoy estamos aquí para despedir a una mujer que no sólo fue un pilar en nuestras vidas, sino un faro de luz para su familia, su gente y su país entero. Mi bisabuela, la Pinal, fue mucho más que una madre, una abuela o una bisabuela. Fue una mujer adelantada a su tiempo, una guerrera incansable".  

"Que luchó por su familia, por su gremio y, sobre todo, por todas las mujeres. Nos mostró que el verdadero poder está en nuestros valores. En nuestra determinación y en nuestra capacidad de amar profundamente. Su legado es infinito. Nos dejó legados y recuerdo. También cómo romper estigmas y transformar el mundo con valentía y gracia", agregó la esposa de Danilo Díaz Granados.

"Hoy mientras me despido de ella quiero quedarme con lo más importante que me dejó: su amor incondicional. Un amor que me dio fuerza, que me inspiró a ser mejor. (...) Ella hoy forma parte de las estrellas. Abuela, sé que me miras desde un lugar de paz, que me estás viendo. Cumpliste tu propósito aquí en la Tierra. Te dejo ir, no con sufrimiento, pero sí con gratitud", concluye Salas.