A la espera de lo que digan las siempre inclementes dictaduras de las audiencias, queda claro que Mask Singer es una de las apuestas más fuertes de Antena 3 para esta temporada. Qué mejor escaparate para comenzar a mostrar los telespectadores qué se encontrarán que El Hormiguero. Esa fue la razón por la que Pablo Motos (55 años) logró reunir en el plató a José Mota(55) y Arturo Valls(45). A ellos se uniría un poco más tarde Malú (38), eso sí, por videollamada.
La entrada al plató estuvo llena de buen rollo y saludos propios de la nueva normalidad, algo que no acaba de agradar a José Mota: “Para mí estos son pequeños arreglos que nos hemos inventado, pero esto no es lo mismo que esos abrazos de ahogo. Yo te abrazaría ahora, incluso te besaría”, le dijo a Pablo Motos, quien se quedó un poco descolocado. “Me has tocado un tema, el del abrazo, no estoy ahora mismo en El Hormiguero. Cuando volvamos a poder tocarnos, esto va a ser Sodoma y Gomorra”, vaticinó el presentador.
Nada más contactar con Malú, Motos le preguntó si también tenía ganas de abrazar a alguien. La cantante reconoció que “me apetece abrazar, sobre todo a mi sobrino pequeño y a mi hermano”. En este sentido, Motos le recordó que tiene suerte, porque ahora recibe los mejores abrazos posibles, los de un bebé: “Lucía es de que cuando se me echa en el cuello se acaba todo, nunca he dejado tanto el teléfono como ahora con mi hija. Es un sueño de niña, duerme ocho horas del tirón, incluso el otro día le pregunté a la pediatra cuánto tiempo podría dejarla”, destacó la artista.
Sin abandonar esa relación madre-hija, José Mota quiso regalar un halago a Malú: “Puedo decir que he estado a su lado durante ocho programas y es una madre maravillosa”.
Adrenalina
Antes de irse a publicidad y al volver de ese paréntesis, Pablo Motos demostró la enorme dificultad que le suponía decir Mask Singer. A colación de esto, Valls dijo resignado que “va a haber gente que lo va a llamar el programa de las máscaras”. Rápidamente intervino José Mota: “No, perdona, no va a ser el programa de las máscaras, va a ser el programa”.
Entre tantos interrogantes, ya había pasado gran parte de la entrevista y apenas se había explicado en qué consistía este concurso. “Es un programa de origen coreano que ha triunfado en todo el mundo, incluso en Estados Unidos lo llegaron a poner para confrontarse con la Super Bowl”, detalló Pablo Motos.
Por su parte, Arturo Valls quiso sumar un poco más de picante: “Tiene una cosa adictiva, es diferente a todo lo que hemos visto. Yo hago los programas por venir a El Hormiguero a presentarlo. Y esta es una de las veces que tenía más ganas de presentarlo. Es un espectáculo en mayúsculas”. Esa sensación la confirmó el propio José Mota porque, a su juicio, “el formato engancha, porque no necesariamente llega a la final el que mejor lo haga”.
Después de varios rodeos, el que mejor explicó en qué consiste Mask Singer fue Arturo Valls: “Básicamente tenemos a 12 famosos, muy famosos, cantando debajo de unas máscaras. Hay unos investigadores, Mota, Malú y Los Javis, que irán dando pistas al público para saber quiénes son”, expuso.
Desde casa, sin perder el hilo de la conversación, Malú apuntó que “empezábamos con la curiosidad, jugábamos entre nosotros y hemos acabado verdaderamente picados. Somos un equipo. Para mí es una de las cosas más divertidas, el no competir, como sucede en La Voz. Pero al final hemos acabado tapando los folios y picados por ver quién acierta”.
Para generar más expectación, Valls adelantó que “la primera máscara que descubrimos su identidad… Las caras de Malú, Mota y Los Javis con la boca abierta pensando cómo puede haber llegado esa persona aquí. Fue tremendo”. Como investigadora, Malú corroboró que “lo hemos vivido, lo hemos hecho y lo que podemos decir es lo sorprendente, porque no nos imaginábamos que determinadas personas podrían llegar al programa”.
Todos en ese programa lo tienen realmente complicado, porque, según Pablo Motos, “solo un directivo de Antena 3 conoce las identidades de los que vienen a cantar”. “Llevan túnicas, máscaras negras, no les recogen en su casa, entran en el coche a través de un código, no pueden hablar con el chófer…”, enumeró Valls. Esta parafernalia desconcertó también a Malú: “A muchos los podrías reconocer por el representante o el maquillador, pero es que ellos también iban igual. Yo me he mojado bastante, me ponía formal y decía que no era cantante, pero luego me preguntaba si no la había liado”, reconoció.
Y hasta aquí llegó todo lo relacionado con Mask Singer. El motivo de todas estas incógnitas lo contó Arturo Valls: “Hay tal nivel de secretismo que no podemos decir prácticamente nada. Tenemos multas. El maquillador que les ve cuando se quitan la máscara no podía decir nada por contrato”.
Quizás por eso, Pablo Motos remató la entrevista preguntando a sus invitados por los proyectos profesionales que tienen al margen de este programa. La primera de ellas, Malú: “El nuevo disco va muy bien, estoy supercontenta. Normalmente me estreso, esta vez que voy sin prisas está saliendo todo muy rápido. Quizás esa falta de presión está funcionando, todo fluye mucho más tranquilo”, aseguró. En ese momento, Pablo Motos intervino y, con un punto de ternura, le dijo a Malú “aunque sea por videollamada, te noto una energía guay”.
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