Roma

Giovanni Mongiano atiende el teléfono “un poco cansado” y aún perplejo por la repercusión de lo ocurrido. Vuelve a su casa del pequeño municipio de Fontanetto Po, cerca de Turín, después de un viaje de 24 horas a Bélgica, donde fue invitado para ofrecer su testimonio en televisión. En los últimos días, este actor de 67 años ha recibido toda la atención que no había suscitado en casi medio siglo de carrera, tras recitar un monólogo de hora y media ante un patio de butacas vacío.

Pero vacío, vacío. Es decir, que no se vendió ni una sola entrada. “Vino a avisarnos la cajera, que era la organizadora del evento, para que recogiéramos las cosas y nos marcháramos a casa. Pero mi respuesta fue que yo quería recitar igualmente”, recuerda. Asegura que se trató de una “reacción impulsiva”, siguiendo con “el deber y el placer de un actor”.

Giovanni insiste en que no vaciló en ningún momento de su espectáculo. Se empeñó igual ante la única presencia de su ayudante que ante una sala con el cartel de no hay billetes. Volvió a casa reconfortado, sin esperar lo que vendría después. “Mi asistente le mandó un mensaje a una periodista de un medio local, le pareció curiosa la historia y en pocas horas mi nombre circulaba por todas partes”, sostiene.

De la sala vacía a la web millonaria

Del espectáculo en Gallarate, un municipio de la provincia de Varese, al periódico online de la provincia. Y de ahí, a la televisión belga, previo paso por los principales diarios italianos y cientos de miles de visitas en internet. “Antes colgaba un vídeo en mi página web y si tenía 200 visualizaciones ya estaba bien. Pero resulta que hay una página que se llama Playground, que hizo un vídeo sobre mí, y en pocas horas lo habían visto más de un millón y medio de personas”, relata.

Quién le iba a decir a Giovanni Mongiano, un hombre en edad de jubilación que se ha empeñado en hacer carrera sobre las tablas desde los 20 años, que se iba a convertir en el último rey de la dictadura del click. Nunca pensó “en el delirio” que se desencadenaría, sino que lo hizo por una cuestión “personal y profesional”. Insiste en que su reacción fue únicamente “un acto de amor”, de “denuncia para que la gente entienda que hay que volver al teatro”.

De hecho, podría haberse marchado a casa y haber cobrado igual, asegura. “El problema fue que el teatro no se encargó de promocionar la obra de ninguna manera”, opina. Ni un solo cartel, ni un anuncio en los periódicos locales, que ahora le llaman sin cesar. Gallarate es una localidad de unos 50.000 habitantes, con cuatro teatros y en la que esa noche se representaban otras actuaciones.

La derrota "del teatro"

Mongiano, que es director de una compañía llamada TeatroLieve y gestiona la sala Viotti en su localidad de Fontanetto Po, recalca que cuando se celebra el Festival de Sanremo –“que en Italia es religión”, lo dice un hombre del teatro- o la final de la Champions League, no programa ninguna obra. “Que no viniera nadie aquella noche no significa la derrota del actor, sino la derrota para el teatro”, considera, por no saber cómo atraer al público.

Dramaturgo, intérprete y director, comparte esa visión pesimista de la cultura, pero hasta cierto punto. Queda claro que no es de los que se lamentan, sino de los que miran hacia delante. No viene a descubrir la crisis del teatro, pero sí que pretende denunciar que quienes están al frente del negocio deben tener en consideración al espectador. Reconoce que a él no le había pasado nunca nada así, pero que “en el mismo teatro, una actriz del municipio actuó en otra ocasión ante ocho personas, que probablemente fueran de su familia”.

Si alguien se ha quedado con las ganas de contemplar la obra maldita, se llama Improvvisazioni di un attore che legge (Improvisaciones de un actor que lee) y está escrita por el propio Mongiano. La noche de marras era la única cita en aquel teatro, pero promete volver a representarla, como lo ha hecho durante los últimos cuatro años.

Mongiano, interpretando en otra obra. Facebook Giovanni Mongiano

Se trata de un monólogo “ligero y divertido, que cuenta la historia de un actor desafortunado de principios del siglo XX, que vive a la sombra de un gran cómico”, describe el propio autor. Será casualidad que el infortunio atraviese tanto al personaje como al actor, aunque paradójicamente parece la mejor forma para dar un impulso a su dilatada carrera.

Efecto "llamada"

Giovanni insiste en que el efecto ha sido “completamente involuntario”. Sin embargo, ya ha recibido llamadas para actuar en un festival de Uruguay, mientras que en verano tiene comprometida su presencia en Milán. No se puede decir que fuese un actor de referencia, pero ha representado a Brecht o Tolstoi, ha estado presente en el prestigioso festival italiano de Spoleto y ha colaborado con la RAI.

Ahora, continúa su calendario con Il fu Mattia Pascal (El difunto Matías Pascal, en español) de Luigi Pirandello, que interpretará durante el próximo mes. Espera que con más éxito que en su última actuación. Al menos, de momento, ya cuenta con algo más de promoción.