Gracias a sus apariciones delante de las cámaras, se puede decir que el público ha seguido la evolución de Juan José Ballesta (33 años). Apenas tenía 13 años cuando ganó el Goya al mejor actor revelación por su inolvidable papel en El Bola, sin duda alguna la película que le lanzó al estrellato.
Sin embargo, el hecho de despuntar tan pronto en una profesión tan dura como la de la interpretación no es sinónimo de tener una carrera larga e intensa. En el caso de Ballesta, más allá de su aparición en determinados largometrajes, como Cuarta planta o 7 vírgenes, el actor ha tenido que amoldarse a diferentes trabajos que le han ido llegando, como por ejemplo en series de mayor o menor relevancia.
Sin ir más lejos, en la pequeña pantalla se le pudo ver hace poco tiempo en Servir y proteger, una de las series que Televisión Española programa en horario de sobremesa. Pero si de algo ha hecho gala durante este tiempo el madrileño es, precisamente, de un gran sentido de la humildad, lo que le ha llevado a agarrarse a las oportunidades que le han ido apareciendo, incluso en sectores a priori tan alejados del suyo como la construcción.
Otro lugar donde ha mostrado una gran destreza es en la cocina. Esa faceta quedó al descubierto gracias a su paso por la quinta edición de MasterChef Celebrity, donde logró avanzar varios programas hasta convertirse en el octavo expulsado. Y fue precisamente a raíz de esta salida del concurso donde Juanjo Ballesta concedió una entrevista en la que dio a conocer un aspecto hasta ahora desconocido sobre su salud.
Problemas de salud
La revista Lecturas pudo charlar con el actor de Parla y, además de contar algunos detalles sobre su aprendizaje en los fogones, el actor dio una declaración impactante: "Me quedé paralítico dos años". El joven intérprete recordó en esta entrevista que "cuando era pequeño, le decían a mi madre que iba a perder la cabeza, que me medicase", en alusión al trastorno por hiperactividad.
Sin embargo, lo más grave estaba por llegar. En una de esas crisis nerviosas que padecía frecuentemente, Ballesta sufrió un infarto en el fémur, lo que le obligó a pasar por el quirófano y, efectivamente, a estar dos años postrado en una silla de ruedas.
Ese problema de salud se denomina osteonecrosis. Aunque su nombre resulta muy alarmante, hay que matizar que la necrosis alude a cualquier muerte de las células de una parte del cuerpo. Afortunadamente, cuando esta enfermedad afecta al fémur, la situación puede ser temporal, como en el caso de Juanjo Ballesta.
La raíz del problema está en la falta de riego sanguíneo en los vasos que llegan a la cabeza de este hueso. A largo plazo, esta enfermedad puede dar pie a un trastorno más severo, como la artrosis de cadera secundaria. El origen de la osteonecrosis de Ballesta la explicó él mismo, pero también puede estar relacionado con el alcoholismo, la hipertensión, el uso excesivo de esteroides o una trombosis.
Uno de los aspectos que llama poderosamente la atención en la osteonecrosis es que, en muchas ocasiones, el diagnóstico suele ser casi accidental, ya que en las primeras fases apenas hay síntomas, aunque más adelante el paciente puede desarrollar una cojera o dolor persistente en la ingle o en el muslo.
Una vez diagnosticada, esta enfermedad se puede tratar a partir del uso de analgésicos y también incidiendo en la modificación de patrones de actividad agresivos y el ejercicio físico, un aspecto este último que Juanjo Ballesta ha reconocido como muy beneficioso para él, tanto desde el punto de vista físico como anímico. Algunos pacientes también se pueden ver obligados a pasar por el quirófano, tal y como le pasó al actor.
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