Me escribía un amigo durante La Voz Senior de este miércoles en Antena 3 y me decía, muy maligno él: "Entre David Bisbal (39 años) y Antonio Orozco (46) no hay buena sintonía, te lo digo yo. Es injusto que solo se hable del mal rollo con Paulina Rubio (47)". Claro, eso es delicatessen para un servidor que había escuchado frías, por no decir gélidas, contestaciones entre ellos durante la gala de la semana pasada. Pero, oye, como que uno intenta verle la parte positiva a la vida. Bah, pelillos a la mar. ¡Pues de eso nada!
Resulta que, poniendo ojo avizor en los gestos, miradas y comportamientos, aquí un menda se ha convertido, durante unos minutos, en un detective del CSI. ¿El Sherlock Holmes? Ese no me hace ni sombra. Sí, sí, sí, ¡hay pique! Existen rencillas, y de esas malas, putrefactas que se disimulan con una sonrisa hueca, huérfana, sin ganas. Bisbal no soporta a Antonio -que Dios me perdone, es mi opinión-; es un hecho consumado, al menos es lo que se desliza ante mis ojos. Entre ellos no hay eso que se ha dado en llamar feeling, y que, los hay, fuerzan inútilmente.
Que no se engañen, señores, que hay personas que circulan, o pululan, por tu vida y que no conectan contigo. No llegan. No significa, ojo, que sean malas, no, -o sí-, pero hay caracteres que se repelen y que no entienden de amor ni de empatía. Tú por tu lado y yo por el mío; eso parecen haberse dicho Bisbal y Orozco. El caso es que si los ves desde la barrera, sin prisma, parecen dos colegas profesionales bien avenidos, pero cuando te detienes, y das al zoom... ves el polvo entre lo limpio, esa mota traicionera. Ahí los tienen, riñendo hablándose bien. Qué arte. Vamos a empezar por el pique más fuerte.
Les pongo en pista. Sale a cantar Enriqueta, 61 años, un amor de mujer de los que ya no quedan. Tierna, cándida, que te entona el Amar pelos Dios -el mismo tema con el que consiguió la gloria en 2017 Salvador Sobral (29) en Eurovisión- y se desata la guerra. Siempre el caos vino del amor. Tal es el vozarrón de la señora que se giran todos menos Paulina Rubio -¿por qué será? Qué injusto- y ahí comienza la tensión. Tras un rifirrafe bienqueda -de los peores-, Enriqueta se queda con Pablo López (35) -ante el fastidio de Bisbal- y le dice al oído a Orozco -quien, no obstante, corre en su encuentro todo amoroso- algo así como: "Que me toque contigo es como si me tocara con Pablo". Claro, teniendo en cuenta que a Bisbal casi se le salen los ojos de las órbitas del deseo por quedarse con ella, ha explotado.
Ahí florece lo auténtico. Mientras Orozco ha acompañado a Enriqueta a la salida del plató, y la ha prevenido de lo traicioneras que son las escaleras, el de Almería lanzaba su misil desde su atril, en connivencia, de la mala, con la mexicana, que reía sin ton ni son: "Bueno, hasta luego (Enriqueta)". Y girándose a cámara con gesto revenío, remacha, como al público: "Pues aquí seguimos en La Voz Senior". Ahí no es nada; un ojo muy pendiente -y maligno- se da cuenta de que los celos de Bisbal van más allá: envolverían, en su tela de araña, a Pablo López, hecho todo de amor. ¿Que no me creen? Os sitúo en David, 61 años, vozarrón que te caes pa' tras y el hombre que hace llorar a Orozco, el cual entra en convulsión por no girarse ante el talento: "No podemos no girarnos".
Y Antonio se gira. Él y Pablo, los 'enemigos' de Bisbal. "Esto no ha sido una canción, sino un viaje. Y hubiera dado patadas por no girarme". Ni hizo falta, pero, qué mala suerte, que el señor se queda con López, y Orozco lo lamenta profundamente. En ese momento, como los amigos con retranca, Bisbal mete el estoque: "Huy, vaya pique hay aquí, ¿eh?". No, querido, pique el tuyo. Yo soy almeriense, pero al de allí le noto gatitos en la barriga. Ay, no sé, será que mi mente ya no me riega a estas inhóspitas horas. Por cierto, antes de terminar: ¿por qué castigan (o maltratan) de ese modo a los mayores girándose solo en el último segundo, y cuando lo hacen? ¡Más respeto, hombre ya!
[Más información: Estalla la guerra: el desafortunado comentario de Bisbal a Orozco en La Voz Senior]