Este jueves Pablo Motos (54 años) se despedía de su público hasta septiembre. El Hormiguero, como viene siendo habitual cada año cuando llega el verano, apaga sus luces y se va a descansar. Las hormigas, Trancas y Barrancas, también. E iba a poner acto seguido que la diversión desaparece durante tres meses, pero en realidad, pensándolo bien, diversión lo que se dice diversión ya no hay en el programa de Antena 3. O hay poca, apenas se ha dejado ver. Ha sido una temporada dura para Pablo, para todos los profesionales de los medios y para el mundo.
Una temporada frenada en seco a causa del coronavirus, unos meses lúgubres, tristes, donde la ilusión ni estaba ni se la esperaba en la vida real. Por eso creo que la televisión, los programas, como El Hormiguero tendrían que haber dado otro ejemplo. Y desde mi humilde opinión lo digo: los españoles hemos acabado hartos de cifras, de estadísticas, de muertes, de telediarios sangrientos. Por esa razón creo que Pablo tendría que haber entretenido aún más, redoblado la alegría, la diversión, haber hecho de cada programa una fiesta, una juerga perenne.
Y lo digo desde el respeto y la admiración, que conste. Creo que un programa puede hacer reír y evadir al mismo tiempo que ponerse serio cuando toca. El problema es que Motos se ha puesto serio demasiadas veces. Ha disparado contra todo lo que se ha movido en un momento, entiendo, inapropiado donde solo tocaba remar a favor y no hacer más leña del árbol caído. En otras palabras, como bien decía Jorge Javier Vázquez (49) estos días en su blog, no conviene subirse al carrusel de la crispación en tiempos en los que el país está crispado de por sí.
Y no, Motos no lo ha sabido hacer. Ni siquiera en su despedida de este jueves ha sabido relajarse del todo. No, su discurso ha sido duro, bélico, hasta el último momento. "Quiero despedirme diciendo algo que creo que es importante. Aunque no te hayas contagiado del coronavirus, lo estoy notando por todas partes y quería hablar de esto, todos tenemos otro tipo de contagio que nos ha dejado un poco de angustia, y es que nos han quitado, de momento, la esperanza de un futuro mejor".
Vale que luego ha suavizado asegurando lo que sigue: "Como estamos todos raros, es un buen consejo compartir con los demás y escuchar a los demás. Mi deseo para este verano es que tengáis mucho amor que compartir, mucha salud de sobra y muchos amigos que os quieran". ¡Pero solo le ha faltado echarle la culpa de nuestros males y dolores físicos y emocionales a Pedro Sánchez (48) o a Pablo Iglesias (41)!
Solo espero que Motos cierre de verdad esta etapa oscura de El Hormiguero y en septiembre regrese fresco, alegre, divertido, jaranero en el buen sentido. Quiero volver a poner El Hormiguero y que no me hablen de lo mal que va el mundo. Pablo, ¿dónde queda aquel entretenido, naíf, blanco, ameno programa que presentabas? ¿Dónde queda ese presentador que, sabíamos todos, nunca iba a preguntarle al invitado nada incómodo o desagradable?
Estas son algunas de las polémicas que ha protagonizado Motos durante estos meses y que no quiero volver a ver en él:
1. 11-M y el Covid-19
Han sido muchas las pullas contra el Gobierno que ha lanzado, pero la última indignaba sobremanera a los espectadores por "comparar", según la red, a las víctimas del 11-M con las del Covid-19. "Estamos todos los días en el 11-M", dijo en relación a tantas cifras de muertos, contagiados y curados que cada día, como cita obligada, se publicaban. En ese momento, Pablo enfadaba a la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, que mandaba un comunicado quejándose de sus palabras.
2. Su opinión del Covid-19 y las vacunas
16 de abril de 2020. Plató de El Hormiguero. Motos vuelve a reflexionar y a disparar. Así empezaba su reflexión: "Querría pensar en algo que me diera esperanza, y he empezado a fantasear en cómo será la persona que descubrirá la vacuna. Se están probando con diversos fármacos. Estoy seguro de que esa persona será creativa, no brillante. La creatividad no es un talento, es un esfuerzo. Y, por cierto, no hace falta una vacuna para estar abiertos".
Después de especular sobre las dotes enólogas de Nuria Roca y comenzar con cierto cachondeo, de repente, la situación se tornó mucho más seria. Roca rescató una información del 2 de marzo en la que Pablo Motos ya adelantó los posibles riesgos del coronavirus. Eso dio pie al presentador a hacer un ejercicio de memoria: "Ese día venía de invitado José Ramón de la Morena y quise hablar sobre eso. La gente tenía miedo y había cierto runrún con el asunto. La información del Gobierno sobre que era como una gripe entró como un tiro porque aliviaba esa sensación de miedo. A pesar de ello, unos días antes, el 27 de febrero, le pedí a la jefa de Ciencia que me pusiera en contacto con un científico que tuviera información de cerca sobre el virus. Me llamó y me dijo que tenía que ver lo que habían hallado. Al día siguiente muchos me tacharon de alarmista, incluso unos días después dije que la única forma de parar esto era realizando test masivos y me llamaron poco menos que Antoñita la Fantástica. La pregunta que me hago es que, si un simple presentador como yo fue capaz de encontrar esa información poniéndome en contacto con un científico, cómo no fue capaz de hacerlo el Gobierno".
3. Su crítica a Pedro Sánchez
El 15 de abril Motos se dirigió directamente a los políticos: "Dejadme que os hable del trabajo en equipo de los peces blancos. Son peces chiquititos que cuando son atacados forman una silueta de un escualo que está en posición de contraataque. Si lo miras con detenimiento, te das cuenta de que todos actúan de forma mecánica. No hay egoístas, no hay ningún pez que se queje por el sitio que ocupa".
Tras esta exposición, llegó el palo: "Y me pregunto si los políticos no podrían aprender de los peces. ¿De verdad no vais a estar a la altura y trabajar en equipo para que muera menos gente? Lo cierto, también hay que decirlo, para que todo el mundo se ponga de acuerdo tiene que haber una propuesta honesta, sin politiqueo, respeto al adversario y sobre todo la voluntad de que en un trabajo en equipo gana la mejor idea, no la idea del que manda, sobre todo cuando el que manda se ha equivocado ya muchas veces ". Ahí lo llevabas, Pedro Sánchez. Y remataba: "Me veo incapaz de sentirme representado por unos políticos que no están a la altura. Por ejemplo, Pedro Sánchez. Debe presentar un plan y reunirse con todos. Tener confianza y ganarte el respeto lleva mucho tiempo, pero perderlo cuesta poco".
4. Pablo Iglesias e Inditex
El 27 de marzo Pablo Motos se metió en un charco quizás innecesario. Preguntó, con cierta malicia, a Cristina Pardo qué hubiera pasado si Sánchez no pudiera ejercer como presidente por enfermedad. La periodista explicó que la cadena, al haber estado Carmen Calvo (62) de baja momentánea, dejaría a Pablo Iglesias como líder del Ejecutivo. ¿La razón de este cuestionamiento? La valoración que haría el político de Unidas Podemos sobre las donaciones de marcas como Inditex o El Corte Inglés, ya que anteriormente consideraba este tipo de ayudas "limosnas".
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