La relación entre María Teresa Campos (79 años) e Isabel Pantoja (64) me mantiene muy intrigado. Desde hace mucho tiempo analizo con calma y lupa en mano cada palabra que se dedican la una a la otra. Cada gesto, cada entonación, para ver si capto esa fisura que estoy convencido que hay entre ellas. Es un trabajo de mucho fondo e investigación, pero creo que hubo un día que algo se rompió para no volver a ser lo mismo. Y de ese día no hace mucho tiempo, me da a mí.
No me refiero a aquella frase de Campos contra Pantoja en 2019 en plena calle de Málaga: "¡Y a mí qué me importa! ¡Qué me importa a mí lo que haga Isabel Pantoja!", en referencia a su fichaje estrella por Mediaset y Supervivientes. Aquello puede que solo fuese la punta del iceberg. Me insisten, no obstante, en que no; que lo suyo es una relación profesional cuando ha tocado y poco más. Cariño y respeto, fin. Cordialidad. El entorno de Teresa me habla de un cariño basado en la televisión y en los años.
La propia Teresa me cuenta vía WhatsApp que Pantoja le concedió hace unos años su entrevista más personal en su momento más duro. Imagino que se refiere a su último programa, Qué tiempo tan feliz. Y los que rodean a Isabel, ídem: considera a Campos una grande de la tele. Nadie me habla de amistad, ni mucho menos de enemistad. Pero mi runrún continúa: algo hay. Llego a pensar, incluso, que puede que el hecho de que Teresa fuese amiga de Rocío Jurado en otros tiempos -y que le diera tanta cobertura en sus programas- algo haya afectado. Pero no es eso.
Y mientras que el entorno de ambas tira de diplomacia, y me hacen ver que no, yo tiro de hemeroteca y me pregunto: entonces, ¿por qué tanto desplante por parte de Pantoja? Porque mira que María Teresa ha intentado que la tonadillera acuda a su programa de YouTube, Enredados por María Teresa Campos. Y nada: no hay reacción desde el otro lado. La malagueña le ha hecho públicamente al menos una oferta: cuando su sobrina, Anabel Pantoja (34), visitó su canal el pasado mes de julio. Cayó en saco roto. En otra ocasión, lo volvió a intentar. Nada. Desde Cantora, no hay respuesta. ¿Acaso es porque Teresa no paga en su programa? ¿Es pecuniario el conflicto? Nadie sabe responder.
Viajemos un poco en el tiempo. Año 2018. Isabel Pantoja llama por teléfono al programa Sálvame para hablar de los problemas de entonces con su hija Chabelita (24). Al final de la histórica intervención, Terelu (55) le hace ver que para su madre sería un orgullo y un broche de oro cerrar su carrera con una entrevista con ella, la gran Isabel. Esta se salió por la tangente: "Con María Teresa al fin del mundo, pero eso tendría que ser… ¡pa qué te cuento! Porque estás hablando de dos grandes, cada una en lo suyo, dos estrellas. Y eso cuesta mucho dinero". Dos grandes, dos estrellas... que continúan sin verse.
Aquello pasó, llegó 2019 y la oferta millonaria de la cadena de Fuencarral a Isabel Pantoja se materializó. Paolo Vasile (67) blindaba a Pantoja... y dejaba ir a Teresa Campos, que veía cómo las esperanzas de regresar a la televisión se desvanecían. Me aseguran que no fueron meses fáciles para Campos y que aquella salida de pata de banco en Málaga no fue otra cosa que el efecto de la causa. Esto no significa que Teresa echase las culpas a Isabel de nada: no. Ella entiende cómo funciona la televisión, pero "dos grandes, dos estrellas" pueden caber en una misma cadena.
Pero no cupieron. Campos se fue, se quedó sin programa. Y cuando creó su espacio en YouTube, hizo otra intentona frente a Anabel. "Sé que tu tía está muy preocupada por su madre, cosa que yo valoro mucho", aseguró María Teresa a Anabel, poco antes de despedirse. "Porque mis hijas han estado y siguen muy preocupadas por mí. Esto que está pasando, a las personas más mayores es a las que nos afecta, así que dale un beso muy grande de mi parte, que ya sabes que la quiero de siempre y que todo vaya bien". Tras las cámaras, otra oferta, otro comentario sucinto.
Otra propuesta, que nadie respondió. Dos grandes, dos estrellas, que se admiran, se quieren "de siempre", pero que siguen sin verse. Mejor, que una no pone fecha para ver a la otra. Una persona me exculpa a Isabel: "Es que con esto de la Covid le da miedo salir". ¿Se producirá el milagro? Teresa piensa que cuando acabe Idol Kids podrían verse. "Seguro que vendrá", asegura a este periódico. Al tiempo.
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