Soy un unicornio reza el mensaje de esta obra de Rallitox. La imagen ha dado la vuelta al mundo

"Soy un unicornio" reza el mensaje de esta obra de Rallitox. La imagen ha dado la vuelta al mundo Cedida Berlín

Cultura Arte y performance

“Los libros están matando el porno”: bienvenido a la 'revolución confusa'

  • El artista español Rallitox ha lanzado en Berlín una revolución artística basada en el absurdo. Su objetivo es cambiar el mundo convirtiéndolo en una obra de arte en la que él pinta penes, unicornios, cruces y mensajes sin sentido. 
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10 julio, 2017 03:06
Berlín

Es muy probable que Mariano Rajoy no lo sepa ni quiera saberlo. Pero sus célebres frases, esos galimatías marianos que ha pronunciado hasta en el Congreso de los Diputados con aquel reciente “cuanto peor, mejor para todos… cuanto peor para todos, mejor; mejor para mi - el suyo - beneficio político”, podrían ser obras de arte.

Esas expresiones son dignas de lo que Rai, un artista barcelonés de 40 años afincado en Berlín que se hace llamar Rallitox, ha bautizado como el “movimiento confuso”. Éste es una corriente artística que ha fundado el propio Rallitox. Lleva ya más de diez años concibiendo y creando con las premisas que ha establecido con la idea de cambiar el mundo. Su idea es de hacer de la humanidad una gran “obra de arte”, según sus términos.

En una de sus últimas series, titulada, absurdize your city, algo así como “absurdiza tu ciudad”, Rallitox coloca carteles en lugares públicos con mensajes que comparten mucho con los famosos lapsus del presidente español. Los mensajes de uno y de otro rezuman confusión. Así, Rallitox escribía hace unos días en un cartel publicitario con sus ya típicas letras mayúsculas de color negro sobre fondo blanco: “Extremism aare [sic] bad. Get Pregnant”. O sea, “los extremismos son malos. Quédate embarazada”.

Los extremismos son malos. Quédate embarazada

Otros carteles suyos vistos en Berlín plantean cosas como Stop art. Books are killing porn, I'm learning chicken” o “Ikea is not an anal feeling”, es decir, “Parad el arte. Los libros están matando al porno”, “estoy aprendiendo pollo” e “Ikea no es una sensación anal”.

La diferencia fundamental que existe entre esos mensajes dispuestos en Berlín en forma de carteles de arte callejero y los cómicos errores de Mariano Rajoy reside, según Rallitox, en la intención. “Rajoy tiene todos los números para poder ser un miembro de honor del movimiento confuso. Pero él no lo sabe todavía”, dice Rallitox a EL ESPAÑOL mientras da tragos a un refresco a base de té cerca de la céntrica plaza berlinesa de Alexanderplatz. “Al movimiento confuso puede pertenecer cualquiera, incluso Rajoy, él se podría expresar con cierta autoridad”, aunque, “él no tiene la intención que han de tener los integrantes del movimiento confuso”, abunda. Rallitox sabe de lo que habla. “Yo he escrito el manual del movimiento confuso para establecer la base de un movimiento revolucionario”, afirma el artista barcelonés.

Rallitox pega uno de sus mensajes. My body is not your IPhone o Mi cuerpo no es tu IPhone, se lee.

Rallitox pega uno de sus mensajes. My body is not your IPhone o "Mi cuerpo no es tu IPhone", se lee. Cedida Berlin

A diferencia de su libro recientemente publicado Manipulated Society (Ed. Rallitox Books, 2017), o “sociedad manipulada”, el manual del movimiento confuso aún no está editado. Rallitox comenzó a escribirlo hace diez años. Todavía no lo tiene terminado. “Escribí un montón de libretas a mano, lo pasé todo a ordenador, luego lo volví a escribir, lo he impreso y lo he destruido todo para volver a empezar. Lo llevo escrito ya cuatro veces”, cuenta.

Que el manual no esté terminado no ha impedido que este hombre de aire juvenil tenga clara una serie de ideas sobre cómo y para qué ha de hacerse el arte confuso. “El movimiento confuso es un movimiento artístico que, en sí, es una obra de arte”, explica Rallitox. Autodidacta, entre otros editor, músico y responsable del departamento exterior de una importante empresa española, se inspira, entre otras cosas, de las ideas de Joseph Beuys, un artista alemán perteneciente al Fluxus, un movimiento de la vanguardia de los años 60.

“Él decía que el arte también puede ser, en un momento dado, movimientos colectivos. Un grupo de personas plantando árboles en una gran avenida puede ser una obra de arte. Las personas que participan son, por así decir, pinceles”, plantea Rallitox. En su movimiento confuso lo que se busca es una revolución en la que todo el mundo forme parte de una performance artística. En ella, las personas dejan de actuar de un modo lógico. Hacen locuras.

Un morreo entre un franquista y una independentista catalana

“Este movimiento es una revolución que, a su vez, es una obra de arte que no obedece a patrones racionales”, apunta el artista barcelonés. “Las obras de arte pueden no ser racionales. Esta revolución que planteo es una obra de arte que no obedece a ningún patrón coherente. Consiste hacer una performance que está abierta a que todo el mundo pueda aportar y pueda intervenir de alguna manera”, agrega. De triunfar esa revolución, en último término, las personas actuarían voluntariamente haciendo cosas que no tendrían sentido.

Pinceladas de todo eso son muchas de las acciones que Rallitox y sus seguidores vienen protagonizando desde hace ya unos años. Así, en pleno de centro de Madrid, Rallitox puso a besarse apasionadamente a una pareja de “confusionistas” en una sorprendente performance.

De triunfar esa revolución, en último término, las personas actuarían voluntariamente haciendo cosas que no tendrían sentido

El hombre iba con la bandera de la España franquista a modo de capa. Ella vestía de la misma forma una estelada, la bandera independentista catalana. “El movimiento confuso rehuye la explicación lógica, yo no busco hacer una crítica, ni hablar en pro de la independencia ni en favor de la unidad España. Yo creo una situación absurda partiendo de la realidad”, asegura Rallitox.

Experiencia de la inmigración

La experiencia de la inmigración en Alemania y el choque con la cultura germana también fue objeto de otra performance que a buen seguro no dejó indiferentes. Proponía Rallitox en una frecuentada calle del centro de Berlín un grupo de personas inmigrantes tumbadas en el suelo, boca abajo. Un cartel invitaba a los viandantes a “andar sobre inmigrantes gratis”.

Performance Camina sobre inmigrantes gratis

Performance Camina sobre inmigrantes gratis Cedida Berlín

“Es una situación que pone al espectador en una situación que se le escapa y que no sabe muy bien cómo canalizarla”, comenta Rallitox. “Hay una reivindicación política por el trato que se les da a los inmigrantes, pero más allá de eso se invita a las personas a confrontarse con una acción artística que va contra del maltrato a los inmigrantes pero que, a su vez, consiste en caminar sobre inmigrantes y permite ser una parte más que inflige violencia”, abunda.

Al poco de llegar a Berlín, Rallitox firmó un mural en una de las fachadas del Raw-Gelände, un conocido centro de ocio alternativo de la capital alemana situado en unas antiguas instalaciones ferroviarias. En esa obra, una monstruosa figura con una una gran boca dentada, abundantes penes y símbolos del euro daban cuenta del estado de ánimo del autor con Europa.

“Esto lo hice al poco de llegar a Berlín. Cuando en España, Portugal y Grecia la crisis era enorme y todo en Alemania iba de puta madre. Nos llamaban PIGS”, dice Rallitox con cierto aire de reproche frente al mural, tras un largo paseo desde Alexanderplatz.

Alude el artista al acrónimo de siglas en inglés que se puso de moda durante un tiempo en plena crisis del euro para hacer referencia, en los países anglosajones y del norte de Europa, a las naciones que más problemas económicos han experimentado en los últimos años. A saber, Portugal, Italia, Grecia y España. La palabra inglesa pigs significa “cerdos”.

Un unicornio con pene en lugar de cuerno

Los principios fundacionales del movimiento confuso tienen infinidad de aplicaciones posibles. Pueden servir para crear performances, esculturas, instalaciones o carteles con frases al estilo Mariano Rajoy. Como invención de Rallitox en su expresión artística confusa figuran las pegatinas humanas. Son personas pegadas con cinta adhesiva a una pared o cualquier otra superficie. Suelen llevar mensajes y penes postizos en lugares improbables.

Pegatinas humanas de Rallitox con el célebre grito de los días de la caída del comunismo alemán: somos el pueblo

Pegatinas humanas de Rallitox con el célebre grito de los días de la caída del comunismo alemán: "somos el pueblo" Cedida Berlín

Una de esas pegatinas humanas consistía en una persona pegada en una mueble urbano para uso de los carteros con un pene postizo en la cabeza que llevaba el mensaje "soy un unicornio". Por pura casualidad, la pegatina humana fue fotografiada por un reportero del diario amarillista alemán Bild, el más leído de Alemania. La imagen se convirtió en algo viral. Millones de personas la han visto y compartido en las redes sociales.

Ha sido utilizada en memes con el mensaje: “Lo que pasa cuando los colegas te dicen: 'esta noche nos tomamos sólo una copa nos volvemos a casa'”. Rallitox habla del éxito de esa obra entre risas.

Penes contra el éxito

No es hacer reír, sin embargo, el objetivo de su trabajo. La revolución confusa consiste en algo muy serio en boca de este artista español. Lleva años madurando este concepto suyo de arte. Es tan suyo que ha creado palabras y significados nuevos para determinadas expresiones. De este modo, Rallitox habla haciendo mención a ideas propias como la “controlización” – algo así como la presión que ejerce sobre la gente el sistema – y el “individuo primitivo” – que sería la persona antes de ser “controlizada”.

Otra palabra necesaria para entender la obra de Rallitox y cómo se enmarca ésta en el movimiento confuso es el “autoboicot”. Éste concepto suyo ayuda a entender por qué en sus obras, independientemente del formato, siempre suele haber penes, ya sean dibujados o de plástico, utilizados como cuerno de falso unicornio o cómo una réplica de cámara de vigilancia. Los penes y las cruces son sus motivos predilectos. Es difícil encontrar obras suyas donde no estén presentes. “Los penes y las cruces unifican mi obra”, plantea el artista.

El hombre iba con la bandera de la España franquista a modo de capa. Ella vestía de la misma forma una estelada

“Cuando quiero alcanzar una meta, como el éxito, me pregunto quién quiere alcanzar la meta”, porque “las metas no surgen del ser primitivo, éste no necesita nada, ni reconocimiento, ni fama, ni nada, lo único que necesita es comer”, razona Rallitox. Pero “el yo controlizado quiere cosas” y “mi salvaguarda en mi arte es poner pollas en mis obras”, agrega. “En mi arte pongo las pollas porque así va a ser mucho más difícil de vender. Casi nadie se plantea ponerse pollas en la pared de su casa”, abunda.

Mover Berlín a Mallorca

Ocurre que ese arte acaba enganchando. Hay decenas de personas en países de todo el mundo que siguen las acciones de Rallitox. Además, la pintura de Rallitox se vende bien. Hay obra suya en dos galerías europeas. A saber, la Swinton Gallery de Madrid y en la Street Art Limited de Zúrich. Rallitox también tiene obras en venta a través de su página web. Desde hace poco, este artista hecho a sí mismo cuelga vídeos en Internet cual youtuber para explicar su movimiento, su arte y sus iniciativas.

El artista barcelonés Rallitox posa para El Español  con una de sus obras detrás

El artista barcelonés Rallitox posa para El Español con una de sus obras detrás Salvador Martínez Berlín

La última campaña que ha lanzado consiste en una iniciativa para mover la ciudad de Berlín a Mallorca. La idea, primero, es “hacer un referéndum popular en Berlín, para lo que hay que recoger 20.000 firmas”, aclara. “Si se consiguen, se celebra el referéndum e, imagina, la gente vota y sale que sí. Estas cosas pasan, mira la victoria de Trump”, plantea, aludiendo la inesperada victoria de Donald Trump en la pasada elección presidencial estadounidense. “De salir el sí al cambio de Berlín a Mallorca, Angela Merkel tendría que hablar con Mariano Rajoy, y éste dar su visto bueno”, imagina Rallitox.

“Ahora mismo parece una locura”, reconoce. Pero, a su entender, ya vivimos rodeados de absurdos. “Aquello que das por sentado, por lógico, si te lo replanteas, resulta increíble. En España, sin ir más lejos, ahí están las sucesivas victorias del Partido Popular. Y si hay elecciones, ¡Son capaces de volver a ganar! ”, se revuelve Rallitox.

Luego, “Trump está en el poder en Estados Unidos, un tío que dice que a él le gusta agarrar a las mujeres por el coño. ¡Y es el presidente de Estados Unidos!. Por otro lado China está construyendo islas artificiales para tener bases militares allí. Kim Jong-Un en Corea del Norte y sus misiles..., ¡Es todo muy friki!”, asegura. Para él, en vista de cómo está el mundo, “ha llegado el momento de alumbrar algo nuevo”. A Rallitox no le preocupa que lo “nuevo” tampoco tenga sentido.