Lo que empezaba como un juego ha terminado en un tremendo susto. La tarde de este viernes en Sálvame dejó una herida en una de las colaboradoras más queridas del programa. Lydia Lozano (58 años) tuvo que ser atendida por el equipo médico de la cadena después de una prueba que realizó junto a sus compañeros Gustavo González (53) y Alonso Caparrós (48).
Todo sucedió durante una carrera con sacos de dormir, Alonso ganó y celebró su victoria con un fuerte abrazo con sus compañeros. El 'sandwich' que hicieron él y Gustavo González con Lydia provocó un dolor muy intenso en la zona del costado de la canaria, algo que alarmó muchísimo a sus compañeros.
Después de ser atendida por los médicos de Mediaset, estos decidieron trasladarla al hospital para asegurarse de que no había nada fracturado. Lydia estaba muy asustada pues esta no era la primera vez que tenía una fisura en las costillas.
Pasado el shock inicial, Kiko Hernández (43) habló con su compañera para dar el parte médico oficial: una distensión en el cuello y fuerte contusión en la parrilla costa. Un susto que, afortunadamente, se quedó en solo eso pues Lydia llegó incluso a bromear con sus compañeros: "¿Cómo abrazáis vosotros a vuestras parejas?".
Otros accidentes en 'Sálvame'
Pero Lydia no ha sido la única en 'besar el suelo' de Sálvame. El plató del programa ha vivido otras aparatosas caídas que, aunque solo quedaron en un susto, ocasionaron momentos de angustia.
El pasado 6 de agosto, el equipo de Sálvame se llevaba un enorme susto a pocos minutos del comienzo del programa. La colaboradora Chelo García Cortés (67 años) entraba en plató hablando por teléfono y tropezaba con el marco de la puerta, originándole la caída un profundo corte en la pierna por el que tuvieron que darle 28 puntos de sutura.
Yurena (49) y Paz Padilla (49) también sufrieron accidentes en el plató, pero sin duda la mayor perjudicada ha sido siempre Lydia. En junio de 2014, los colaboradores jugaban a perseguirse unos a otros por el plató, tirándose agua por encima. Lozano recibía un 'chapuzón' de Kiko Matamoros (62) y decidía cobrarse su acuática venganza. La colaboradora tomaba precauciones, quitándose los tacones antes de emprender su carrera, pero no contaba con que el suelo estaba mojado y acababa resbalando y cayendo de espaldas.
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