El pasado verano saltaban todas las alarmas: Millán Salcedo (64 años) era hospitalizado por un asunto que parecía grave. Afortunadamente, todo quedó en un susto y la mitad del archiconocido dúo Martes y Trece visitó este jueves El Hormiguero para contar cómo vivió ese episodio.
Ese problema de salud no parece haberle borrado la sonrisa a Salcedo, que entró en el plató, con una americana rosa y un libro titulado Humor absurdo. Además, se sentó en el lugar de Pablo Motos (54) para hacer unas bromas sobre el tan de moda lenguaje inclusivo. Esto no hizo sino animar al presentador de El Hormiguero para celebrar que veía "en plena forma y con un humor excelente" a su invitado.
La visita de Salcedo tenía como objetivo contar qué sucedió realmente el pasado verano: “Quiero contar la verdad, ni más ni menos, no lo que decían las lenguas de doble filo… me han cortado un trozo de lengua. La novedad es que me he mordido la lengua y no me he envenenado”, bromeó justo antes de recibir una calurosa ovación del público.
Sin borrar la sonrisa de su cara, pero en un tono más serio, Motos recordó al humorista que pudo haber muerto. Él mismo dio los detalles: "No es cierto lo que dicen por ahí como que me había dado un doble ictus conduciendo, ¿cómo puede ser eso posible si no sé conducir? Ahora celebraré dos cumpleaños, el del renacido, el 4 de julio. Solo fue una subida de tensión. No me cuidaba mucho, tomaba mucha sal y ahora me llamo Millán cedo cedo. Tengo que hacer una gran dieta, comía como un perro san bernardo, pero lo llevo muy bien. Más de 8 meses sin tomarme una cerveza, tengo mucha fuerza de voluntad", valoró.
Al parecer, cuando Millán Salcedo tuvo esa subida de tensión estaba al lado de un amigo, aunque lo que él quería destacar es que "lo bueno es que cuando te ocurre no hay un túnel, no quiero joderle al chiringuito de Iker Jiménez (47). No te enteras de nada, cuando te despiertas estás en el hospital. Eso de que te pasa la película de tu vida por delante… menos mal que no me pasó la de El robobo de la jojoya y, sobre todo, Aquí huele a muerto".
Secuelas
Esa consecuencia, la de haberle cortado parte de la lengua, quedó patente desde el inicio del programa. "Ahora no puedo decir las erres. Donde estés, amigo, gracias por salvarme la vida. Estuvimos hablando de todo lo que pasó. Era terrible. En algún momento me debí caer pero no había mucha gente, él no sabía dónde ir pero se encargó de todo. Cuando estaba en el hospital, me sentí tan bien que me hice una foto de la lengua que estaba inflamada. Resulta que luego me volvió a dar otro, pero estaba en el hospital. No sufres".
Sin perder la ironía ni el humor, Salcedo dio más detalles de la intervención quirúrgica y, de paso, el trato que le han dado desde varios medios de comunicación: "La lengua me la tuvieron que cortar para quitar todas las mordeduras del ataque de epilepsia que sufrí. Ahora me cuido, lo puedo contar y en clave de já, porque soy así. No sé por qué están vendiendo la moto de que estoy solo. Es verdad que he estado tan metido en Martes y Trece que me descuidé y dejé las relaciones. Estoy siendo ácido, pero a mí no me retira nadie".
Su estancia hospitalaria fue larga y dio para que alguien tratara de sacar una exclusiva a cualquier precio: "Estuve en el Hospital Sagrado Corazón, en la UCI como 12 o 13 días. Cuando me subieron a planta, cogí el teléfono porque me llamó un mal llamado periodista y me grabó sin decir nada".
Recuerdos con celebridades
Tras rememorar la gira con Isabel Pantoja (63) décadas atrás, el humorista abordó el enfado que en su día tuvieron la propia tonadillera y la periodista Encarna Sánchez por varios sketches de Martes y Trece: "Convocaría un programa en Antena 3 para que vean el programa y vean dónde está la ofensa. Un periodista, que ya está muerto, le envenenó a Encarna Sánchez y quería prohibirlo. Desde entonces, Encarna Sánchez no dejó de perseguirme, daba paso en la radio a la publicidad y decía “mariquita, mariquita”… ¿por quién coño lo diría?". La historia dio pie a que Pablo Motos llorara, literalmente, de la risa.
A continuación, Millán Salcedo recordó otra anécdota que tampoco tiene desperdicio: "No sé si Juan Pardo (77) se acordará, en una de sus muchas fiestas en su chalé de Aravaca. De repente estábamos allí y había una enigmática mujer que me miraba todo el tiempo, donde me movía siempre estaba allí. Cuando fui buscando el servicio estaba ella sentada en el salón. Me dice 'pasa, te estaba esperando'. Me dijo que era médium, y que me miraba mucho porque tenía mucha luz: tenía dos personas detrás, una de 13 años y otra engominada. Mi padre y mi hermano, que en paz descansen. Cogí una botella de whishy y me eché un buen trago. Me dijo que quitara todo lo que tenía en mi casa sobre muertos, que era un poco masoca, y abre los cerrojos. Le hice caso y desde aquí le doy las gracias, porque ahora tengo una relación estupenda con mi padre".
Entre recuerdos y broma, hubo tiempo para que se personara en el plató, a petición de Pablo Motos, una mujer llamada Encarna con una empanadilla, en recuerdo al mítico sketch de Martes y Trece. La invitada espontánea se llevó nada menos que 500 euros por el detalle. Posteriormente llegaron otras tres, que se llevaron 200 euros cada una.
[Más información: Millán Salcedo, ingresado en Sevilla por un ictus mientras conducía]