Imagine por un momento que cada vez que se encuentre frente a un rostro de una persona conocida fuese para usted como si la viera por primera vez. No, no debe ser una situación divertida y tampoco se trata de un guion de alguna película de ciencia-ficción, pero para un personaje tan famoso como Brad Pitt (56 años) es una dura realidad con la que lleva conviviendo desde hace tiempo.
El actor comentó públicamente en el año 2013 que padece una rara enfermedad con un nombre de difícil pronunciación: prosopagnosia. Fue durante una entrevista para la revista Esquire, cuando el de Oklahoma reconoció este peculiar problema de salud y las duras situaciones sociales a las que se ve sometido por culpa de ello:"Hay personas que me odian porque creen que les estoy faltando al respeto", lamentó.
Se desconoce si Brad Pitt logró con esa confesión que todas esas personas le perdonaran, lo que desde luego sí consiguió fue poner en el mapa una enfermedad rara (afecta al 2,5 por ciento de la población mundial). Al parecer, según un estudio realizado en la Universidad de Darmouth, Estados Unidos, la prosopagnosia tiene su génesis en un problema neurobiológico en el cerebro que afecta ampliamente al reconocimiento visual.
Esta enfermedad es tan sumamente llamativa que una cadena del prestigio de la BBC la ha abordado en varios reportajes en los últimos años. En uno de ellos, Boo James, una vecina de Cardiff, explicaba que en una ocasión vio como una mujer extraña la saludaba en el autobús. Más tarde se dio cuenta de que era su propia madre: "Es muy duro. Puede ser agotador física y emocionalmente pasar un día en público preguntándome constantemente si deberías haber hablado con alguien".
Valga este ejemplo de una persona con menos popularidad que Brad Pitt para valorar el tremendo problema social y la generación de estrés que conlleva esta enfermedad para todos aquellos que la padecen.
Sin tratamiento
Otra mala noticia para todos sus pacientes es que no hay un tratamiento específico para esta enfermedad. El único remedio por el que apuestan los profesionales de la salud consiste en entrenar a las personas que padecen prosopagnosia para que puedan reconocer algunos aspectos de la fisonomía de sus personas más cercanas, como el pelo, la voz o el uso de determinadas joyas.
Lo único que se recomienda a cualquier persona que sienta que puede sufrir este trastorno es acudir a un neurólogo, donde normalmente se realiza un TAC y una resonancia magnética, sobre todo para descartar otras posibles patologías.
En los casos citados anteriormente, los expertos los enmarcan dentro de la prosopagnosia congénita, que viene determinada por un componente genético hereditario. A su vez se divide en dos tipos: aperceptiva, en la que el paciente no es capaz de diferenciar un rostro de otro; y asociativa, donde sí que distinguiría algunos rasgos pero no sería capaz de asociarlos con los de alguna persona que conociera, como le sucede, por ejemplo, a Brad Pitt.
También existe la prosopagnosia adquirida, como consecuencia de diferentes enfermedades como las hemorragias cerebrales, la atrofia cerebral o la Enfermedad de Alzheimer.
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