Menuda noche en la gala de Supervivientes de este jueves. Uno sintoniza Telecinco pensando que va a encontrarse más de lo mismo y, Dios mío, agárrense fuerte: van a vivir la velada más trepidante de todos los tiempos. Porque sí, yo no sé ustedes, pero un servidor no tenía ni manos ni mente para captar los momentos más interesantes de la isla. ¡De tantos como ha habido! De entre la telaraña de tramas, ahí tienen a Isabel Pantoja (62 años), que poco a poco le va viendo las orejas al lobo. Ella creía que estaba súper protegida en la isla y que al mínimo aullido vendría su séquito a rescatarla. Sin embargo, qué cosas, la cantante solo se ha encontrado con un palmeral como apoyo emocional.
Bueno, y con Jorge Javier Vázquez (48), que no se puede ser más pelota. El tío pasa de ponerla a parir en el plató de Sálvame diciendo de ella perrerías judías a bailarle el agua, a hacerle ver lo buena artista que es. Que tú eres la Pantoja, pero también Maribel, que lo conjugues bien, que la isla te necesita. Que serás capaz. ¿Se puede ser más lameculos? Qué decepción, tío. Tupido velo. Volvamos a Isabel antes de que me sobrevenga el vómito.
Habrá noches sencillas -que las ha habido-, pero este jueves nadie puede soslayar que la Pantoja se ha ganado el sueldo de Honduras: ¡todas las tramas se cernían sobre su persona! El primer enemigo que se ha erigido contra la tonadillera -todavía alza el dedo con fuerza, aunque con menos garbo- ha sido Omar Montes. El chaval le ha venido a decir que no lo toree, que no lo menosprecie, que ya; allí, todos se cortan por el mismo patrón. ¿De qué vas, Isabel Pantoja?
Bájate del púlpito, querida: ni tu gloriosa posición de antaño ni las lágrimas que derrames ahora te van a colocar en ningún podio de nada. Isabel, en Honduras, no eres la artista más grande de España, ¡no eres nada! Naaaada. Será duro asimilarlo, pero todavía, en tu fuero interno, ansías escuchar un coro celestial que no llega. Y nunca llegará. No, Isabel, vendiste tu alma al diablo cuando accediste a mezclarte con el vulgo. Y allí, esposada y desnuda, te diste cuenta de que la vida iba en serio. Por eso tu exyerno, Omar, te ha plantado cara. Ya está bien de pleitesía, aunque Isabel reniegue: "Estás aquí por mi hija, no te conocía nadie antes".
Esa crítica se une a la que le ha hecho Albert y se conoce que Pantoja, saturada, ha explotado de la peor de las formas. Con ese umbral de crítica tan escaso de que dispone, se conoce que ha montado en cólera y ha puesto en crisis a todo el programa. Su mensaje de auxilio viene a suplicar lo que sigue: o me quitan de aquí a los malnacidos estos, o me piro. Total, ya voy sobrá para pagar a Hacienda. Haced conmigo lo que queráis, me puedo permitir los pulsitos que me apetezcan. ¿Que no me creen? Si Isabel no pensara así, ¿por qué tanto replicar ahora y tanto silenciar antes?
Para reforzar mi teoría, ahí tienen a Kiko Rivera (35) en plató. El tío se ha cargado a su hermana -iba a plató como él, pero para defender a Aneth- con la única condición de asegurarse cada jueves una silla. Y lo ha conseguido. En otro orden, me da a mí que Isabel Pantoja no termina de entender el porqué sus episodios de terror no están infundiendo el pánico esperado: Isabel está perdiendo fuelle, ya ni su mirada lacerante ni su dedo ristre ejercen el mínimo poder. Maribel está revenida, encogida, debilitada, se ve hecha un guiñapo, sin las tres cuartas partes de lo que fue.
Apunte importante: así como las dos primeras semanas la productora hubiera unido Roma con Santiago ante una petición de Isabel, hoy... toda fuerza se ha perdido con el hambre. Incluso, cualquier botella de auxilio tirada al mar. A Pantoja le están saliendo canas. Ni los lloros la salvan. Que Dios te salve, hermosa. Y bien sabes que no fue tu culpa.
Se va a España: Aneth
Sigue en palafito: Jonathan
Nominados: Chelo, Carlos, Albert e Isabel Pantoja
[Más información: "Tú sabes que no fue mi culpa": el recadito de Pantoja ¿a Julián Muñoz? en Supervivientes]