La protagonista de esta semana en Lazos de Sangre es una de esas mujeres que ha llenado más páginas del papel cuché. Isabel Preysler (68 años) fue objeto de análisis por varias personas de su entorno, nombres que la conocen en la intimidad, así como los hijos que ha ido teniendo en sus diferentes matrimonios.
Por ello, una de las personas que tuvo más peso en el reportaje fue Tamara Falcó (37). "No me riñe mucho, pero sí que está bastante encima. En Londres tuve miedo de que me secuestraran al coger un taxi y me di cuenta de que la única que sabía todos los pasos que doy es ella", destaca la hija del Marqués de Griñón.
Como en otras entregas de Lazos de Sangre, las imágenes de archivo de TVE jugaron un papel fundamental, para rescatar declaraciones de la propia Isabel, como en las que aseguraba que se siente "muy orgullosa de mis hijos. Se desenvuelven muy bien, cada uno a su manera". Esa faceta, la de madre, junto a sus relaciones sentimentales y su marca personal fueron los ejes vertebradores del programa.
Haciendo gala de su apodo, La reina de corazones, curiosamente, el primer asunto que se trató fue el que cronológicamente ha sido el último en su vida: su noviazgo con Mario Vargas Llosa (83). Así, Tamara Falcó define que "mi madre está muy enamorada", e incluso no descarta un nuevo enlace nupcial: "Están viviendo juntos, y sí, es posible que se casen. Había empezado a ver mucho a Mario en casa, por lo que empecé a imaginármelo. Como persona, Mario es excepcional".
Sobre esta relación, otros personajes que se pronuncian son el Padre Ángel, íntimo amigo de ambos, o Boris Izaguirre (53), quien reconoce que "lo que me encanta es que es una historia de amor al uso. Lo maravilloso es que surgió hace 27 años. Quedó congelado en el tiempo".
Una hija especial
El siguiente asunto que trataron en Lazos de Sangre fue la trayectoria de Tamara Falcó. "Como a mi madre, me gusta la sencillez. He tenido una educación en la moda y no he usado mi personaje para publicitar mi trabajo", define ella misma, quien se considera una persona tremendamente religiosa: "He encontrado el equilibrio a través de Jesús. Todos los que somos católicos nos debemos plantear nuestra vocación. El Padre Ángel siempre recuerda que hacía colección de monedas de dos euros y que cuando tenía el cerdito lleno se lo di a él. Me siento feliz, ahora más, desde que me convertí he encontrado un equilibrio".
A partir de los rasgos de personalidad de Tamara, el reportaje se adentra en los orígenes de Isabel Preysler, a la que sus padres envían a los 17 años a Madrid "para evitar posibles tentaciones", ya que a su edad las chicas en su Manila natal se casan muy temprano. De aquellos primeros pasos, una de sus amigas, Begoña Zunzunegui, destaca que "la conocí en una cena. A los 17 años se dicen muchas tonterías, ella no dijo ni una. Es muy lista. Poco a poco fue metiéndose en la alta sociedad, hasta que conoce a Julio Iglesias (75)".
Aquí llega uno de los momentos más destacados y de más repercusión mediática, la boda en Illescas con el ilustre cantante. Jaime Peñafiel (87) rememora que "Julio era un cantante más, todavía no era un artista de gran talla. Se enamora de tal manera de Isabel que ella se queda embarazada". Isabel tenía 19 años y eso hace que pase por el altar de forma precipitada. "Nunca había visto llorar tanto a una novia como le pasó a Isabel", valora el veterano periodista.
Pocos meses después nacería Chábeli Iglesias (47). "Julio venía, se fotografiaba, dejaba embarazada a Isabel y se marchaba", destaca Jaime Peñafiel en alusión a los vástagos que surgieron de esa relación (Enrique (44) y Julio José (46)). "Isabel estaba tan recluida en su casa que cuando presento un libro y la invito le digo que llame a Julio para pedirle permiso. Isabel fue una buena esposa y a una buena madre", valora.
A pesar de ello, la relación no sale adelante y ambos se separan. Entonces aparece en escena el Marqués de Griñón, Carlos Falcó (82), que también acababa de salir de otra relación. "De mi padre siempre destaca que fue un señor. De personalidad regia, pero muy cercano", asegura Tamara Falcó. Su hermanastra Chábeli comentaba hace años en una entrevista para TVE que "es un hombre al que le gustaban mucho los niños y pasaba mucho tiempo con nosotros. Como era ingeniero agrónomo vivimos durante mucho tiempo en el campo".
De esa relación, Lazos de Sangre también destaca el acoso de la prensa rosa, una constante que se seguirá dando con los años, también cuando Carlos Falcó e Isabel rompieron. "Una separación es siempre triste. Es algo que me ha marcado mucho", confiesa Tamara.
Recuerdo sentido
Unos años después, en enero de 1988, Isabel Preysler volvía a casarse, esta vez con Miguel Boyer. "Nunca hubiera abandonado a mi padre si no se hubiera enamorado locamente de Miguel Boyer", destaca Tamara Falcó, en relación a un romance muy sonado que, en palabras de la periodista Rosa Villacastín, tuvo como damnificada a Elena Arnedo, la mujer del que fuera ministro de Economía.
El documental se adentra a partir de este momento en momentos muy sentimentales, con Tamara emocionándose al recordar la muerte de Miguel Boyer. "Me costó seis meses hacer el duelo", recuerda. En lo que también pone mucho énfasis, al igual que su hermanastro Julio José, es en poner de relieve el rol de madre que ejerce Isabel Preysler.
Ya por último, el documental también toca la enorme proyección internacional que tiene la imagen de Isabel Preysler y esa capacidad que tiene para cuidarse y mantener su estética elegante a pesar del paso de los años.
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