Ana Obregón en uno de sus últimos actos públicos.

Ana Obregón en uno de sus últimos actos públicos. Gtres

Famosos ANIVERSARIO

Ana Obregón, una mujer con una vida de película, cumple 70 años: de Hollywood a enterrar a su hijo y convertirse en abuela

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Recién estrenada la década de los cuarenta, Antonio Fernández era un adolescente espabilado que para ganarse las habichuelas trabajaba en una tienda del centro de Madrid barriendo, fregando y haciendo recados. Por las noches se dedicaba a hincar los codos porque quería llegar a ser alguien el día de mañana. Se convirtió en el mejor. Sacó matrícula de honor como delineante proyectista y tiempo después fue el número uno en España tras acabar la carrera de aparejador.

Su boda con Ana María Obregón, única hija del empresario constructor Juan Obregón, puso los pilares para que aquel futuro dorado largamente acariciado se convirtiera en realidad. Suegro y yerno fundaron al 50% cada uno la constructora Jotsa. Tuvieron cinco hijos: Juan Antonio, Ana, Celia, Amalia y Javier. Nuestra protagonista, Ana García Obregón, nació el 18 de marzo de 1955, es decir, en pocos meses celebrará su 70º aniversario.

Aunque todos fueron vástagos muy queridos, Anita fue el ojito derecho de su padre y él la malcriaba continuamente. También fue el más duro con ella, sobre todo, cuando de adolescente manifestó su intención de dedicarse al espectáculo. Hasta los nueve años, Ana compartía literas con sus hermanas en un piso en Príncipe de Vergara. Después se mudaron a la urbanización La Florida a una casa de 2.000 metros cuadrados llamada Los Sauces.

Antonio Fernández y Ana María obregón en una fotografía tomada en el año 2005.

Antonio Fernández y Ana María obregón en una fotografía tomada en el año 2005. Gtres

Era una niña vivaracha, curiosa y como solía decir su madre era "como un pajarito lleno de alegría, cantando y correteando por toda la casa". Le gustaba crear tanto sus propias historias que al mezclar la verdad con la ficción sus padres empezaron a llamarla Antoñita la fantástica, mote por el que aún se la sigue conociendo debido a esa gran imaginación que le echa en muchas de sus entrevistas.

Por ejemplo, durante décadas contó que le había hecho una paella a Steven Spielberg (78) mientras vivió en Los Ángeles y nadie le creyó. Hasta que hace unos años demostró que estaba en lo cierto.

Con 13 años a punto estuvo de que sus sueños se borraran del mapa al detectarle un tumor en el duodeno que a punto estuvo de costarle la vida. Fue una época tremendamente dura para toda la familia. Los García Obregón siempre han sido una piña y lo que le dolía a uno les dolía a todos. Afortunadamente, Ana salió airosa de este primer trance en su vida. Así que continuó con sus estudios de primaria, los de ballet y piano.

Independientemente de los estragos de la enfermedad, Ana empezó a sentir que le afectaba psicológicamente porque sus amigos del colegio se burlaban de ella porque estaba muy delgada, tenía las piernas larguiruchas y no tenía pecho. En más de una ocasión se encontró en la pizarra con que habían escrito "Ana plana como una rana". Le dolió tanto que le dijo a su madre que le comprara un sujetador para rellenarlo con algodón.

Ana junto a davor cuando eran pareja.

Ana junto a davor cuando eran pareja. Gtres

En 1969, la economía familiar daría un giro de ciento ochenta grados para bien ya que Luis de Usa y Gavaldá, II conde de los Gaitanes, e íntimo de don Juan de Borbón, le ofreció la posibilidad de comprar unas 1.150 hectáreas que habían sido parte de los bienes de la corona española, concretamente, el coto de caza del rey Carlos III. Respaldado por varios socios logró la compraventa por 700 millones de pesetas de la época (4,2 millones de euros). De esta manera, nació La Moraleja y, por ello, a Antonio García se le considera el padre de la primera gran urbanización de lujo de nuestro país que luego se dividió en parcelas de 1.500 metros cuadrados, 2.500 metros cuadrados e incluso 10.000. Estas transacciones convirtieron a Ana Obregón en una de las adolescentes casaderas más importantes del momento.

Tras pasar el trago de la enfermedad conoció a Merry Martínez-Bordiú -ex futura mujer de Jimmy Giménez Arnau- a quien le unía la pasión por las motos. Como Ana le había prometido a su progenitor que estudiaría y se matriculó en Biología, otra de las cosas que nadie le creyó durante mucho tiempo, expandiendo su leyenda de Antoñita la fantástica. En el campus conoció a Francis Franco, hermano de Merry, con quien tuvo un breve romance.

Mientras estudiaba le surgieron varias posibilidades para entrar en el mundo del espectáculo. Una de ellas fue cuando Luis García Berlanga, amigo de la familia, le propuso a Anita un papel para hacer cine y la otra cuando a escondidas participó en un anuncio de Tío Pepe para Estados Unidos.

Aunque parezca increíble, en 1978 viviría su primer gran amor con Miguel Bosé (68), que empezaba a abrirse camino en la música a nivel internacional. Como no podía ser de otra manera, la pareja acaparó la atención de la prensa del corazón cada semana ya que el artista pertenecía a la aristocracia del toreo y el cine por sus padres, Luis Miguel Dominguin y Lucia Bosé. En sus memorias tituladas Así soy yo, la Obregón defendió aquella relación de la siguiente manera. "Fue mi primera vez. Y fue con amor. Resultó tan bonito como había imaginado que sería". Lo suyo duró hasta 1982.

Para entonces, a pesar del disgusto paterno, Ana ya había rodado varias películas, Me olvidé de vivir (1979) cuya estrella era Julio Iglesias (81), con quien forjaría una sólida amistad que dura hasta la actualidad, Hijos de papá (1980) y Tres mujeres de hoy (1980), su primer protagónico.

La actriz con Darek en 2007.

La actriz con Darek en 2007. Gtres

A principios de los ochenta viajó a Londres para formarse como intérprete y, posteriormente, lo haría a Nueva York, donde según cuenta Ana tuvo una relación de amistad con derecho a roce con Robert de Niro (81), hasta recalar en Los Ángeles, donde vivió una de las mejores épocas de su vida. De 1984 a 1987 rodó Bolero, con Bo Derek (68) y George Kennedy e intervino en varios capítulos de las series El equipo A, Hospital General y Who’s the Boss?. En esa época vivió una temporada en la mansión de Julio Iglesias en Bel Air, una de las áreas más lujosas de la meca del cine. Y donde ocurrió el capítulo de la paella.

En esa misma década llegaría el amor de su vida en la forma de Fernando Martín, uno de los jugadores de básquet más exitosos que pavimentaría el camino de los hermanos Gasol en la liga estadounidense. Tal y como declaró la presentadora en La Caja DeLuxe en 2011: "Fue una historia tan nuestra, tan bonita... No nos descubrieron en tres años y medio. Es la única relación que he tenido feliz porque era nuestra y de nadie más".

La pareja fue la favorita de la prensa rosa. Pero en 1989 todo saltó por los aires cuando el deportista falleció a los 27 años en un accidente automovilístico. Desde entonces Ana le ha seguido recordando en redes sociales y en infinidad de entrevistas, algo que no ha hecho gracia a la familia de Fernando que han negado por activa o por pasiva todo lo que ha contado la madre de Álex Lequio quien, por desgracia, también falleció a los 27 años.

Ana Obregón junto a su hijo Álex Lequio.

Ana Obregón junto a su hijo Álex Lequio. Instagram

Recién estrenados los noventa, la vida personal de Ana daría un giro tremendo cuando en el otoño de 1990 conoció en un sarao a Alessandro Lequio, el conde hijo de Sandra Torlonia, hija de la Infanta Beatriz de Borbón y Battenberg, hermana del rey Alfonso XIII. En aquella época, el aristócrata estaba casado con la entonces modelo Antonia dell’Atte (64). El apuesto conde se instaló en Madrid donde trabajó para la Fiat, empresa que dejaría posteriormente tras destaparse su infidelidad con Ana.

Unas imágenes de Alessandro y nuestra protagonista en Mallorca en enero de 1991 destaparon la caja de los truenos que llegaría a su máximo estruendo con la participación de la colérica Antonia en La máquina de la verdad en octubre de 1993. Sin duda, uno de los momentos más icónicos en la historia de las privadas. "Yo no he roto nada que no estuviera roto", se defendería Ana en la revista Tiempo.

A partir de ese momento se gestó una de las peleas a tres bandas más jugosas de la historia de la prensa y televisión rosa. Gritos, insultos, faltas de respeto, montajes, mentiras y medias verdades han sido el caldo de cultivo protagonizado por dos italianos y una española.

El más grande sueño de Ana se cumplió en junio de 1993 cuando dio a luz a su único hijo, sí, aquel niño a quien llevaba en brazos y mordisqueaba las alcachofas de los micrófonos. A pesar de esta gran alegría -el conde tuvo con Antonia otro vástago, Clemente (36)- la relación entre Ana y Alessandro acabó en fracaso. Cuatro años después llegó otro de los hombres más importantes en su historial amoroso, Davor Šuker (56), futbolista del Real Madrid.

Lo suyo duró desde 1997 hasta el 2000. El croata ha sido el único que se atrevió a pedirle matrimonio, pero aquel día estuvo a punto de ocurrir una desgracia que Ana explicó con gracia en Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition: "El pobre Davor me puso el anillo en una copa de vino. ¡A quién se le ocurre! Estábamos cenando en Txistu -un conocido restaurante de Madrid- y yo estaba bebiendo vino y casi me ahogo. Casi tiene que venir la ambulancia porque se me quedó el anillo encajado en la garganta…".

La actriz Ana Obregón y su hijo Álex Lequio durante un acto de la fundación 'Porque Viven' en Alcobendas

La actriz Ana Obregón y su hijo Álex Lequio durante un acto de la fundación 'Porque Viven' en Alcobendas Gtres

Uno de los adjetivos que mejor podría definirla es el de curranta. Cine, televisión, teatro, publicidad… nada se le ha resistido. Ahí está en la memoria colectiva de varias generaciones clásicos como Hostal Royal Manzanares (1996-1997), ¿Qué apostamos? (1993-1998) con su querido Ramontxu García (63), ¡Ala…Dina! (2000-2001) o el bombazo Ana y los 7 (2002-2005). Con esta última serie se hizo todavía más millonaria de lo que era ya que no solo fue la actriz principal, sino también creadora, coproductora y guionista. Algunos de los capítulos rozaron los 6,9 millones de espectadores o el 38,1% del share, una cifra inaudita que hoy es imposible de alcanzar. Cobró 150.000 euros por capítulo que con los 91 de las cinco temporadas lo que ganó fue más de 14,5 millones de euros. Luego hay que sumar la venta internacional del producto. Tampoco hay que olvidar las Campanadas.

Entre el 2006 y el 2008 bebió los aires del guapo y musculoso Darek (43), con quien al principio jugó al despiste. Gracias a ella, el polaco empezó a volar solo, ingresaba ingentes cantidades de dinero por las exclusivas y la publicidad e incluso se atrevió a actuar en cine y televisión. A pesar de que les separaban 25 años, la presentadora y el modelo formaron un buen tándem que hizo las delicias de los paparazzi.

Al acabar la relación, Darek salió con Susana Uribarri (57), representante de Anita, lo que provocó un gran distanciamiento entre ellas. Pasados los años volvieron a retomar la relación y los negocios entre representada y representante.

Ana y su hijo Álex fueron una de las parejas más bonitas que posaban en reportajes. La pasión y complicidad entre ellos era evidente a cualquier hora del día y de la noche. Decidió irse a la Universidad de Duke en Carolina del Norte para estudiar la doble carrera de Ciencias Políticas y Filosofía, que terminó felizmente en 2014. Su cabeza iba a mil por hora. Quería aplicar los conocimientos teóricos a la práctica, por lo que fundó su empresa.

Gran parte de esos sueños se hicieron añicos cuando Álex cayó enfermo. Cuando en 2018 a su hijo le diagnosticaron un cáncer muy agresivo se le vino el mundo a los pies, pero jamás demostró flojera por su amor de madre. Y, especialmente, porque Álex había demostrado desde el principio una valentía inusitada.

Alessandro Lequio y Ana obregón en el entierro de su hijo, Álex.

Alessandro Lequio y Ana obregón en el entierro de su hijo, Álex. Gtres

Fueron varios años terribles. "Mamá, siento que tengas un hijo defectuoso", llegó a decirle el joven. Cuando la enfermedad avanzó a pasos agigantados Ana viajó con él a Nueva York, donde estuvo varios meses sin ser arropada por Alessandro. Madre e hijo tenían un sinfín de proyectos y, de hecho, el joven había empezado a escribir un libro y estaba muy enamorado de Carolina Monje, con quien esperaba casarse y ser padre.

Consciente de que la quimioterapia le estaba quemando por dentro decidió congelar sus espermatozoides. En plena pandemia y en el meollo del estado de alarma, Ana y Alessandro recibieron la peor noticia de sus vidas. Habían sedado al joven para que no sufriera. El 13 de mayo de 2020 falleció en Barcelona a los 27 años a causa del sarcoma de Ewing. Los reyes Juan Carlos I (86) y Sofía (86) le dieron el pésame por teléfono.

La actriz y presentadora se quedó consumida por el dolor. Durante un año y medio estuvo prácticamente vagando por su casa en chándal, sin querer hablar con nadie y bajo la protección de sus dos hermanas. De tanto en tanto escribía sus sentimientos en Instagram: "No sé qué me duele más, si la tristeza de saber que no estás... o la soledad que recuerda que nunca volverás"; "Cuánto daría por volver al pasado”. Algunos incluso llegaron a preocupar a propios y extraños, como cuando escribió "Mamá, cuida mucho de mi niño hasta que yo llegue, que espero sea pronto".

Lo que sí hizo Ana fue acabar el libro de su hijo, El chico de las musarañas y creó la Fundación Aless Lequio para potenciar la investigación contra el cáncer. Ese mismo 2020 sacó fuerza de flaqueza para presentar las Campanadas, un logro que fue muy aplaudido.

La portada de Ana Obregón que dio la vuelta al mundo con su nieta, Ana Sandra, en brazos.

La portada de Ana Obregón que dio la vuelta al mundo con su nieta, Ana Sandra, en brazos.

Como su hijo le había confesado su deseo de ser padre, Ana cogió el esperma congelado de su hijo y en Estados Unidos pagó para tener un bebé a través de un vientre de alquiler. El feliz acontecimiento llegó en marzo de 2020. Había llegado al mundo Ana Sandra.

Al mes de nacer, en ¡HOLA!, su revista de cabecera contó en exclusiva que "yo me morí el 13 de mayo de 2010 y he vuelto a nacer el 20 de marzo de 2023". Hubo mucha polémica y confusión porque unos medios decían que era su hija, ella no confirmaba, luego que era su nieta, no confirmaba, en fin, se creó prácticamente un estado de excepción que incluso llegó al Hemiciclo.

"Esta fue la última voluntad de Aless, la de traer un hijo suyo al mundo", confesó Ana al semanario del corazón. Y añadía: "Es hija de Aless y cuando crezca le contaré que su padre fue un héroe, para que sepa quién es y lo orgullosa que tiene que estar de él".

La protagonista de este reportaje ha repetido constantemente que su hijo fue un ser fuerte que nunca se dio por vencido y también disparó contra Alessandro Lequio cuando afirmó que "a mi hijo le he mantenido yo hasta su entierro". Desde aquel mágico mes de marzo del 2023, los ojos de Ana brillan de otra manera. Ha vuelto como la inocencia de una niña a la que le queda mucho por vivir.