Los arquitectos españoles Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta han sido galardonados con el Premio Pritzker 2017 "por su compromiso inflexible con el lugar" en el que trabajan para la creación de "espacios que están en relación con sus respectivos contextos".
Aranda, Pigem y Vilalta crearon en 1988 el estudio RCR en Olot (Gerona), su ciudad natal, y en su trabajo "buscan conexiones entre el exterior y el interior, lo que da como resultado una arquitectura emocional y experiencial", según el fallo del jurado. En 2010 fueron nombrados miembros de honor del Instituto Americano de Arquitectura “por su significante contribución en la arquitectura y la sociedad”.
En la trayectoria de más de 25 años de RCR Creatividad Compartida, la naturalidad y el espacio natural en el que actúan es la clave de la obra de estos arquitectos. La tensión creada entre esa aparente espontaneidad y el control del diseño es la fuente de ritmo de luces y materiales. Su respeto por el entorno, la integración del patrimonio heredado y la incorporación de elementos sin terminar... La marca de RCR es la coexistencia de la intervención con el entorno, como ocurrió en el restaurante Les Cols, donde su voz propia no hace desaparecer lo intervenido.
El presidente de la Fundación Hyatt, Tom Pritzker destacó que el jurado haya elegido, por primera vez, a tres arquitectos como receptores del premio, que se otorga a sus trabajos y no al estudio que fundaron hace casi tres décadas. "Aranda, Pigem y Vilalta han tenido un impacto en la disciplina más allá de su área inmediata. Sus trabajos abarcan tanto espacios públicos como privados, centros culturales o instituciones educativas y su habilidad para relacionar de forma intensa el medioambiente específico de cada lugar es un testimonio de su proceso y su profunda integridad", añadió Pritzker.
Una visión triple
"Su forma de trabajar en colaboración, donde el proceso creativo, el compromiso con una visión y todas las responsabilidades son compartidas por igual, llevaron a la decisión de seleccionar a tres individuos como ganadores de este año", agregó el presidente de la fundación que otorga anualmente el Pritzker, considerado el Nobel de arquitectura.
Entre sus obras destacan el estadio de atletismo de Olot, la Casa Horizonte, en la Vall de Bianya, las Bodegas Bell-lloc, en Palamós, los Pabellones para el Restaurante Les Cols, en Olot, el Crematorio de Hofheide (Bégica) o el Museo Soulages, en Rodez (Francia).
Hace un año, en el Museo ICO protagonizaron una exposición temporal en la que se hizo especial atención en su poco común forma de concebir el espacio. "Alejado de los tradicionales centros de influencia de la arquitectura española, han decidido llevar esta disciplina un paso más allá echando su mirada atrás, al tiempo en que la arquitectura protegía al hombre de las inclemencias de la naturaleza sin romper el vínculo que lo unía a ella. La arquitectura telúrica de RCR parece, de hecho, moldeada por las fuerzas de la naturaleza, arrojada a la superficie desde el interior de la tierra por los volcanes que rodean Olot", explicaron entonces.
Ellos mismos reconocen que han intentado siempre huir de las modas, para hacer una arquitectura que cueste ubicar en un momento concreto. No dejan elementos al libre albedrío, todo queda atado y diseñado, desde el mobiliario a la estructura. En sus proyectos la arquitectura no es un hecho aislado, ni estridente, sino el verbo con el que se conjuga el pasado y el presente.