Si levanta la vista y ve sombras, busque, indague, descubra. Si aprecia un detalle, por pequeño que sea, que le cree un atisbo de duda, dude. Si duda, usted está vivo. Esto enseñaba Platón cuando hablaba de la alegoría de la Caverna y cuando planteaba a sus alumnos la diferencia entre el mundo sensible (el de los sentidos) y el mundo de las ideas (alcanzable a través de la razón). Ahora, en pleno siglo XXI no hay tiempo para la duda, y se premia lo que es rentable a corto plazo por lo que requiere tiempo y paciencia. La Caverna hoy no tendría sitio para nacer, ya que la Filosofía ha ido desapareciendo del día a día hasta convertirse en algo casi residual.
La LOMCE quitó la filosofía de secundaria y bachillerato. De las tres asignaturas obligatorias que cursaban los escolares: Filosofía, Ética e Historia de la Filosofía, solo la primera será obligatoria. Las restantes dependen de las competencias autonómicas e incluso de la propia elección de los alumnos. Alumnos de 14, 15 o 16 años.
Sin embargo, la Filosofía parecía a salvo. La Universidad, centro de sabiduría y conocimiento, salvarguardaba la ciencia madre. Hasta ahora. La Complutense de Madrid estudia la posible desaparición de su facultad de Filosofía. El órgano máximo de la Universidad, el Rectorado, presentó el pasado 13 de junio una propuesta de reordenación de sus facultades. Con la restructuración los 185 departamentos de la Universidad se reducirían en un 60% y las 26 facultades se quedarían en 17.
La Universidad, centro de sabiduría y conocimiento, salvarguardaba la ciencia madre. Hasta ahora
Además de la facultad de Filosofía también desparecería la de Filología y nacería una que englobaría las dos áreas de conocimiento. El vicerector de Planificación y Evaluación Institucional de la Complutense, Juan Tejada, afirma que con este cambio “se busca una mejor sinergia entre Filología y Filosofía que ya comparten edificios, pero tienen servicios duplicados. De este modo al aligerar o disminuir de las cargas de gestión, disponer de más profesorado y más personal administrativo”. Tejada asegura que el “gobierno de carácter académico seguirá en manos de los filósofos pero con una estructura aligerada”.
Sin embargo, el decano de la Facultad de Filosofía, Rafael Orden, asegura que el plan “tiene en cuenta criterios espaciales y económicos, en lugar de pensar en los criterios científicos”. Tejada y Orden coinciden en la necesidad de una reforma de la Universidad, pero difieren en el objeto de la misma. Para el máximo representante de los filósofos la reforma alude a dos razones: “la primera la eficacia, es decir, el ahorro. El proyecto pretende crear megaunidades administrativas (los llamados campus), si no están bien diseñados se corre el riesgo de que se desvincule al personal de la gestión de los centros. Hay una segunda razón, al crear unidades más grandes se permite un mayor intercambio entre investigadores. Pero esto no se consigue porque se mezclan áreas científicas heterogéneas”.
El Vicerector y el Decano creen que la propuesta, que actualmente está en fase de relaboración y debate, no afectará a los alumnos. Pero, Orden avisa que “los planes de estudio no se merman a corto plazo pero no sabemos lo que pasará después”. La incertidumbre crece entre el personal de la Facultad pero también entre los alumnos.
Maite Lecue, alumna de Filosofía y parte de la asociación de estudiantes de filosofía La Caverna, afirma que la situación es inestable. Además, opina que hay un “gran problema de comunicación” ya que “se presentó la propuesta a final de curso, cuando estábamos de exámenes, nos quedaba poco tiempo para irnos de vacaciones y, por tanto, no podíamos hacer nada”. El Decano sostiene que “la mayor preocupación de los estudiantes es la posición en la que queda la Filosofía en el futuro en la sociedad y en el sistema educativo”.
Es decir, su futuro ya que conforme los planes de educación avanzan, la enseñanza de la Filosofía se reduce y, por tanto, también el número de profesores necesarios, la mayor salida profesional para los estudiantes de Filosofía. Más allá de los profesores, la posibilidad de que un alumno de bachillerato estudie Filosofía también disminuye, ya que no habrá tratado la materia en su educación básica. Para el Decano de Filosofía, la intención del plan “es convertir las facultades en centros que gestionan solo grados y convertirlos así en bachilleratos superiores. De este modo, se disocian los estudios de grado de la investigación y restringen la investigación al ámbito de los másteres y doctorados. Por lo que se empobrece el grado”.
La mayor preocupación de los estudiantes es la posición en la que queda la Filosofía en el futuro en la sociedad y en el sistema educativo
El plan se centra en ámbitos administrativos y pretende buscar una mayor rentabilidad y eficacia de los recursos, pero Orden reclama la necesidad de “tener presente la rentabilidad académica y científica”. Además, el Decano señala que “esperamos que los cambios en los centros vengan con cambios profundos en los servicios centrales y en el Rectorado. No se puede transmitir imagen de ineficiencia en unas facultades dejando al margen otros servicios”.
El vicerector señala que “hay grados más atractivos para los alumnos que otros”. La filosofía es un área de conocimiento que no es tan demandada como otras. Sin embargo, en el caso de la Facultad de la Complutense desde 2005 el número de alumnos es constante e incluso se ha aumentado el número de alumnos con la nueva oferta de los dobles grados (Filosofía con Derecho y con Ciencias Políticas).
Cuando uno de los prisioneros salía de la Caverna y veía el mundo exterior, volvía a por sus compañeros pero estos lo llamaban loco, aunque hubiera descubierto el mundo de las ideas, al que solo se accede a través de la razón. O lo que es lo mismo: la Filosofía. En la Caverna abundan hoy los prisioneros, las cadenas que los atan y los separan de la realidad se han transformado en papeleo y burocracia. Los números se han convertido en el argumento que evitan que los locos salgan y vean el mundo exterior, aunque los prisioneros sigan sin creerlos.