¿Quién denuncia? Hoy no cabe la risa en este hueco de verdad que he abierto para todos ustedes un jueves más. Y no encuentra cabida porque no debe hacerlo: ¡estoy muy impactado con Gran Hermano VIP y toda la movida que lo rodea! O sea, en shock. Asumiendo. En proceso. Lo veo, así como fogonazo a la pantalla, y me repulsa. Me he sentido incómodo con la pobre Adara Molinero (26). No se puede, no se debe someter a nadie a tamaño aquelarre sentimental. ¿En qué mundo vivimos? ¿Es que no somos conscientes de las consecuencias? ¿De verdad, con tantos pelos de experiencia?
A lo mejor, ese es el problema que se esgrime para justificar lo de esta noche, pero, juro, que es muy heavy. Ha de haber límites, cotos, que no se debe poner la misma vara de medir para un ser que nunca ha estado privado de libertad en comparación con aquel que sí. Si torcí el morro el pasado martes con Estela -la pobre expulsada de este jueves a la que casi ponen cómo comen en su casa de tan explícitos como fueron- ante la visita de mala fe de Sofía Suescun (23), Kiko Jiménez (27) y su pareja Diego Matamoros, ¡hoy lo retuerzo con más inquina, ahínco! No es para menos, ¡no aprendemos! Leñes, ¡nos gusta la bulla, el morbo!
¡Cómo se puede llevar tan al límite, tan al colapso emocional, tan, tan... al vertedero emocional a una persona! ¿Hay derecho a esto? No, nunca; no, no, no, no y no mil veces. Perdonen, pero no. En Gran Hermano VIP, para quien no lo sepa, han llevado a cabo una sucia encerrona, acorralando -tal como hicieran con Estela, igual de torticero todo- al personaje en un íntimo en el que ella, Adara, ajustara cuentas con su amor, con su corazón. Así, tan fácil, tan directo, tan liviano. El programa, que ha sido muy cruel, le ha mandado a la casa -¡recadito que va!- a Adara tanto a su pareja actual, Hugo Sierra (46), como a Gianmarco, el bombón de la casa que le ha espolvoreado en todos los sentidos. La ha dejado límpida, ansiática -esto, regalo de la casa-.
No, que me tachan de machista estos que llegan; corrijo, ese adonis que le ha hecho ver que hay vida más allá del encorsetamiento de la pareja.... y más, ¡con un hijo en común! Porque el amor es bello, inmaculado, pero no imperecedero. No hay nada malo en ello. Yo soy alguien triunfador en el amor... o no, si lo comparamos con otros. Como todo. A ver, ¿qué balanza se ofrece? A saber. El caso es que pienso que lo que se le ha hecho a Adara este jueves no es ni medio normal. ¿Ustedes entienden que su pareja y su rollete se sienten con ella para hablar de lo suyo en directo?
Mejor, mejor; ¿comprenden que lo hagan en un tono bronco, apremiante, censurable, desquiciante a momentos? ¿Nadie lo denuncia? ¡Todo contra ella! ¡La mala, malísima! A esa chica se le ha llevado al límite en directo. Madre mía, madre mía y madre mía. Qué malos son, Súper. Y lo son, vaya si lo son. La tenemos ahí, descompuesta, pero siempre puede llorar una gota más. ¡Redoblamos!
"Te tengo que esperar, ¿sí o no? He aguantado mucho. Dime algo ya", le azuza Gianmarco; "No vengo a echarte nada en cara, pero me dijiste otra cosa antes de entrar", "Sinceramente, soñaba con otra cosa", le replicaba Hugo. Y más, y más, y mucho más. ¡Maltrato psicológico! Bombardeo barato. Todo ello, en un pecuniario y sucio juego de intereses y dinero: se lo sorteaban ambos ante una impávida Adara.
"Me he dado cuenta de todo, ojalá no estuviesen las cámaras aquí. Ha sido todo sin querer", se defendía, como a manotazos, Adara. El amor se la comía. Como ese pez indefenso que boquea fuera del agua. A mí me ha parecido injusto y me ha dolido ese aquelarre sin mesura ni consideración. ¡Como si no tuviera ella derecho -qué coño, obligación- a enamorarse de uno ¡y de dos mil! El amor es así, te llega y te atrapa.
Y sigo contando, ya casi con las esposas puestas y eligiendo la celda: donde se ponga ese Gianmarco con su acento, sus dientes sin un tropiezo o arruga, amplísimos y blanquísimos, el corazón y la belleza abofeteando sin miseria, ese cuerpo para esculpir no sé qué -se improvisa-... ¿qué hace Hugo? Huraño, taciturno, enfadado con la vida, con esa arruga en el entrecejo que no lo abandona... Bah, bah, bah, ¡ronda de lujuria!
Ah, por cierto, antes de irme: no le han puesto a Adara ni un solo vídeo del exterior, como a Estela. Ay, se les pasaría. ¡Tienen tantas cosas en la cabeza! ¡Pobres! Dos cosas antes de despedirme, ¡qué pesado soy! Ahí van: Pobre Estela que se ha tenido que enfrentar a la suciedad de los Matamoros fuera y... qué mirada más sucia, turbia, de cloaca tiene la pareja de Adara... ¿Que cuál de los 'dos'? Anda, anda, adivínalo. No es complicado.
Expulsada: Estela Grande
[Más información: La noche que GH VIP destruyó su esencia cediendo información del exterior, ¡qué sacrilegio!