Se suele decir que la mentira tiene las piernas muy cortas. Televisivamente, Telecinco creyó encontrar el antídoto perfecto para medir el trecho que recorrían ciertos bulos relacionados con personajes famosos. Nacía así La máquina de la verdad, un programa que comenzaba a emitirse a finales de 1992 y que lo hacía con una compañera de viaje que se iba a convertir en habitual durante toda su trayectoria: la polémica. Sí, porque si alguien creía que los escándalos habían estado ligados a la cadena de Fuencarral con la aparición en su parrilla de espacios como Gran Hermano’ o La Noria, la hemeroteca viene a refrendar que no es así.
El estreno del programa que hoy recordamos ya estuvo envuelto en una ardua polémica. El motivo, una entrevista con un narcotraficante arrepentido, Ricardo Portabales, cuyo nombre estaba entonces en el candelero por una instrucción llevada a cabo por el juez Baltasar Garzón (64 años). Lo más novedoso era que cada respuesta era seguida a través de un polígrafo que, supuestamente, se usaba para descubrir las mentiras del entrevistado.
El presentador era Julián Lago, quien se vio salpicado por todas estas controversias. Ya en el primer programa descubrió que el fuego amigo siempre es el peor. El vicepresidente y consejero de Telecinco, Alfredo Fraile, se desmarcaba de la entrevista con Portabales, dejando como centro de las críticas al propio Julián Lago. Valga este enrevesado primer episodio para dibujar la trayectoria que iba a acompañar a La máquina de la verdad hasta el cese de sus emisiones, en 1994.
Denuncias y resurrección
A partir de su arranque, el espacio vivió un sinfín de capítulos, a medio camino entre el estudio de televisión y los juzgados. Juan Guerra, el hermano del exvicepresidente socialista Alfonso Guerra (79); los hijos de los marqueses de Urquijo; el actor Toni Cantó (54)…
Muchos fueron los personajes públicos que en algún momento se vieron afectados por La máquina de la verdad y que no dudaron en llevar al programa a los tribunales. Por ejemplo, en diciembre de 1993 y en marzo de 1994 la Justicia prohibía la emisión de sendos programas, uno que consistía en una entrevista con la niñera de Ana Obregón (64) y otro sobre Maria Àngels Feliu (61), conocida como 'la farmacéutica de Olot', que estuvo secuestrada 492 días.
Eso sí, una vez más, todos estos problemas legales se convirtieron en la mejor gasolina posible en materia de audiencia. A lo largo de 1993, La máquina de la verdad fue el programa más seguido en Telecinco, llegando a superar los 5 millones y medio de telespectadores.
A pesar de ello, ese desgaste de imagen acabó cobrándose un peaje para el espacio que presentaba Julián Lago, que se despedía en septiembre de 1994. Sin embargo, eso no significaba que La máquina de la verdad fuera a desaparecer definitivamente de la televisión española. Así, una década después, en 2004, Antena 3 rescataba el formato, eso sí, en una franja horario más discreta, en el late night , con Alicia Senovilla (50) como presentadora. Como segundas partes nunca fueron buenas, sus cifras fueron más discretas y se retiró de la parrilla apenas un año después.
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