Cinco concursos de la tele que salvaron el verano
Los contenidos familiares destacan año tras año en una parrilla televisiva que en verano se ve alterada por el descenso del consumo.
9 agosto, 2019 02:15Noticias relacionadas
En verano, las televisiones aprovechan las vacaciones de los espectadores para bajar el ritmo de la producción de contenidos, convirtiendo la programación estival en un cóctel de refritos y reposiciones. Sin embargo, algunos canales también ven esta estación como la época ideal para invertir en formatos entretenidos y divertidos que reúnan a toda la familia frente al televisor después de un agotador día en la playa o en la piscina.
Se trata de los concursos, un recurrente género que a lo largo de los años han hecho más amenos los veranos televisivos. El último espacio exitoso en este ámbito ha sido El juego de los anillos, en Antena 3, líder de la noche del miércoles y aclamado en redes sociales por levantar a los espectadores del sofá, literalmente, para señalar en la pantalla el área que delimita las respuestas correctas.
No es una aparición, es mi madre enganchada a #JuegoAnillos de @antena3com ¡Todos a jugar! pic.twitter.com/MGPDITQQy5
— José Carlos Vargas (@JCarlos_VJ) August 7, 2019
Mañana por la mañana toda España limpiando la marca de los dedos en las pantallas de nuestras televisones 😂 #JuegoAnillos
— Álvaro Roldán (@alvaroRoldan_) August 7, 2019
Pero antes del programa presentado por Jorge Fernández (47 años) hubo otros muchos concursos veraniegos que tuvieron una gran acogida para la audiencia. JALEOS repasa los más emblemáticos de la historia de la televisión.
1. ¿Qué apostamos?
Al hablar de concursos veraniegos es inevitable acordarse de este formato y, cómo no, de su presentador, Ramón García (57), quien durante siete veranos acompañó a la audiencia con este programa de alocadas apuestas. En sus cinco primeros años, los más exitosos, lo hizo de la mano de Ana Obregón (64).
Los sorprendentes retos, los invitados internacionales de renombre y el carisma de los presentadores reunían a toda la familia en torno al televisor. Pero, si algo recuerdan los espectadores de este mítico programa que llegó a hacer audiencias de más del 40%, es su inolvidable sintonía, elegida como la mejor de todos los tiempos en una encuesta de Televisión Española.
2. El Club Megatrix
El programa de Antena 3 Megatrix se transformaba en verano en El Club Megatrix, saliendo de su plató habitual y convirtiendo entornos como un parque acuático en el escenario de divertidos juegos y competiciones infantiles.
De sus años de emisión, destacan los presentados por Natalia (36), la entonces adolescente recién salida de Operación Triunfo convertida en toda una estrella, que estuvo al frente del programa entre 2003 y 2007.
3. Pasapalabra
Aunque en la actualidad este concurso basado en el formato británico The Alphabet Game acompaña a la audiencia cada tarde en Telecinco, lo cierto es que en sus inicios fue concebido como un espacio familiar para la programación de verano.
Su primera emisión tuvo lugar el 10 de julio del 2000 en Antena 3, presentado por Silvia Jato (48). Siete años después, el formato aterrizaba en Mediaset con Christian Gálvez (39) al frente.
4. Juegos sin fronteras
La Unión Europea de Radiodifusión (UER) nace con el propósito de romper las fronteras de la radio y la televisión, creando formatos internacionales en los que participan las televisiones asociadas de cada país. Su concurso más conocido es el Festival de Eurovisión, pero también tuvieron un gran éxito veraniego que acompañó a la audiencia durante tres décadas.
Se trata de Juegos sin fronteras, una competición en la que participaban distintos países compitiendo en extravagantes y divertidas pruebas de habilidad. Se estrenó en 1965 y se mantuvo en las parrillas veraniegas hasta 1999.
5. El Grand Prix del verano
Basado en Juegos sin fronteras, en 1995 TVE decidía crear su propia versión nacional del concurso, con pueblos de toda la geografía española que competían por hacerse con el premio final.
Presentado por Ramón García, sus alocadas pruebas conquistaron a la audiencia: bebés gigantes, troncos locos, bolos humanos y las entrañables vaquillas que se lo ponían muy difícil a los participantes. Sin duda, el programa marcó una época televisiva, consiguiendo que las familias se dividieran entre los que apoyaban al equipo amarillo o el azul, independientemente del pueblo al que representara.
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