Cada semana uno de los participantes de La casa fuerte se enfrenta a 'El espejo del alma', una prueba donde los concursantes cuentan algunos de los acontecimientos más traumáticos de su pasado. Albert Álvarez (31 años) ha sido el último protagonista de esta prueba, en la que ha expuesto vivencias personales hasta el momento desconocidas.
Antes de que aparecieran en la pantalla las primeras cuestiones a abordar, el catalán dijo a Lara Álvarez (34) que iba a mostrarse tal y como es. Una premisa que cumplió con creces al revelar su secreto más escabroso: sus problemas con la justicia. "Cometí muchos errores cuando fui joven. No entré a la cárcel, pero estuve muy cerca. La sociedad siempre te pone una etiqueta y, cuando era estudiante, me dijeron que no era lo suficientemente bueno; luego tuve problemas en la cárcel y un tribunal dijo que no era suficientemente malo y por eso me salvé. Me juntaba con personas que no me hacían bien, olvidé quién era", dijo Albert después de leer la palabra 'cárcel' en el espejo.
Su exitosa faceta deportiva, que le llevó a ser hasta en siete ocasiones campeón de España en salto de pértiga, hizo que en su vida se instaurara la disciplina y la total dedicación. De esa etapa, pese a ser muy próspera, no guarda buen recuerdo: "La frustración me ha acompañado a diario. El mundo deportivo gira en torno a una calificación; el primero gana, el segundo pierde, el tercero pierde, el cuarto pierde... solo gana uno. Cuando uno gana, afecta a muchos que pierden. Me vi envuelto en ese examen continuo. Para ser siete veces campeón de España, tuve que perder mil veces y ser el hombre más triste del mundo en esas ocasiones", ha asegurado el que fuera segundo finalista de Supervivientes 2019.
El deportista no pudo evitar hablar de su familia, que siempre estuvieron cerca de él en sus momentos más complicados, en concreto cuando Albert sufrió un accidente que le provocó una lesión que le apartó de la competición. El catalán no tuvo reparos en hablar sobre las estrecheces económicas por las que han pasado, una cuestión que marcó su infancia. "Esto es lo que más me duele, porque lo hemos vivido todos en casa. Hubo una temporada muy larga en la que no teníamos ni para llenar la nevera. Mi madre se encontraba con una enfermedad con la que no podía tirar hacia delante, y ahí recuerdo unas Navidades donde solo teníamos para un bocadillo. En invierno, cuando no hay dinero para calefacción, se pasa mal. No fue fácil", recordó el joven sin poder contener las lágrimas.
Estas vivencias han quedado grabadas para siempre en su memoria, razón por la que ha aprovechado este momento para agradecer la ayuda de varias personas que les echaron una mano a él y a su familia en aquel entonces. "En esos momentos, cuando no teníamos nada, recuerdo la honradez de todos los vecinos que, sin decir sus nombres, hacían que cada día encontrásemos una bolsa de comida en la puerta. Eso es compartir de manera desinteresara. Cuando ves que una familia lo está pasando mal y hay una bolsa de comida es de agradecer. La pobreza a mí me sirvió para compartir cuando las cosas no van bien", confesó Albert. Unas palabras que sin lugar a dudas sorprendieron a todos los que le han visto en televisión durante los últimos años.
[Más información: ¿Quién es Albert Álvarez, el nuevo concursante de 'Supervivientes'?]