Los mandamases de Supervivientes se están mordiendo las uñas compulsivamente: en Honduras hay un serio gabinete de crisis ante el inesperado e inminente abandono de Isabel Pantoja (62 años). Apenas si lo pueden disimular: no están siendo buenos días para los que hacen posible el concurso. Pantoja quiere abandonar y eso supone una hecatombe de tres pares de narices. Porque sí, señores, siempre hubo clases y este domingo en Conexión Honduras han quedado más claras que nunca: el peloteo hacia Isabel ha sido descarado por parte de Jordi González (56). Descarado e insultante, si se lo compara con el denigrante trato que recibieron las Azúcar Moreno.
Resulta que la cantante ha hecho el petate, no puede más con su alma y se larga de la selva. Quiere civilización, quiere familia; quiere comer. Porque, miren ustedes, cantar se hace mejor con el estómago lleno. Se conoce que ha tocado fondo, que no puede más, y ha explotado este domingo: "He perdido la fuerza física y mental, estoy agotada. Estaré mejor allí, me siento rara. Cada día es peor y he pasado por muchos dolores". En ese momento, un Jordi al borde de ictus -imagina mi mente malvada que recibiendo órdenes atropelladas por el pinganillo- trata de calmar a la gallina de los huevos de oro de la edición: "Se están multiplicando tus seguidores en medio planeta, no puedes irte ahora".
Sin embargo, Pantoja lo tiene claro: "Mi tiempo aquí ha terminado. Quiero volver a mi casa. Quiero volver, ya no quiero pasar más tiempo aquí. Ojalá salga nominada, ojalá, ojalá". Esto lo soltaba la tonadillera mirando al cielo, suplicando a su Paquirri, y fuerte. Y ausente. Isabel ya no está en la isla, le da igual todo. Ha tirado la toalla en el concurso y el próximo jueves o sale expulsada o ella misma anuncia su abandono. No habrá vuelta de hoja; sus ojos han hablado solos. E igual que lo he percibido yo, lo ha hecho España entera. Entre la marabunta, los jefes supremos.
Este domingo no debe haber sido fácil para Paolo Vasile (66) y su tropa. De hecho, no es de extrañar que el consejero delegado de Mediaset haya llamado a Pantoja para llegar a un acuerdo in extremis. Algo así como: Por favor, Isabel, no nos dejes tirados. Ella se mantiene férrea en su decisión: "Humana y físicamente no puedo más. Aquí hay gente muy valiosa. No estoy bien desde que me herí la pierna". Lo siento, hermosa, pero ahí estás echando cuento: la pierna, como bien ha dejado claro el programa durante unas cuatro ocasiones, la tienes estupendamente.
Incluso, Lara Álvarez (32) y el propio Jordi han dejado claro que estás sana como una pera y que si te largas, lo haces porque te da la gana. Total, que los jefes, ya con muñones de tanto morderse las uñas, le han pedido soluciones rápidas al presentador. Que sé yo, tío, pues dile que le damos 100.000 euros más, que lo que pida, por Dios, pero que no se vaya. Que los publicistas nos matan.
Y, claro, como esto no se puede decir en directo -por aquello de herir sensibilidades- Jordi ha optado por apelar al sentimentalismo: "Si decides volver, te daremos la bienvenida en España -¿como a las Azúcar Moreno?- Pero, Isabel, con lo mal que tú lo has pasado, tan canutas en tu vida, ¿por qué no te esperas cuatro lunas, hasta el jueves que viene, para que sea la audiencia quien lo decida?" ¡Menudo peloteo! ¡Supervivientes ha quedado retratado! Y, encima, no lo disimulan, como si el público fuera tonto. Pues no, no somos lerdos: nos hemos dado cuenta de que Isabel es el pilar fundamental de la edición y que su abandono haría un daño irreparable para la cadena. Sí, no todos somos iguales: siempre hubo clases.
En un ejercicio de peloteo máximo -y un tanto vergonzante-, Jordi ha rematado: "Te deberé un favor si te quedas tres días más". Ahí, Pantoja, envuelta en babas, no ha tenido más remedio que rendirse: "Venga, dale, me quedo". En ese momento, el plató se ha hundido en aleluyas: "Grande, grande". Juro por Dios que en ese momento he pensando que Pantoja hacía números en su cabeza y se decía: Bah, Maribel, total, son tres días más. Bien sabe el Altísimo que este verano me voy al Rocío.
Chelo está fuerte y Violeta, ¿dudando de Fabio?
Hay que decir que en la antípoda de Pantoja está la que fuera su íntima amiga, Chelo García Cortés (67). La colaboradora de Sálvame quiere quedarse en Honduras y está hecha una guerrera más. Se ha acercado más a Carlos Lozano (56) -tanto, que rozan el buen rollo- y lo único que la aleja del resto del grupo es el componente juventud. Los veteranos no terminan de encajar con Oto Vans, Dakota y Lidia Santos. Les cuesta acercar posturas, pero de momento hay cordialidad en el ambiente.
Donde no se respira mucho amor es en la historia de amor de Violeta Mangriñán (25) y Fabio. Parece que se les acabó el amor de tanto usarlo. Me da la sensación de que, pese a la excelente sintonía que demuestran, algo se ha roto entre ellos. Él se acuerda de su ex y ella, tres cuartos de lo mismo. Violeta duda: "¿Y si me he envalentonado demasiado?". Tengo que decir, como cierre, que hay dos concursantes que me están enamorando por encima de los demás: Mahi y Albert. La primera porque no se puede ser más tierna, más amorosa y más cándida. Y el segundo porque es un valiente: se enfrenta a la "matriarca" (Pantoja) con un arrojo que admiro. Me voy a aventurar ya: ¡SE MERECE GANAR EL CONCURSO! Por cierto, ¡Aneth a su put...casa! No se puede ser más engreída.
Nominados: Chelo, Carlos, Albert e Isabel Pantoja
[Más información: El mensaje de auxilio de Isabel Pantoja que paraliza Supervivientes]