Ni desescalada ni cambio de fase. El Hormiguero sigue con el renovado formato que lo ha llevado a ser uno de los programas de referencia durante el confinamiento. Para mantener su apuesta, este lunes, el programa de Pablo Motos (54 años) tuvo como invitados a Mónica Cruz (43) y el humorista Leo Harlem (57).
Para no variar, Motos se marcó un monólogo, aunque en esta ocasión no tenía fines críticos, sino formativos: "Desde que empezó la pandemia nos hemos preocupado más sobre la medicina. Hoy voy a hablar sobre cómo se descubrió la anestesia. Se la debemos a un grupo de brutos. A finales del siglo XVIII un chico de 19 años estaba obsesionado con curar la tuberculosis. Empezó a chupar gases para ver si daba resultado. Casi se muere, pero no se desanimó. Un amigo le hizo óxido nitroso y empezó a hacer muchas tonterías. Cuando llegó a su casa anotó que este gas podría tener algo que decir en cirugía porque nada de lo que le había hecho le había causado daño. Durante muchos años no le hicieron caso. Se usaba para representaciones humorísticas y tras observar una de ellas, un dentista decidió administrar ese gas a un paciente para extraerle la muela del juicio. Funcionó. Fue el 11 de diciembre de 1844".
Literatura y sueños
Después de esta explicación y las anécdotas humorísticas en la playa y de sus infancias de El Monaguillo (46), Luis Piedrahita (43), Marron (40) y el propio Pablo Motos, llegó la primera entrevista de la noche. Leo Harlem arrancó la entrevista diciendo que estaba viendo "los antecedentes penales" de los colaboradores. Al menos pudo conectarse para la entrevista, porque comentó que no es de videollamada y que eso hace que lleve mucho tiempo sin ver la cara a su pareja.
Durante el confinamiento, su principal actividad es el sueño: se acuesta sobre las 21:30 horas. "He trabajado de panadero y de camarero, para mí el sueño es sagrado", explicó, antes de confesar que no es muy maniático de la limpieza. En sus ratos libres ve en YouTube a un tipo que da paseos por New York y a un argentino que resume películas y series.
La lectura también ha tenido su espacio: "He leído más de 30 veces Moby Dick, es que no acabo de entender el argumento", bromeó. "Me gusta mucho la música, leer y ver cine", explicó a raíz de un comentario de un colaborador del programa sobre los numerosos libros y discos que se apilan en la casa del humorista leonés, quien hizo una oda a Julio Camba: "Deberían quitar en Bachillerato Historia de España y poner obligatorias las lecturas de este autor".
Mirando al futuro, Harlem se mostró algo pesimista sobre las actuaciones en directo: "Sobre todo en el humor, el público es parte del espectáculo. Con la distancia no da sensación, creo que habrá que esperar más tiempo", valoró. A raíz de ello contó que "a veces es mejor cuando se ríe una persona con una risa muy contagiosa, engancha a todo el mundo".
Eso sí, en el ámbito cinematográfico tiene dos estrenos en el horizonte. En uno de ellos, Superagente Makey, tiene el papel protagonista: "Soy un policía municipal que está en Madrid, la lía y le mandan a Málaga donde da con un mafioso ruso; no los hemos pasado muy bien grabándolo".
Dejando a un lado la comedia, Leo Harlem se mojó sobre la política: "Hay que elegir una edad mínima, estamos asistiendo a un proceso infantil, hay que tener gente con más empaque, lo que hemos vivido muy duro, pero lo que se avecina no es mejor. Es difícil pedir lo mismo a un tío de 30 y tantos o 40, que a uno de 60, o llegar ahí por unos méritos y no estar en la política para vivir de ella".
Temor y amor de madre
Poco después llegó el turno de Mónica Cruz, acompañado por unos globos, ya que el séptimo cumpleaños de su hija había sido el jueves pasado. Poco después, Pablo Motos decidió ponerla a prueba, al preguntarle de forma rápida, qué día de la semana era. "He estado casi dos meses sin salir, he salido dos veces esta última semana tras avisarme de que íbamos a retomar el trabajo".
Este periodo de confinamiento ha sido especial para Mónica Cruz, puesto que ha podido pasar mucho tiempo con su hija, pero también le ha supuesto mirar de frente a un problema: "Cuando tienes hijos, los miedos son muchísimos más. No quiero leer más para no pensar que mi hija va a tener una infancia así de limitada durante más tiempo. Intento no agobiarme, pienso que se va a solucionar. A ella también le afecta. No sé cuándo va a volver al colegio, te frustra cuando hay cosas que no puedes gestionarles. El primer día que se podía pasear tenía mucha ilusión y yo estaba agobiada. Cuando íbamos a salir, me dijo que tenía miedo, pero decidí que había romper con eso y salimos ese mismo día. Si nosotros no lo entendemos, porque nunca lo hemos vivido, imagina un niño, sobre todo aquellos que han vivido en pisos pequeños, eso psicológicamente te tiene que marcar".
La entrevista fluía con naturalidad y justo cuando iba la actriz iba a contar su papel en la serie Madres, unos problemas técnicos pusieron el punto y final de forma abrupta a la conexión.
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