Ona Carbonell (30 años), referente de la natación sincronizada y conquistadora de múltiples medallas y de la tercera edición de MasterChef Celebrity, vuelve a las cocinas pero esta vez de forma profesional, de la mano del Grupo Nomo. Todo lo aprendido en el popular programa de televisión de La 1 quiere ahora plasmarlo de la mejor manera posible en Nomo Braganza, pues participará allí en la concepción de algunos platos y será socia de la primera aventura madrileña de un grupo de restauración que se caracteriza por su particular concepto de la fusión asiático-mediterránea.
"Tenemos una relación personal desde hace muchos años, desde la infancia somos amigos y veraneamos la familia de ellos y la mía en Menorca. Hace mucho que los conozco, siempre he sido clienta de sus restaurantes de Barcelona. Me gusta la filosofía del negocio, muy familiar y creativa. Es muy bonita", señala a EFE.
"Aparte me encanta Japón, he estado once veces, mi entrenadora es japonesa, hablo un poco el idioma... la cultura y la comida del país siempre me han inquietado muchísimo. A raíz de MasterChef salió esta oportunidad un día hablando con ellos y pensé que era bonito poder mezclar mi pasión por el arte también a nivel culinario, a través de Japón y de la mano de unos amigos y de unas personas que llevan años en la hostelería haciéndolo muy bien", añade.
Ona explica ilusionada su papel: "Yo junto al chef crearé cada mes o cada dos meses platos nuevos, me hace mucha ilusión no solo ser socia sino poder también llevar a cabo en el restaurante todo lo que he aprendido yo. Además es muy chulo por dentro, muy original. Mezcla un poco la parte japonesa con la española y mediterránea. Creo que es muy guay. Tengo buenas sensaciones, creo que va a gustar y espero que triunfemos". "Irán cambiando las temáticas. A lo mejor los platos que yo diseño son un poco más gourmet, con productos un poco más especiales. Pero lo haré junto al chef y dejaré asesorarme porque él es el crack de verdad", agrega. La nadadora no oculta su 'admiración por los que se dedican al gremio' de la restauración: "Yo siempre había dicho que el deporte es la profesión más dura del mundo hasta que conocí esta. También le encontré una similitud muy grande a lo que yo hago porque creo que la cocina es arte al igual que la sincronizada. Esa parte artística de poder con colores, sabores y texturas hacer disfrutar y emocionar a las personas creo que es muy bonita".
"El tipo de cocina de Nomo Braganza va a ser japonesa pero con un punto más occidental, creo que es una mezcla chula. El concepto que España tenemos de comida japonesa no es el real allí. Allí se come mucho más sopas, fideos... es distinto. Una de las cosas que me gusta de la oferta que vamos a hacer es que es comida muy saludable", opina.
Para que todo salga a pedir de boca afirma que ha estado practicando: "No he parado de cocinar en el confinamiento, lo que más he hecho durante el confinamiento es cocinar. He hecho mucha pasta fresca, muchas sopas, muchos sofritos, pescado al horno... de todo. Pensar cada día en desayuno, comida, merienda y cena da para mucho".
Pese a ello no ha dejado de lado su disciplina mientras mira, de momento desde el borde de la piscina, a Tokio 2021: "Se te abre una puerta pero no me centro mucho en ella porque es muy justo. Es difícil con un bebé tan pequeño ponerte a tope. Mi entrenadora me ha dicho que de momento, en el primer mes o así, me centre en lo mío y que ya iremos hablando".
Si finalmente se decidiese a ir, no será en el restaurante donde se lo impidan. Así lo asegura Borja Molina, director general del Grupo Nomo, a EFE: "¿Qué decir de ella? Realmente es una crack. Cuando ganó MasterChef Celebrity hablábamos mucho de que tenía mucho sentido hacer un proyecto juntos. Como nos embarcamos en el proyecto en Madrid se lo propusimos y a ella le gustó mucho el sumarse".
"Nuestro socio y chef ejecutivo Naoyuki Haginoya, que es quien lidera todas las cartas, conoce a Ona y se entienden muy bien. La idea es en Madrid tener una pequeña carta de creaciones que van a hacer conjuntamente los dos. Seguro que al juntarse dos genios el resultado será buenísimo", completa. Molina expone el concepto sobre el que trabajan: "Para nosotros lo más importante es siempre el cliente, sorprenderle con cosas nuevas. Siempre decimos que Nomo es un estilo de vida y no un restaurante, lo que vendemos es una experiencia que pasa por cuidar todos los detalles desde la vajilla a los uniformes pasando por la carta o el personal. Constantemente estamos viendo qué sorpresas podemos ofrecerles a nuestros comensales". "La gente encontrará un local de 300 metros donde hemos cuidado hasta el más mínimo detalle en decoración. Estrenamos una carta nueva después del confinamiento con nuestros clásicos de toda la vida y además una carta que trabajan Nao y Ona que cada cuatro meses estrenarán tres o cuatro platos con los mejores productos y diferentes técnicas para sorprender", detalla sobre qué se va a encontrar el comensal.
Una apuesta ganadora pese a que nace en tiempos convulsos: "Siempre hemos sido unos valientes. De hecho abrimos en 2008 y ya enganchamos una primera crisis. Estamos acostumbrados a eso. No hubiera la época en la que hubiéramos elegido pero es la que nos toca y navegaremos con este viento". "El confinamiento nos afectó mucho porque tuvimos que cerrar pero como tenemos una línea que se dedica solo al delivery y al take away, el día 20 de abril en Barcelona abrimos. Poco a poco transformamos todos los locales en delivery y en base a las fases que fueron entrando abrimos terrazas e interiores. Nuestro cliente ha sido muy fiel y ha venido desde el primer día. A partir de junio estamos en unos números muy buenos, que no hubiéramos podido soñar en abril y mayo", finaliza.
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